Felipe Zamora Carbajal/NOTYMAS
Taxco, Gro., enero 15 del 2015 (NOTYMAS).– "Quien no conoce la historia está condenado a
repetirla", dice la sabiduría popular, y quien no aplique este dicho debe atenerse a seguir
cometiendo errores de los que se arrepentirá cuando ya no habrá remedio y cuando
el único recurso sea la crítica, una práctica que resulta, para quien la hace desgastante y para quien
la recibe, generalmente irrelevante.
Javier Ruiz Ocampo, presidente del Consejo Municipal
de la Crónica, quien no es muy dado
hablar, sobre política, accedió a nuestra petición, manifestándonos, que esta es la experiencia
que hemos vivido durante las últimas cinco décadas con nuestros gobernantes,
porque tal parece que desde la presidencia de Don Ricardo Figueroa, quien por
cierto no era Taxqueño sino de Tetipac, se acabaron los buenos gobernantes en
Taxco, que sin ser extraordinarios presidentes, al menos se les agradecía su
disposición para atender a la ciudadanía y en especial su honradez económica,
producto de la buena educación y de los valores familiares que eran el ejemplo
en esos tiempos, en donde la imagen personal ante la sociedad les imponía ser
eficientes, honrados y humildes con el pueblo.
Es decir eran los tiempos en que ser saludado por un
presidente era un orgullo que se apreciaba, detalle que con los años se ha
convertido en una vergüenza, porque hay ocasiones que el saludo presidencial es
un desprestigio para quien lo recibe.
Abundo el también analista y cronista taxqueño que a
este grado se ha llegado en una sociedad desde que el presidente Enrique
Martini Castillo emitió su famosa frase que ha pasado a la historia de la
triste realidad del político Taxqueño: "soy un cínico pues a mi no me
importa si hablan bien o mal de mí, lo que me importa es que hablen", y
parece que este es el lema de los políticos desde entonces, confirmado por una
sociedad que ha visto las miserias humanas reflejadas en el estilo personal de
gobernar de los últimos presidentes municipales de Taxco, de los que no se
salvan los diputados y los regidores que lo acompañan, es decir el mal es
parejo, y tal parece que cada día se agrava.
Refirió, no vale la pena analizar porqué hemos
llegado a tal grado de descomposición social, sino más bien como podemos
empezar a remediar este cáncer que irremediablemente llevará a la sociedad a su
total descomposición y que provocará una revolución popular, ya que parece
inminente que "No hay mal que dure 100 años ni gente que lo aguante",
por lo que antes de que esto suceda ya es tiempo de que la sociedad exprese un
Ya Basta y tome cartas en el asunto.
Por estas experiencias es absolutamente
indispensable conocer, antes de elegir, a cada uno de los aspirantes a gobernar
Taxco o ser representantes de la sociedad ante el Cabildo o el Congreso,
exigiendo que cada uno de los posibles candidatos se someta a una prueba de
confianza que incluya su respectiva declaración patrimonial, la prueba del
polígrafo y una constancia de no antecedentes penales, así como cualquier
prueba de que no está implicado con el crimen organizado, lavado dinero, haber cometido fraudes o algún otro delito que lo invalide como posible gobernante.
Sabemos que el mismo sistema político impide esta
sana práctica que le devolverá la confianza a la sociedad, sin embargo cuando
se actúa en unión, es la misma sociedad la que impone sus condiciones y en este
caso, la medida se impone para tener, al menos, confianza en nuestros futuros
gobernantes.
"Quien quiera gobernar Taxco debe demostrar que
lo merece", debe ser el lema de la sociedad para permitir candidaturas de
los futuros gobernantes, y debe de ser el claro mensaje a los partidos
políticos para que postulen a personas libres de culpas y sin los nefastos
antecedentes que tienen varios de los que ahora se están perfilando para
postularse, quienes, si tuvieran algo de conciencia social, ya hubieran
empezado a gastar en pruebas que demuestren la limpieza de su nombre, en lugar
de gastarlo en dádivas que compren conciencias y votos para el político
manchado con el flamígero dedo de la sociedad que ha señalado en múltiples ocasiones
su inaceptable proceder.
Antes de continuar engañando a la gente,
convertirlas en limosneros con sus exiguas dádivas, comprando candidaturas y
conciencias del pueblo, y quitándoles la dignidad que es lo último que les
queda, los aspirantes a gobernar Taxco, se deben desnudar ante sus electores,
quienes solamente de esta manera tendrán la esperanza de que Taxco tendrá
futuro, pero tal parece que a pesar del desastre que han ocasionado con Taxco y
que afecta no solamente a la ciudadanía sino hasta la clase política de todos
los niveles, los políticos de Taxco continúan con sus viejas práctica y culpas,
y ya se alistan muy optimistas, a triunfar en las elecciones del 2015, pensando
que la sociedad es olvidadiza y muy a pesar de que “Sienten el Temblor, pero no
se Hincan”, siguen sin escuchar al pueblo, razón por la cual, debemos
desnudarlos ante la opinión pública. (NOTYMAS)
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