México. Abril del 2012. (Fuente: La Crónica de hoy). Estudios de
investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav)
han replanteado un tipo de tratamiento en la terapia de pacientes de Alzheimer.
Los científicos encontraron que la
formación de marañas neurofibrilares en el cerebro de los pacientes con
Alzheimer no se asocia con un deterioro cognoscitivo de la persona, como se
creía comúnmente. Por el contrario, apuntan, son alteraciones a nivel celular
que constituyen un mecanismo de protección de las neuronas y les permiten prolongar
su vida.
El hallazgo, que se realizó mediante
el análisis sistemático del estudio neuropatológico de los cerebros que se
mantiene en custodia en el Banco de Cerebros del Cinvestav, abre un nuevo
enfoque en las investigaciones en torno a la enfermedad de Alzheimer y
replantea las opciones terapéuticas para combatirla, indica la institución en
un comunicado.
El grupo científico encabezado por
Raúl Mena López, del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del
Cinvestav Zacatenco, precisó que hasta ahora se había sugerido que la formación
de las marañas neurofibrilares y que la fosforilación de la proteína TAU son
eventos dañinos en la vida de la célula neuronal, en los casos de la enfermedad
de Alzheimer.
“El nuevo concepto propuesto es que
tanto la formación de las marañas neurofibrilares como la fosforilación de la
proteína TAU, son mecanismos protectores de las neuronas para prolongar más su
función y su vida”, explicó José Luna Muñoz, miembro del equipo de
investigación que realiza los estudios.
NO MATAR LA CÉLULA. Los fármacos que
se aplican como método terapéutico para combatir el Alzheimer intentan detener
la formación las marañas y evitar la fosforilación de la proteína TAU; en
cambio, en primera instancia, el nuevo concepto propone no evitar la formación
de la maraña porque con ello la célula muere de inmediato.
En segunda instancia, tampoco se debe
evitar la fosforilación, porque ambos eventos son el mecanismo de protección de
la neurona, en respuesta a la presencia de un fragmento de la proteína TAU de
92 a 95 aminoácidos, llamado núcleo mínimo del filamento. Hasta el momento no
se sabe qué genera o qué puede truncar la proteína TAU en este pequeño
fragmento que es altamente tóxico para la neurona.
PROTEÍNA TAU. Otros científicos han
demostrado que la sobrexpresión de este fragmento pequeño de la proteína TAU en
cultivos celulares induce a un suicidio de las células, proceso conocido como
muerte celular programada o apoptosis; si este mecanismo de muerte celular
ocurriese en el cerebro de una persona con Alzheimer, el deterioro cognoscitivo
y la demencia se presentaría entre 24 y 78 horas.
La proteína TAU en su forma más larga
tiene una longitud de 441 aminoácidos, pero no se sabe por qué aparece, el
denominado núcleo mínimo del filamento; este fragmento culmina en el aminoácido
Glutámico-391, que genera una toxicidad mayor dentro de la célula. “No se sabe
por qué se presenta este fragmento pequeño de 92-95 aminoácidos de la proteína
TAU, siendo una entidad extremadamente tóxica”, explicó Luna Muñoz.
Sin embargo, en los cerebros de
pacientes con Alzheimer no ocurre eso, se encuentra el fragmento desde etapas
muy tempranas de agregación y el núcleo mínimo se mantiene oculto. “Se observa
una gran cantidad de proteína TAU que es fosforilada a lo largo de la molécula
de TAU, favoreciendo los plegamientos de la molécula, que activa las vías de
las caspasas”, expuso el investigador.
Las capasas degradan a la proteína
TAU para dar estabilidad a la molécula y forman un filamento. Este proceso
inicia al agregarse más proteína TAU intacta; se ha sugerido que el proceso de
generación de los filamentos y la formación de una maraña neurofibrilar tarda
veinte años.
La propuesta de los investigadores
del Cinvestav es que la célula al fosforilar la proteína TAU se agrega en un
punto y “secuestra” a este fragmento mínimo tóxico, ocultándolo y evitando así
que la neurona lo perciba, prolongando de esta manera la vida y la función
neuronal. Aunque es de destacar que con forme se van agregando estos filamentos
y se expone a este pequeño fragmento toxico, la neurona tenderá finalmente a
morir y con la muerte de las neuronas, clínicamente, se inicia el deterioro
cognoscitivo y la pérdida de la memoria del paciente con la enfermedad de
Alzheimer.
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