Piedras del Cielo. Civilizaciones del jade se exhibe en el Museo Nacional de Antropología. Foto: DMC. INAH. M. Mara |
* La muestra Piedras del Cielo. Civilizaciones del jade se exhibe en el Museo Nacional de Antropología
Ciudad de México. Abril
del 2012.
(Revista Protocolo).
En China y Mesoamérica antiguas, el jade fue considerado una piedra preciosa,
incluso más preciada que el oro o la plata en occidente, pues con ella se
manufacturaron objetos vinculados a las clases gobernantes y a la parafernalia
ritual; 220 de estas valiosas piezas, creadas por ambas civilizaciones, podrán
admirarse por única ocasión en el Museo Nacional de Antropología, en la ciudad
de México.
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En el marco de los 40
años de relaciones diplomáticas entre México y la República Popular China,
ambos gobiernos a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH-Conaculta) y el Museo del Palacio, de Pekín, hacen posible la exposición
Piedras del Cielo. Civilizaciones del jade.
Para esta muestra, el
Museo del Palacio (que está basado en el antiguo Palacio Imperial, también
conocido como la Ciudad Prohibida), seleccionó 120 piezas (juegos), las más
representativas de su colección de jade, compuesta por más de 30 mil objetos, y
que pertenecen a las culturas del periodo Neolítico, desarrolladas a lo largo y
ancho de China, así como a las diversas épocas dinásticas, de manera que se
abarca un lapso de más de ocho mil años.
El INAH, por su parte,
reunió también un centenar de obras, procedentes en su mayoría de los museos
Nacional de Antropología y del Templo Mayor, así como de la Zona Arqueológica
de Teotihuacan; el resto proviene de los museos regionales de Yucatán,
Campeche, Chiapas y Tabasco, del Museo de Antropología de Xalapa y de la
delegación del INAH en Veracruz.
Así, en Piedras del
Cielo. Civilizaciones del jade, la tradición lapidaria en la antigua
Mesoamérica está representada con objetos de las civilizaciones olmeca,
teotihuacana, maya y mexica, con alrededor de tres mil años de desarrollo
cultural, que va del periodo Formativo Temprano (1600-900 a.C.) al Posclásico
Tardío (1200-1521 d.C.).
En recorrido con los
medios de comunicación, el coordinador del proyecto, Miguel Báez, explicó que
el montaje a cargo de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del
INAH, se divide en cinco secciones que ilustran las cualidades físicas y las
características técnicas de su talla, sus diversos usos y los matices
simbólicos vinculados al mismo, con el fin de que el público pueda establecer
semejanzas o diferencias.
En ese sentido, la
doctora Xu Lin, investigadora del Museo del Palacio, explicó que es en el
último módulo: Caminando hacia la otra vida, donde queda establecida una de las
principales concordancias en cuanto al uso que, en China y Mesoamérica, se le
dio al jade, el de acompañante de personajes de la elite al momento de la
muerte.
“En China antigua se
creía que el jade y la mortalidad estaban estrechamente ligados, se pensaba que
el colocar piezas realizadas con este mineral (la nefrita, en particular), como
parte del ajuar funerario, permitiría que el espíritu de la persona llegara a
su destino. Por esa razón, el ropaje del muerto podía estar confeccionado con
jade, bajo la idea de evitar la putrefacción del cuerpo, y también se colocaban
tapones en ojos, oídos y boca, para evitar que ‘el alma escapara’.”
Diana Magaloni,
directora del Museo Nacional de Antropología y co-curadora de la exposición por
la parte mexicana, subrayó esta concepción al detallar que en las culturas
mesoamericanas, el jade representaba el agua petrificada, es decir, la vida que
trasciende la muerte. “Los mesoamericanos tenían conciencia de nuestro tránsito
por el mundo, y para ellos, el jade —característico por su dureza y su
resistencia— siempre iba a conservar ese color del agua petrificada.”
Con esta creencia,
gobernantes mayas del periodo Clásico (300-900 d.C.) eran ataviados incluso con
máscaras de jade; en la exposición se exhibe la que cubrió el rostro inerte de
“Garra de Jaguar”, quien gobernó la ciudad de Calakmul, en el siglo VII d.C.
También sobresale la representación del rostro del dios de fuego Xiuhtecuhtli,
que formó parte de la caja (tesoro personal) de Moctezuma I, tlatoani mexica.
La importancia de
Piedras del Cielo. Civilizaciones del jade, radica en que es el primer acercamiento
entre las dos culturas del jade (una tercera es la maorí de Nueva Zelanda),
creando así un nuevo terreno de investigación comparativa desde una visión más
amplia. Tras su permanencia en nuestro país, la exhibición viajará al Museo del
Palacio, en la capital china, donde se apreciará entre julio y octubre del
presente año.
Del Museo del Palacio
destaca un Jue, objeto de pequeñas dimensiones en forma de anillo, una de las
representaciones más primigenias de un dragón, animal fantástico adorado en China,
es la pieza más antigua de la exhibición con más de siete mil años. Otra obra
sobresaliente es la representación de una montaña en que se observa el proceso
de extracción del jade.
Discos bi (indicadores
de alto rango) y congs (tubos prismáticos), anillos esgrafiados, puñales,
hachas, vasos ceremoniales, cinceles, instrumentos musicales, representaciones
de cabezas humanas y falos, puntas de flechas y cabezas de lanza, refieren el
contexto ritual en que fueron utilizados estos artefactos, particularmente
durante el periodo Neolítico (8000 al 2000 a.C.).
Tallas en nefrita que
representan animales reales y fantásticos, vasos para vino, tazones, cucharas,
teteras, incensarios, platones, floreros, instrumentos para la escritura… son
testimonio de cómo el jade comenzó a ser utilizado con fines utilitarios a
partir de las primeras dinastías, cuya máxima expresión se reflejó en las
tradiciones Ming y Ping (1368 a 1912 d.C.).
En lo que respecta al
mundo mesoamericano, pendientes, pectorales, discos, teselas, orejeras, pinzas,
hachas, punzones, cetros, collares, brazaletes, placas, sartales y máscaras,
aluden al alto rango de quienes los portaron: sacerdotes y gobernantes, a su
uso en complejos rituales y a su aprecio como “piedra preciosa” o chalchihuitl.
Piedras del Cielo.
Civilizaciones del jade permanecerá en exhibición del 31 de marzo hasta finales
de junio próximo, en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Nacional de
Antropología (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec). Horario: martes a
domingo de 9:00 a 19:00 horas. Costo: 57 pesos (acceso incluido en el boleto de
entrada al museo). Entrada libre a maestros, estudiantes, niños menores de 13
años, pensionados, jubilados, maestros y estudiantes con credencial vigente.
Domingo: entrada gratuita a público nacional y extranjeros residentes.
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