Acapulco, Gro., diciembre de
2016. Hasta 12 por ciento de la población que se jubila, pensiona o pierde su
empleo por cualquier circunstancia entra en un proceso de depresión, por lo que
llevar actividades recreativas de grupo contribuye a mejorar su estado de ánimo
y su productiva, indicó la Delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) en Guerrero.
Como parte de las actividades por la
segunda Semana Nacional de Prestaciones Sociales 2016, fue impartida la
plática “Superación de la depresión con actividades recreativas”, donde se
detalló que le puede ocurrir a cualquier edad, por lo que debe ser atendida por
un especialista y con el apoyo de la familia de la persona que la padece.
El psicólogo Lerdin Jesús Ramos Radilla
informó que la depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste,
melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de
esta manera de vez en cuando, durante períodos cortos.
Detalló que la depresión clínica es un
trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida,
ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas
semanas o más, es ahí, reiteró, cuando la familia tiene que entrar en contacto
con la persona depresiva y ayudarlo a mejorar su estado de ánimo, pues de
volverse crónico, podría, incluso, registrarse un intento de suicidio.
Mencionó que actividades como natación,
baile, voleibol, basquetbol u otras disciplinas deportivas o culturales que se
imparten en los centros de Seguridad Social (CSS) del Instituto, desarrollan un
estilo de vida activo y saludable, además de ser un sitio de sana convivencia,
de acuerdo al grupo de edad.
“Los síntomas de la depresión son
decaimiento, tener exceso de hambre o pérdida del apetito, exceso de sueño o
pérdida del mismo, la persona suele tener pensamientos suicidas, es escapar de
una situación que no le agrada; las personas depresivas tienden a ver, o una
tendencia a fijarse en la negativo, más que en lo positivo que hay en sus
vidas”.
Otras causas pueden ser el alcoholismo
o drogadicción, la muerte de un familiar o conocido, el estrés crónico, una
situación de maltrato en la infancia, contraer una enfermedad, problemas para dormir o descansar,
pensamientos repetitivos negativos, deficiencias nutricionales, aislamiento
social y problemas familiares o personales.