Otro de los compromisos que incluso firmó ante el notario
número cuatro, Eduardo Nozari Morlet, es el rescate del Acapulco Tradicional
con recursos federales para devolverle a esa zona el resurgimiento turístico.
También se comprometió a devolverle a las familias de los
acapulqueños y de los guerrerenses la paz, la seguridad y la tranquilidad que
perdieron ante los hechos violentos que se registran desde hace ya más de un
año, para esto comento Peña Nieto se tiene que reactivar la economía y
propiciar muchas fuentes de empleo.
“Aquí durante el recorrido que realice para saludar a los
acapulqueños, hombres, mujeres, jóvenes me pidieron trabajo, trabajo y más
trabajo” dijo el candidato a la Presidencia, desde hace más de diez años en
México creció a 12 millones de pobres y se comprometió a trabajar para combatir
la pobreza en Acapulco, Guerrero y todo México.
Unos dicen que diez mil otros que quince mil no lo sé, pero
de que había miles, había miles, Enrique Peña Nieto acompañado de su esposa
Angélica Rivera de Peña, recorrieron todo el salón saludando a sus seguidores
de mano.
El candidato recibió besos, besos y más besos, las mujeres
“morían” por tomarse una foto con él y digo morían porque casi lograban morir a
manos de los guaruras, se abrieron paso a codazo limpio, en una lucha cuerpo a
cuerpo, los elementos de seguridad las jalonearon, las desgreñaron, las
empujaron, muchas lograron tomarse la deseada foto, no salieron muy guapas con
todo el pelo alborotado y la ropa desarreglada, pero se quedaron con el
recuerdo de ese día de fiesta para los priístas.
Había fans de todos los estratos sociales, quienes se subían
a las sillas para tomar una foto “aunque sea de lejecitos” mujeres maduras,
señores, jovencitas y jovencitos, también yo lo confieso porque no me dejaban
ver nada y fue cuando vi a uno de los fans de Enrique Peña Nieto, el millonario
Jaime Camil que también se subió a su silla intentando sacar la mejor foto del
candidato.
Pero como ocupaba la zona VIP que es la de adelante, no
dejaba tomar sus fotos a los compañeros de los medios de comunicación estos ni
tardos ni perezosos le gritaron que se bajara de la silla, volteó y todavía
rezongo, “oigan yo también lo quiero ver”, pero como es un hombre muy amable y
educado se tuvo que bajar.
Al finalizar el evento y cuando todos pensamos que ya se
había ido Peña Nieto, lo vimos que seguía recorriendo la parte del frente para
saludar a muchos acapulqueños que por haberse quedado hasta el final del evento
logró saludarlo y tomarse una foto ya sin tanto empujón de los guaruras.
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