El equipo de científicos analizó durante varios años
zonas marinas con grandes concentraciones de dióxido de carbono y el efecto que
éste tenía en bebés de peces de arrecife
Sidney,
Australia. Enero del 2012. (Fuente: El Informador).— El aumento de las emisiones de dióxido de
carbono (CO2) en los mares trastorna el sistema nervioso de los peces y reduce
sus posibilidades de supervivencia, advierte un estudio científico difundido en
Australia.
“La concentración de dióxido de carbono que se calcula
habrá en los océanos a finales de siglo afectará la habilidad de los peces para
oír, oler, moverse y escapar de los depredadores”, afirmó el jefe del equipo
investigador, Phillip Munday, del Centre of Excellence for Coral Reef Studies
ARC y la Universidad James Cook de Australia, según un comunicado de prensa.
Los océanos absorben cada año unas dos mil 300
millones de toneladas de CO2 producidas por el hombre, cantidad que produce un
cambio en el mar como la acidificación del agua.
El equipo de científicos analizó durante varios años
zonas marinas con grandes concentraciones de dióxido de carbono y el efecto que
éste tenía en bebés de peces de arrecife, como el pez payaso y la doncella
amarilla, y los depredadores.
Lo primero que descubrieron es que los pececillos
perdían sentido del olfato, “lo que significa que les resultaba más difícil
hallar atolones donde vivir o reconocer los olores que avisan de la presencia
de un depredador”, explicó Munday.
Después se dieron cuenta que el siguiente sentido
afectado fue el del oído y luego la habilidad para darse la vuelta, un
movimiento importante para permanecer unidos y evitar ser víctima de los
depredadores.
“Todo esto nos llevó a sospechar de que no se trataba
solamente del daño a determinados sentidos, sino que la concentración de
dióxido de carbono estaba afectando a todo el sistema nervioso central”, apuntó
el científico.
“Hemos establecido que no es simplemente la
acidificación de los océanos lo que causa perturbaciones, como en el caso de
los mariscos y plancton con esqueletos calcáreos, sino que es el CO2 disuelto
lo que daña el sistema nervioso de los peces”, afirmó Munday.
El efecto del dióxido de carbono en los depredadores
es mucho más suave, según el estudio publicado recientemente en la revista
Nature sobre cambio climático.
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