Julio Ayala/NOTYMÁS
Chilpancingo, Gro., noviembre de 2012 (NOTYMAS). Mientras no se
modifiquen las tarifas de agua potable en Chilpancingo, por más recursos que se
le inviertan, “así sean mil o tres mil millones de pesos”, el problema del
abasto habrá de continuar, porque se requiere que los usuarios paguen el
servicio a fin de que se cubra el pago de energía eléctrica.
Lo anterior fue
señalado por el ex director de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado
(Capach), Nabor Ojeda, quien dijo que “el cobro del agua en Chilpancingo está
muy por debajo de muchos municipios, incluso de los que lo rodean, como Tixtla
o Zumpango, e incluso que en Acapulco”.
“En Chilpancingo se
paga muchos menos que en otros municipios”, puntualizó el ex director de la
paramunicipal, y que si a eso se le agrega que un 40 por ciento de los usuarios
no pagan el servicio, la situación se agrava.
Nabor Ojeda, quien en
los próximos días recibirá un reconocimiento del Centro Fox, perteneciente a la
iniciativa privada, junto con la Universidad Pontificia de Salamanca y el
Instituto Mexicano de Evaluación, por haber sido evaluado como el mejor
director de un sistema de agua potable, puntualizó que la baja tarifa, así como
el escaso pago, “no alcanza para sacar los gastos de producción, y eso origina
que se tengan muchos problemas en el abasto a Chilpancingo”.
Dijo que el cobro por
el servicio de agua potable en la ciudad es un promedio de 60 pesos, cuando
mínimamente debe ser de cien, por usuario. “En Cuernavaca el cobro mínimo anda
en 250 pesos, en Puebla, entre 230 y 240
pesos, en Jalapa en 260, y eso permite que obviamente la ciudad tenga más
agua”.
El ex director de la
paramunicipal dijo que el problema de la falta de agua en Chilpancingo, si bien
es un problema de escasez de recursos, en el fondo es un asunto de falta de
voluntad de las autoridades para cobrar más por el agua, es decir, “tarifas
adecuadas para traer más agua”.
Y agregó: “mientras
tengamos políticas populistas de no cobrar tarifas adecuadas, el problema en
Chilpancingo no se va a resolver”, y esta culpa la tienen los alcaldes, los
cabildos y el propio Congreso local, que no aprueba nuevas tarifas por el
servicio del vital líquido.
Dijo: “a mí me
rechazaron el cobro por aguas residuales; me lo quitaron en la Ley de Ingresos
del Municipio, cuando lo propuse al Congreso”.
Puntualizó que se
podrán invertir millonarios recursos en líneas de conducción del vital líquido,
pero que si la gente no paga para que la paramunicipal cubra la energía
eléctrica que se utiliza para bombear el agua potable, seguirá habiendo
problemas de escasez.
Nabor Ojeda reconoció
que entre los que no pagan el servicio de agua potable se encuentran políticos,
ex alcaldes, funcionarios de gobierno, dirigentes sociales, “todo mundo evade
el pago del agua; es un problema de cultura”, agregó.
En suma, concluyó,
“por más lana que le metan, por más obra que
hagan, mientras no se resuelva el problema de cobro, y las tarifas, el
problema va a continuar”, tras señalar que la fuente de Acahuizotla opera al 50
por ciento de su capacidad, “porque no hay dinero para pagar la energía
eléctrica”. (NOTYMÁS)
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