Reportaje
Hay dos poligrafistas en el Estado para más
de seis mil elementos, dice el general Bibiano Villa. Además, nuestros policías
están entre los peores remunerados de país, según reportes federales
Por Luciano Núñez / Luces del Siglo (*)
México, D. F., marzo de 2012. Los exámenes de confianza
para policías no son una garantía. Así lo dejó entrever el general Carlos
Bibiano Villa Castillo durante la comida privada con miembros de asociaciones
civiles contra la violencia, el pasado viernes 2 de marzo en las instalaciones
del C-4 en Cancún.
Seguro de lo que decía, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública en
Quintana Roo, respondió así a los comensales que pedían explicaciones sobre los
bajos índices de evaluación de confianza a funcionarios registrados en el
estado, que de acuerdo a cifras federales ocupa el último lugar del país y
tiene de plazo hasta el próximo 31 de diciembre para aplicar los exámenes de
confiabilidad a los más de seis mil elementos de la corporación.
“Ése es el compromiso que tiene el señor gobernador. Pero yo lo dudo, le voy a
decir por qué: no hay poligrafistas. Un poligrafista normalmente evalúa entre
tres o cuatro elementos diarios, no más; entonces, para que terminen… va a
estar difícil”, confesó el ex militar. El Centro de Evaluación y Confianza en
Chetumal (C-3) sólo cuenta con dos poligrafistas para tamaña encomienda.
Entre bocado y bocado, Bibiano Villa trajo a colación la reciente detención de
su subalterno, Manuel Cícero Salazar, quien se desempeñó como subsecretario de
Seguridad Pública en la Zona Norte y hoy está detenido y es señalado de amparar
a cárteles de la droga durante su desempeño en la policía de Torreón, Coahuila.
Ironizó que Cícero haya pasado sin problemas sus exámenes de control de
confianza y que ahora resulta que está vinculado al crimen organizado,
entonces, ¿no lo examinaron bien?
Mientras las asociaciones hoteleras y turísticas recriminaron la alerta emitida
por el estado de Texas en Estados Unidos –para que los estudiantes eviten
visitar México–, la realidad es que delitos como el secuestro y la extorsión
muestran números en rojo en estados de vocación turística como Quintana Roo y
Baja California. El mismo color alerta que el 100 por ciento de las policías
(estatales y municipales) de este estado paradisíaco, no han sido evaluadas por
la falta de operatividad del C3, puesto en marcha a comienzos de 2011, pero que
aún no cuenta con personal capacitado ni suficiente.
Luces del Siglo consultó la opinión de Apolo Domínguez, abogado egresado de la
Escuela Libre de Derecho de Puebla, del Instituto Nacional de Ciencias Penales
(INACIPE) y de la academia del FBI de Quantico Virginia, EUA, para conocer el
grado de exactitud que puede arrojar un examen de confiabilidad. “Hoy en día no
hay un estado de la República mexicana, hasta donde tengo entendido, que esté
fuera del tema. Todos están avocados a los exámenes de control y de confianza,
y es algo ilógico que en Quintana Roo no los tengamos, se requieren muchísimo”.
El ex director del C4 en la Zona Norte opina que definitivamente para a dar un
buen servicio a la ciudadanía es necesario pasar por estos controles. “Todos
los funcionarios, y más los que están metidos en los sistemas de seguridad,
deben de tratarse con estrictos exámenes”, señala.
Consultado sobre el margen de error que puede arrojar esta práctica, dice el
consultor de seguridad que es mayor al 97 por ciento, de acuerdo a su
experiencia: él es evaluado desde hace 12 años. “Seguro en esta vida no hay
nada, ¿verdad?, pero de ahí en fuera, el 97.3 por ciento son certeros. Son un
método científico, definitivamente”, precisa.
En ese sentido, explica que estos análisis contemplan un riguroso cuestionario
y exámenes médicos y psicológicos, además de químicos y poligráficos. El más
complejo es el último, según refieren especialistas, dado que existen alrededor
de 200 polígrafos en todo México.
Magdalena Alcocer, directora del Proyecto de Causa en Común A.C., habló
justamente sobre la importancia de la evaluación de las policías, el contar con
elementos confiables a los que la ciudadanía pueda volver a acercarse. “¿Cómo
podemos acercarnos ahora?”, se pregunta y responde: “preparándonos nosotros en
un marco de rendición de cuentas, queremos seguir las acciones que están emprendiendo
los gobiernos para saber si los policías están teniendo condiciones adecuadas”.
Según las cifras que presentó en su visita desde la ciudad de México, se alarmó
porque de aproximadamente 3 mil policías que resguardan a los ciudadanos
cancunenses, más los 3 millones de visitantes anuales, sólo 93 elementos han
sido evaluados. “Nuestra obligación como ciudadanos es exigirles a las
autoridades obviamente que cumplan con su deber, evaluando y dando a conocer a
la ciudadanía los resultados. Finalmente, las evaluaciones se hacen con el
dinero de los impuestos que todos los ciudadanos pagamos. Todos los mexicanos
nos merecemos una situación de seguridad distinta a todo lo que está pasando”,
enfatiza.
Para la representante de la AC que promovió la Marcha Blanca años atrás,
actualmente existe un fundado temor que provocó el alejamiento entre la
ciudadanía y la policía. “Nosotros vemos a un policía y lo primero que hacemos
es temblar, y no debería de ser así. Cuando nosotros tenemos un problema local
lo primero que tendríamos qué hacer es tener la confianza de hablar a la
policía y saber que las cosas se van a hacer bien, ¿cómo?, que va a haber una
pena y una sanción a quien inflija la ley”.
Sobre el nivel de infiltración de las organizaciones criminales en las
policías, apuntó que justamente pretenden que estas acciones generen una
policía confiable. “Tienes estados con incidencia delictiva baja como
Aguascalientes, y donde se han hecho esfuerzos mayúsculos de poner cámaras en
todas las ciudades, de cuidar al turismo. Y prácticamente tienen evaluada a
casi toda su policía. Eso demostraría que sí se puede. Hay estados también como
Guanajuato, que en su mayor parte ya tienen evaluada a toda su policía.
Queremos saber qué está pasando en Quintana Roo”.
El número nacional de muertes relacionadas con el narcotráfico (cercana a los
50 mil según cifras oficiales), y el incremento en delitos antes aislados en
Quintana Roo como el secuestro y la extorsión, han cambiado la percepción que
el mundo tiene de este estado turístico. Cifras del Secretariado Ejecutivo, un
organismo Federal del Sistema de Seguridad Pública que trabaja con la
Secretaría de Gobernación, señala que dos estados turísticos, Quintana Roo y
Baja California, superan la media nacional en cuanto a secuestros; es decir, la
cifra nacional es de 1.14, y Quintana Roo ronda los 2 puntos, mientras que Baja
California supera los 3 puntos porcentuales. Lo mismo ocurre con la extorsión,
Baja California ocupa el tercer lugar en la tabla nacional y Quintana Roo el séptimo,
según las cifras publicadas en diciembre de 2011.
Analistas del sector turístico y especialistas financieros hablaron de la
estrategia de la inoculación “del miedo” de Estados Unidos para generar que el
turismo estudiantil (spring breakers) no cruce las fronteras y opte por sus
propios destinos de playa. Pero la alerta fue específica y enfocada a la
violencia y altos índices de delincuencia que se registran en México (hay que
decirlo, en parte, como consecuencia del tráfico de armas que viene de Estados
Unidos).
La alerta que envió el gobierno texano admite primero: “El gobierno mexicano ha
realizado grandes avances que luchan contra los cárteles, y felicitamos a su
continuo compromiso de hacer de México un lugar más seguro para vivir y visitar
"; pero por otro lado señala: “Sin embargo, la violencia del cartel de
drogas y otras actividades criminales representan una amenaza de seguridad
importante, incluso en algunos las zonas de esparcimiento”. Para reforzar, el
reporte dice que el número de ciudadanos asesinados en México se incrementó de
35 a 120 en 2011. “Ciudadanos estadounidenses han caído víctimas de la
actividad criminal transnacional, incluyendo el homicidio, secuestro y el
bandidaje. La violación y el asalto sexual siguen siendo problemas serios en
lugares de vacaciones”.
El gobierno federal desde hace unos años intentó cambiar la percepción
internacional de México haciendo un pedido concreto a los medios de
comunicación, sobre todo con relación al manejo de noticias vinculadas al
crimen organizado. Aunque las críticas apuntaban a la censura previa, el
acuerdo fue firmado por algunos medios nacionales en su momento, pero en
Quintana Roo –un estado turístico que vive justamente de la percepción que
transmiten sus visitantes– no ha trabajado en acordar criterios
comunicacionales que no generen el estupor de turistas que, con sólo ver
portadas de sangre que publican algunos diarios locales, no se llevan
precisamente un buen recuerdo de sus visitas a las tiendas de conveniencia.
Rodolfo del Ángel Campos, director general de Seguridad Pública de Solidaridad,
nacido en Chetumal, Quintana Roo, y con 25 años en el servicio, opina que
quienes integren la fuerza policíaca debe ser gente comprometida, “con vocación
de servicio, con perfiles establecidos”.
Por eso afirma que se debe profesionalizar, dignificar, y equipar a los
elementos. Sin embargo, de acuerdo al parámetro: Promedio Nacional de Sueldo
Menor de Policías Estatales, Quintana Roo figura por debajo del promedio
nacional, con 4.894 pesos quincenales, penúltimo en el país, sólo superado por
Tamaulipas. Ya cuando se miden los sueldos: Promedio Mayor de Policías
Estatales, también figura por debajo de la media nacional, con 10.148 para un
coordinador operativo. Por ejemplo, Aguascalientes, el estado que mejor paga a
sus comandantes: 25.622, y el vecino estado de Campeche, 28.000, teniendo en
cuenta que para este último caso la media nacional es de 18,672.00.
El mismo Secretariado Ejecutivo ofrece datos del nivel de avance de los
llamados Centros de Evaluación y Control de Confianza, la mejor manera de
verificar si los policías están del lado que deberían. Existen en todo México
22 centros acreditados, siete en procesos certificados, seis en proceso de
certificación y cuatro centros, entre los que se encuentra el de Quintana Roo,
en proceso de alineación.
El C-3 se inauguró en marzo de 2011, pero será hasta julio de este año cuando
entre en operaciones, según informaron desde el gobierno. Mientras tanto, las
cifras de control de confianza no pasan ni siquiera del rojo al amarillo. Ante
la alerta de Texas, el gobernador del estado, Roberto Borge, hizo un llamado a
“cuidar a México”, la percepción que sobre el país se tiene en el extranjero y
demostrar, con base en estadísticas e información contundente, que se trabaja
fuerte para garantizarla paz social y tranquilidad.
Sin embargo, Quintana Roo se encuentra décimo en incidencia delictiva, con
10.48 puntos, de acuerdo al reporte de la PGR de enero de este año. En el caso
del estado vecino, Yucatán, la gobernadora Ivonne Ortega salió a dar cifras y
fue contundente: “El índice delictivo de Yucatán apenas llega a 2.3, incluso,
menor a países europeos como Suiza, Suecia y Finlandia. Se puede caminar
tranquilamente por las calles a cualquier hora de día o de noche, con toda
confianza”, informó.
Los exámenes de control se impulsaron de manera prioritaria en el gobierno
federal desde que asociaciones como el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la
Inseguridad (ICESI) informaran que, según datos de las propias procuradurías
estatales, en 12 por ciento de los secuestros tienen participación al menos un
policía o ex policía, y la mitad de los exprés fueron cometidos cuando la
víctima abordó un taxi.
“A los policías no les hemos dado capacitación, no les hemos dado un buen
sistema de prestaciones, pero sí les hemos exigido mucho sobre todo a raíz de
los últimos años en que ha habido una explosión de violencia en México”, dice
Magdalena Alcocer de Causa en Común.
Para la profesional de seguridad, la única manera de incidir es a través del
monitoreo; en este caso, y como directora del programa de Centros de Control de
Confianza, están implementando la observación en 16 estados de la República. De
acuerdo a su visión, la corrupción es algo que permea en el imaginario de todos
los mexicanos; por eso, lo que se debe fomentar es una cultura de la legalidad.
“No es que los policías sean corruptos y los ciudadanos sean limpios e
impolutos, no sucede así. Para que haya corrupción se necesita una relación de
dos partes: una que la acepte y otra parte que la fomente”, señala.
Bibiano Villa confirmó que el gobernador envió varias propuestas para tomar las
riendas del C-3, pero la mayoría fueron rechazados. Recientemente fue nombrado
Alberto Álvarez Torres, quien tendrá la difícil misión de evaluar, con dos
poligrafistas, a los más de seis mil elementos que conforman la fuerza policial
de Quintana Roo, cuyos elementos han dejado dudas ante la constante aparición
de narconóminas, balaceras confusas, y detenciones que manchan la ya
deteriorada imagen de la corporación. El mismo secretario de Seguridad Pública
quintanarroense lo dejó claro: “Uno no puede creer que un policía raso se
adueño de un Jaguar”.
Con información de Gonzalo Ramos y Enrique Huerta
(POLÍGRAFO)
Tiene más de 97 por ciento de efectividad
Apolo Domínguez (abogado, exdirector del C-4 en Zona Norte, capacitado por el
FBI en Virginia, en Estados Unidos) recuerda su experiencia con el polígrafo:
“El poligrafista te invita a acomodarte, te sientas, te ponen unos cateters en
el pecho, en el brazo. Primero calibran el aparato con algunas preguntas.
Juegan un papel importante la respiración y dilatación de la pupila, donde el
poligrafista, o el interrogador, se empieza a dar cuenta de si empiezas a
mentir o no”. Según Domínguez, es toda una ciencia el polígrafo y un proceso
que lleva varias horas, incluso, hay quienes lo hacen en dos días consecutivos.
“Es muy difícil que cuando tengas un examen de control y de confianza digas ‘he
hecho muchas travesuras’, y llegue a salir con 10 el examen, es 97 por ciento
posible de que no sea así, o sea, que no lo pueda lograr”, detalla.
Para el especialista, la contratación de un mando de la policía no puede
obedecer a parámetros como: yo creí, yo pensé que se veía buen tipo. “No
podemos basarnos en ese tipo de decisiones. Los métodos científicos son métodos
probados, incluso, están aplicándose a nivel federal como me los han aplicado a
mí en más de 12 años”.
Lo más complejo de la operatividad de los Centros de Control de Confianza es la
capacitación de poligrafistas. “El detalle es que no hay gente calificada. Y
los poligrafistas no se hacen de la noche a la mañana, hay una escasez total
sobre el tema”, refiere. Sin embargo, dice que no es imposible echar a andar un
proyecto que capacite a este personal tan necesario para avanzar en uno de los
temas prioritarios como es la confianza en las corporaciones.
Buenas noches
compañeros.