domingo, 19 de febrero de 2012

Como violar la ley electoral y sobrevivir en el intento


Raúl Suarez Martínez
El deporte favorito de los mexicanos es descubrir día a día como violar la Ley sin aparentemente hacerlo, tanto así que las autoridades encargadas de vigilar el cumplimiento generalmente se declaran incapaces de sancionar los claros actos “violatorios” de las normas.

Tratemos de hacer un ejercicio para enumerar los ejemplos que  los presuspirantes a diversos puestos de elección popular han incurrido refiriéndonos ante todo al ámbito local:

En diciembre fue común escuchar en los diversos medios de comunicación electrónica los mensajes de los interfectos, así todos de repente tuvimos “amigos” que no conocíamos y que por arte de magia nos deseaban feliz navidad y un prospero año nuevo.

Nuestros nuevos amigos de repente se dieron cuenta que este año se podía contratar espacio en los medios para desearnos lo mejor, no paso eso por cierto en los años anteriores, ¿será que por casualidad no eran años que precedieran a la elecciones? O, de repente la magia de la navidad (diría una empresa refresquera) ¿toco sus corazones? Lo importante es que ya tenemos nuevos amigos, aja, que seguramente cuando estén en los puestos donde nuestro voto los llevara siempre nos atenderán, donde quiera que nos encuentren, nos resolverán con prontitud o cuando menos nos meterán a la fuerza aérea que siempre los acompaña.

De repente también nos enteramos que tenemos grandes intelectuales en Chilpancingo, todos los presuntos “amigos” tenían algo que decir y con tono hasta clerical nos dictaban lo que aparentemente era la verdad absoluta, ah, y cuidado con tratar de hacer una replica porque nos acababan con su gran capacidad intelectual. La generosidad de los medios, “donaban” los espacios para que nuestros genios de la “nueva era de la ilustración” pudieran darnos luz y guiarnos para el buen camino.

Es claro que no solo los espacios electrónicos fueron avasallados por los “amigos” con sus mensajes, los espacios en los periódicos electrónicos e impresos tuvieron muchos buenos ingresos, o fueron espacios “donados” de los mensajes navideños y de año nuevo. No podemos quejarnos, nunca como ahora seguramente nos ira muy bien.

Es claro que si la ley se aplicara a rajatabla y se castigaran los actos de promoción de los que aspiran a ser representantes populares, no tendríamos ahorita ya ningún aspirante, sin embargo lo mas seguro que el IEEG el Tribunal electoral y demás especies en funciones no castigaran estos u otros actos violatorios de la equidad; si se tomara en cuenta toda la promoción que hay en lonas, carteles, gallardetes, y todo medio impreso donde hay varios y varias que incluso que ya se manejan como candidatos o incluso aun como precandidatos sin estar todavía en tiempo para serlo.

Nadie ni aspirantes ni autoridades han logrado ni querido cumplir con la ley y todo apunta a que nada lograra que la ley se aplique.

Otra manera de pasar por encima de la ley o darle la vuelta o simplemente ignorarla (no violarla) según las autoridades, son los informes de labores de sus actividades, sobretodo en los diputados locales o federales y los senadores. Muchos según el caso dieron su tercer informe o cuarto o quinto (senadores) cuando nadie recordaba los informes anteriores pero como se acercaban ya los tiempos electorales hacían circo maroma y teatro, inundaban las ciudades con carteles, con su foto, pero generalmente con poca información sobre sus actividades, no importaba realmente informar sobre lo que se hizo o propuso, importaba e importa promover la figura y el nombre del suspirante, esa es la finalidad de los “informes”.

Hay muchas maneras de cómo han encontrado los suspirantes de darle vuelta a la ley porque saben que la autoridad al final no actuará en contra de sus intereses, porque la interpretación que se hace del ejercicio de la norma es que no hay formas punitivas de evitar que los suspirantes hagan proselitismo adelantado, sin disimular, sin buscar formas elegantes de violentar la ley. 

Todo por el legítimo derecho de ser candidato, cueste lo que cueste, pésele a quien le pese.

Este ha sido el nuevo deporte, el favorito de los aspirantes a puestos de elección popular de todos los partidos, por que han descubierto la manera efectiva de “como violar la Ley electoral y sobrevivir en el intento”.

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