miércoles, 30 de noviembre de 2011

El genoma de la araña roja abre la vía a nuevas tácticas de control de plagas



Según un estudio publicado en la revista Nature


Madrid. España. Noviembre del 2011. (Fuente: Nature/ EFEAGRO).─ La secuenciación del genoma de la araña roja, un ácaro que es capaz de devorar más de mil tipos de plantas, ha abierto la puerta a nuevas estrategias de control de plagas que eviten el uso de pesticidas convencionales y al desarrollo de nuevos materiales a partir de la seda resistente que produce esta especie.

Éstas son algunas de las principales conclusiones de un estudio que publica la revista Nature, en el que participó un consorcio internacional de más de 40 grupos de investigadores, entre ellos varios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Este consorcio hizo pública la secuenciación del genoma de dicha especie en febrero del pasado año y ahora, tal y como se publica en la citada revista, profundiza en el análisis y consecuencias de esta secuenciación, que ofrece, entre otros resultados, las claves de la resistencia de la araña roja como plaga de cultivos agrícolas.
Una de las principales plagas agrícolas, el ácaro Tetranychus urticae, conocido como araña roja, está considerado una de las principales plagas agrícolas a escala mundial.
Las plagas de araña roja afectan a más de 150 cultivos de gran importancia económica, como el tomate, el pepino, la fresa, el manzano, el peral, el maíz o la soya, informó el CSIC.
“Los resultados de este estudio abren nuevas posibilidades para el desarrollo de una agricultura más sostenible, ya que pueden llevar al diseño de estrategias de control de plagas que eviten el uso de pesticidas convencionales”, según el investigador Félix Ortego, del Centro de Investigaciones Biológicas (CSIC).
Estas estrategias podrían ser de naturaleza muy diversa y podrían incluir desde la mejora genética para obtener plantas resistentes a la araña roja hasta aproximaciones biotecnológicas que contribuyan a desarrollar “alimentos completamente libres de plaguicidas”, según Isabel Díaz, del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas.
La capacidad de este ácaro para alimentarse de plantas con diferentes mecanismos de defensa se encuentra en la expansión dentro de su genoma de los genes encargados de eliminar toxinas de origen vegetal.
Y es que la araña roja integra en su genoma algunos genes procedentes de bacterias u hongos que le permiten combatir las respuestas de defensa de las plantas de las que se alimenta.
Con todo esto, subrayó Ortego, se pueden identificar posibles dianas, genes específicos de esta plaga para actuar sobre ellos, bien produciendo nuevos compuestos que interaccionen con la proteína que se produce a partir de ese gen o bien con nuevas técnicas biotecnológicas que eviten que ese gen concreto se exprese.
Se trata de “atenuar todo el mecanismo que tiene el ácaro para poder alimentarse de esas miles de plantas”.
Posibilidades
El análisis del genoma de Tetranychus urticae presenta también numerosas posibilidades en el terreno de los nanomateriales.
La investigadora Marisela Vélez, del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica, explicó que la seda que produce este ácaro tiene unas propiedades comparables a las de la seda de araña, ya que es un material ligero, resistente, elástico y biodegradable.
Tiene, además, un gran potencial para desarrollar nuevos materiales inteligentes con aplicaciones en medicina y en tecnología, según una nota del CSIC.
A diferencia de la seda de la araña, este material está constituido por fibras más pequeñas, de dimensiones nanométricas, y de composición más sencilla, lo que supone grandes ventajas para su explotación comercial.
“La secuenciación de estos genes facilitará su expresión y modificación para obtener el material a precios competitivos, algo que todavía no se puede hacer con la seda de araña debido a su mayor complejidad”, según Vélez.
Los investigadores de este trabajo, que coinciden en que aún queda un largo camino por recorrer, también constataron que el de este ácaro es el genoma más pequeño de animal secuenciado hasta la fecha.
Esta investigación está financiada por el gobierno de Canadá y el Ontario Genomics Institute, y el consorcio sigue trabajando en la secuenciación del genoma de otras especies relacionadas.

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