Reportaje
Los jóvenes nacidos en los noventa, que votarán por primera vez y que vieron el final de la era del PRI en la Presidencia, la mayoría no registra a Luis Donaldo Colosio y ha crecido bajo los gobiernos panistas; hoy, a dos meses de las elecciones serán quienes puedan inclinar la balanza por algún candidato; pero pocos conocen la historia reciente del país
Cancún, Qna. Roo., mayo de 2012
Por Hugo David Pérez y Juan Manuel Coronel / Luces del Siglo
La crisis financiera del 94 que acabó con el patrimonio de miles de familias. El rescate bancario. La matanza de indígenas a manos de militares en el sur del país. El levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas y el asesinato del candidato priísta presidencial Luis Donaldo Colosio, fueron los hechos que convulsionaron a México a mediados de los noventa; sin embargo, para toda la generación de jóvenes que nació al final de la era priísta y que votará por primera vez, esos hechos están casi olvidados.
Son más de 3. 5 millones de jóvenes los que votarán por primera vez en julio, de acuerdo con datos del IFE, quienes viven bajo la influencia de las redes sociales y el internet. Sin embargo, en su memoria más próxima sólo quedan los últimos vestigios de la “dictadura perfecta”, adjetivo que acuñó el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, cuando en una entrevista señaló que el priísmo contaba con las características de un régimen dictatorial. “La permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido. Y de un partido que es inamovible”, opinión que le valió el veto para ingresar a nuestro país.
Los jóvenes, ahora veinteañeros, eran niños cuando en el 2000 Vicente Fox Quesada sacó de Los Pinos al PRI después de más de 70 años. Fue una elección que acabó con el poder hegemónico del presidente pero que, según los expertos, convirtió a la República en 32 feudos, en los cuales los gobernadores hacen y deshacen a sus anchas, sin contrapesos ni rendición de cuentas.
Durante 12 años de panismo fueron bombardeados en los medios de comunicación por los deslices intelectuales del ex presidente Fox en eventos internacionales, el enriquecimiento de la familia Sahagún a expensas del poder presidencial, las promesas incumplidas en materia de empleo por el actual mandatario, Felipe Calderón Hinojosa, la radicalización de la violencia en el país, la guerra contra el narcotráfico y los más de 50 mil muertos en este sexenio.
A esta lista se tiene que añadir que, para muchos jóvenes, la batalla presidencial del 2006 marcó el rumbo del país. La intromisión por parte del presidente Vicente Fox en el proceso, la negación del Tribunal Electoral a recontar los votos y el plantón sobre la avenida Reforma, una de las arterias principales de la Ciudad de México, liderado por Andrés Manuel López Obrador, provocó el descrédito a la incipiente democracia mexicana y desánimo en las nuevas generaciones.
Para la generación 2.0 en Quintana Roo, un estado priísta desde su creación en 1974, hechos como la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968, las crisis financieras, la devaluación de la moneda, la desaparición de activistas sociales, elecciones simuladas y la pobreza en que están inmersa muchos estados, son prácticamente historia antigua.
Sin un ideal político, los jóvenes quintanarroenses vacilan al hablar del tema; no creen en los partidos, no les interesa lo que suceda en este ámbito, están inmersos en las nuevas tecnologías, más preocupados por conseguir un empleo, ayudar en la economía familiar o completar sus estudios que en el futuro de un país que apenas conocen.
“Los jóvenes son apáticos con la política. En Cancún hay muchos jóvenes en los grupos juveniles que están participando en la política pero son casos aislados, la gran mayoría son chicos que no tienen ni idea de la situación actual del país y la política”, señala la politóloga Mariana Solano Silva.
La catedrática, egresada de la Facultad de Ciencias Políticas, afirma que pocos jóvenes digieren la política y muchos de ellos sólo se quedan con la parte mediática, es decir, lo que perciben a través de los medios de comunicación. “La mayor parte son conflictos y chismes que no guardan relación con la vida democrática”.
Aunado a esto, señala la docente, los nuevos ciudadanos no cuentan con una referencia histórica de su país, ignoran lo que ocurrió en el pasado de su ciudad y se enfocan en el “aquí y ahora” que le brindan los nuevos recursos tecnológicos. “Las redes sociales han contribuido este año a la politización de los jóvenes; sin embargo, la información en las redes sociales es poca para poder abarcar fenómenos particulares”.
La especialista reconoce a grupos de jóvenes interesados en el acontecer político debido a un bagaje familiar, esto responde a que ya hay antecedentes familiares de una carrera política en algún partido y continúan los jóvenes con este linaje; en algunos casos hasta se llega a participar activamente dentro de alguna institución, “pero son los menos, uno de cada mil”.
Luces del Siglo recabó las opiniones de jóvenes nacidos durante la primera mitad de los 90 y que se presta a votar en una elección presidencial por primera vez. Se tomó como referencia el asesinato de Luis Donaldo Colosio como el acontecimiento político que marcó el final del priísmo.