lunes, 25 de agosto de 2014

Al menos 27 empresas de empeño podrían estar cometiendo “fraudes”


Josefina Aguilar Pastor/NOTYMAS
Chilpancingo, Gro., agosto 25 del 2014 (NOTYMAS).- Al menos 27 empresas o casas de préstamos, podrían estar cometiendo fraude  en contra de incautos guerrerenses de los municipios de Tecoanapa, Ayutla de los Libres, Cruz Grande, Chilpancingo, Tierra Colorada Chilapa, San Marcos, Iguala, Alpoyeca, Alcozauca, Copalillo, Tlapa de Comonfort y Ahuacuotzingo, piden a las autoridades y al gobierno del Estado, tomar cartas en el asunto y aplicar una real vigilancia como corresponde a este tipo de negocios.
Integrantes de la Alianza en Defensa de los Afectados por Financieras en Guerrero (Adafig),  agrupación conformada por defraudados de las empresas ahorradoras como Soluprenda, Invermás, Coofia, Productor Amor y Teos la Firma, en toda la entidad, tal como lo anunciaron días anteriores, se manifestaron este fin de semana por las principales calles de la capital del el Estado.
La movilización se llevó a cabo desde dos puntos distintos, unos se reunieron y partieron del Parador del Marqués y el otro del Parque Margarita Maza de Juárez, y se reunieron en la Avenida José Francisco Ruiz Massieu.
Juan Zagal Méndez y Arturo Montes Antonio, integrantes del comité coordinador de la Adafig, denunciaron la instalación de nuevas casas de ahorro, en distintos puntos de la entidad, como la Costa Chica, Región Centro, Alto Balsas y de la Montaña, y han convencido a la gente que con la ilusión de hacer rendir los pocos ahorros que poseen, depositen sus dineros.
Entre dichas empresas, se encuentran; Ahorros del Balsas, Monte Préstamos, Préstamos y Ahorro Fácil, Soluprenda, Ahorros y Dinero al Instante, Ahorros la montaña, Caja Popular de la Costa, Ahorros la Costa, Montenvíos y otros que se encuentran operando en ciudades como Tierra Colorada, Acapulco, Iguala y en otras partes de la entidad.
Zagal Méndez mencionó que estos empresarios, dueños de estas casas, ven a Guerrero como una tierra fértil para hacerse ricos a costa de la pobreza de un gran número de familias.
Tan solo los fraudes cometidos por las empresas Coofia, Teos la Firma y Productos Amor; rebasan los dos cientos millones de pesos en contra de miles de familias defraudadas en diversos municipios de la entidad, señaló Zagal Méndez..
Los denunciantes agregaron que muchos de estos empresarios “y ladrones  de  cuello blanco”, vienen del Estado se Veracruz, Puebla, Oaxaca, Michoacán y hasta de Guadalajara Jalisco, mismos que se confabulan con autoridades y hasta usureros guerrerenses para cometer el robo de dinero en contra de las personas que confían en ellos.

“Defraudan a familias pobres y que no tiene dinero ni para comer, les ofrecen prestamos, sistemas de ahorros, envíos de recursos y empeño de prendas o escrituras y cuando ya amasan una gran fortuna, huyen del estado llevándose todo el dinero y nunca regresan”, apuntó Montes Antonio. (NOTYMAS)

Violencia en Chilapa genera emigración de familias


Josefina Aguilar Pastor/NOTYMAS
Chilpancingo, Gro., agosto del 2014 (NOTYMAS).- Ante el control que la delincuencia organizada ha tomado de la cabecera municipal de Chilapa de Álvarez, además del cierre masivo de negocios, ha iniciado un éxodo de familias a otras entidades del país e incluso, al extranjero.
Fernando Teodoro González integrante de la Asociación de Industriales de la Masa y la Tortilla en Chilapa, dio a conocer que Por lo menos en estos dos meses, en lo que va de junio, julio y agosto, han emigrado más de 70 familias originarias de ésta localidad.
“Sabemos que algunos fueron hostigados, a otros les secuestraron un familiar, también se siguen dando las extorsiones y cobro de cuota a los empresarios o derecho de piso, sobre todo los que integramos al grupo de empresarios de la masa y la tortilla”.
Este éxodo de familias chilapeñas se está dando, debido a que  nadie les garantiza seguridad y tranquilidad, además del peligro de perder no solo el patrimonio que aún poseen, sino incluso la vida, en caso de ser secuestrado extorsionado y no pagar lo que les piden, dijo el empresario.
A pesar de la supuesta presencia de la policía federal e incluso el ejército, las extorsiones se siguen dando, lo mismo que  los cobros de cuotas en los negocios, ninguna autoridad ha podido frenar, incluso ni la policía comunitaria pueden con ellos, afirmó Teodoro González.
De continuar esta situación, en la que los diferentes sectores de la población se han estado viendo afectados por este fenómeno, el empresario tortillero advirtió “vamos a tener un Chilapa con un gran retraso, al no haber seguridad, muchos de los negocios siguen cerrando en la parte céntrica y en el Boulevard, y al no haber fuentes de empleos, se van a engrosar las filas de migrantes tan solo de este municipio”.
Incluso mencionó que los artesanos también se encuentran en la quiebra, muchos de ellos dejaron de producir y sus ventas se desplomaron en un 79 por ciento, algunos se fueron a buscar empleos en los Estados Unidos, otros que se están dedicando a otras actividades.

En el caso de los industriales de la masa y la tortilla también se han estado cerrando varios de los expendios y tortillerías por temor a ser secuestrado o extorsionado, apuntó Teodoro González. (NOTYMAS)

BAJO FUEGO



Dos sacerdotes


   José Antonio Rivera Rosales

   En esta ocasión, estimados lectores, nos apartaremos de la cuestión política para centrarnos en un tema menos ordinario, más etéreo, inclusive más perturbador.

   Es una narración de hechos extraordinarios, completa y absolutamente verídica, que compartimos  en el ánimo de que produzca una reflexión personal en todos y cada uno de nuestros lectores, dicho sea con todo respeto.

   Debemos aclarar que es la primera vez que se menciona públicamente este acontecimiento, el cual forma parte de una concatenación de hechos similares que se publicarán en 2015 en forma de libro.

   La presente narración refiere incidentes de la vida de dos sacerdotes de la Iglesia Católica que, en diferentes momentos, ejercieron su ministerio en una capilla de un barrio popular de Acapulco.

   Desde algún tiempo, una anciana vidente, que también por muchos años habitó en ese barrio popular, comenzó a visualizar imágenes de clarividencia extraordinarias sobre diferentes acontecimientos de la vida nacional. Aunque en esta ocasión describimos de manera sucinta sólo el episodio de los sacerdotes, en realidad esas visiones, que se han producido a lo largo de los últimos 30 años, tocan tangencialmente parte de la agenda pública del país.

   Dos sacerdotes de la Iglesia Católica, ampliamente conocidos en el puerto de Acapulco -donde ejercieron la mayor parte de su ministerio-, en diferentes momentos de esta historia fueron asignados por su superior jerárquico a una pequeña capilla de una comunidad urbano-rural conocida por su proclividad a la violencia.

   Los ascendientes de esa comunidad, convertida ahora en un barrio popular, en su mayoría provenían de la región de Costa Chica, donde abrevaron su comportamiento y cultura del viejo pistolerismo rural emanado de los tiempos de la Revolución Mexicana.

Para los habitantes de ese barrio, los retos de la vida cotidiana giraban siempre en torno de un machismo ancestral que preconizaba la fuerza bruta y el asesinato como demostración de hombría.

   Ese era el marco conductual que caracterizaba a la citada comunidad cuando arribaron los dos sacerdotes, ambos hombres que iniciaban en la madurez física.

   Uno de ellos era un hombre austero, parco en sus expresiones, pulcro, con una conducta comprometida que se manifestaba siempre en sus conversaciones y acciones, que en todo tiempo y momento versaban sobre Dios y la importancia de la fe. Un tiempo después nos enteramos de que algunos hechos traumáticos habían marcado su conducta para siempre. A este sacerdote lo llamaremos “el austero”.
  
   El otro sacerdote, que arribó a la capilla muchos años después, se caracterizaba por su carácter festivo, dicharachero, poético inclusive. Gustaba vestirse con la indumentaria del charro mexicano, así como cantar en público y en fiestas particulares. Vestido de charro, llegó a cantar en un evento público en lo que hoy es el Grand Hotel, antes Hyatt Regency. En el citado barrio llegó a comentarse de alguna relación sentimental con una dama. Sin ánimo de ofender, llamaremos a este ministro “el festivo”.

   Fue en una ocasión, cuando la anciana vidente asistía a la celebración de la eucaristía en que, involuntariamente, comenzó a ver que el sacerdote austero flotaba en el aire. Pero lo más extraordinario resultaba ser que, en un momento dado, quien levitaba no era el citado sacerdote sino un hombre de belleza extraordinaria, de gesto sereno y cabello largo, vestido con una túnica blanca, que predicaba en lugar del sacerdote. Fueron varias las ocasiones en que esta visión se repitió.

   Debemos enfatizar en que las visiones de clarividencia de esa mujer son, en una gran mayoría de veces, absolutamente involuntarias.

   Tiempo después de estos hechos, ambos sacerdotes murieron. La vidente nunca más volvió a “ver” al sacerdote austero.

   Sin embargo, en una ocasión en que la anciana hacía su acostumbrada oración en la vieja capilla, descubrió que de la oficina privada del templo, donde solían tener su despacho ambos ministros, emergía el sacerdote festivo.

   Empero, su rostro ya no reflejaba esa imagen relajada y displicente que lo caracterizó en vida: ahora mostraba una mirada de azoro y se conducía con una actitud aprensiva, como escondiéndose de la escasa concurrencia que asistía a la eucaristía.

   “De repente se asomaba a ver a la gente que rezaba en la iglesia, a la que miraba con unos ojos grandes y como asustados”, describió la vidente.

   No era para menos: la mitad izquierda de su rostro mostraba un aspecto normal, pero de la mitad derecha le manaba una especie de lodo negro. Aunque se limpiaba con regularidad el lodo obscuro que brotaba de su rostro, éste seguía saliendo sin parar.

   Su mirada de azoro contenía también otro ingrediente: miedo. Algunas veces miraba a los pocos fieles que oraban en la capilla, como queriendo hablarles, pero ninguna palabra brotaba de sus labios, como si estuviera impedido para hacerlo.

   De tanto en tanto se limpiaba el lodo de su lado derecho, pero esa excrecencia hedionda brotaba de nuevo de manera interminable.
   La mujer se asustó tanto que siguió orando con fervor, ahora por el alma del sacerdote festivo.

   Muchos años han transcurrido desde entonces. Las visiones sobre el sacerdote festivo cesaron. Pero otras han hecho su aparición de manera sucesiva a lo largo de más de 30 años. Algunas de estas manifestaciones aluden a hechos ocurridos en el pasado, pero otras versan sobre el futuro.

   Quizá el lector común se extrañe de que abordemos un tema religioso en lugar de hablar de la agenda política y social del Estado.

 Consideramos como una razón de ética política escribir estas líneas para todo público, sea de la confesión religiosa que fuere.

   El que quiera entender, que entienda.


   Saque el lector sus propias conclusiones.

Z y su Metamorfosis


Juan López

    La memoria nos retrotrae a un personaje vociferante, agresivo, ruidoso y de limitada inteligencia. Bravucón que cada mañana daba vueltas en círculo buscando a quien agredir. Los periodistas eran favoritos en su especialidad. Ya en la gubernatura logró olvidar cuando andaba de pedigüeño tras los pocos medios que le daban algo de audiencia, verles la cara a los monopolios, solicitarles con humildad un minuto de auditorio.

    Desde que se estrenó como presidente municipal inició la extraña metamorfosis que lo fue transformando como un enfermo que toma una pócima y lo convierte en una fiera montaraz. Se fue encerrando en un círculo de discípulos y de cómplices que bloquearon toda oportunidad de que mejoraran sus relaciones con la sociedad civil.

    A veces, mitad pantera, mitad pavorreal el insuflado hizo del grito una expresión política y de la ira una mueca fija de sus quehaceres domésticos. El padecimiento de no saber controlar ni operar el poder, es un mal que podría dejársele a Césare Lombroso. Se parece el vértigo de un régimen sin control con el crimen fácil de un gobierno perverso.

    Todos sabíamos de los estragos físicos que causa el alcoholismo pero, estábamos atenidos a los remedios grupales, a las sesiones colectivas de los Alcohólicos Anónimos y hasta opinábamos que restablecerse luego de una farra de muchos años, era un mérito indiscutible de quien se adhería a estas terapias bondadosas.

    Cada mañana comprábamos los diarios para ver a quien injuriaba, llamaba mequetrefe o le imponía motes de su mal gusto. Casi diez años soportamos la tirria gratuita de un ser que malversaba la armonía, estaba peleado con la concordia y disputaba el primer lugar en lo soez y la afrenta.

    Descubrimos que sólo el manto de la elección popular le daba aliento. Cuando amainó su poder y tenía la obligación de ir a entregar a Ángel Aguirre los bártulos de su investidura, se negó a presentarse en el Congreso. Una rabieta más. Un desdén propio de su cobardía.

    Hoy que se le publican expedientes criminólogos, acusaciones de homicidio calificado, aquel fantoche esta mudo. Peleonero, gritón, camorrero, machote y altanero, guarda un hermetismo que no lo trasunta con lo que fue, cuando insultaba a quien se le pegaba la gana.

   PD: “Hay un enano en el tapanco”: Dicho.