domingo, 12 de enero de 2014

Error Priista


                                                                              
Por: Juan López

    La designación de René Juárez Cisneros como Delegado del PRI en varios estados sureños, fue recibida con beneplácito por amplios sectores políticos de Guerrero. Hubo júbilo social debido a que Juárez Cisneros fue gobernador del Estado y marcó su régimen con un distintivo especial: durante su administración no hubo registrado un solo acto de represión de las fuerzas de la vigilancia contra sectores levantiscos y protestatarios en toda la Entidad y en todo su sexenio. Se cosecha lo que se siembra. Hoy que regresa con 
una comisión representativa de su partido es aclamado por los priistas que le tienen confianza y afecto: profesional del diálogo, animal político con estilo y experiencia.

    Sin embargo en la sopa nunca falta una mosca. Entre los convidados, abriéndose paso para estar a un lado en la foto, seco y agrio… ¿qué hace Rubén Figueroa Alcocer en la ceremonia en un acto de purificación y renovación del tricolor en Chilpancingo? ¿Quién lo solicita para que enturbie el evento?    El ex gobernante que salió por la escalera de escape, después de estar como principal autoridad estatal, involucrado en el genocidio de Aguas Blancas, ignora acaso que dicho acontecimiento luctuoso fue suficiente para desterrarlo de la política militante y que, su ausencia en estos encuentros políticos, donde los ciudadanos quieren limpiar de  criminales su ejercicio electoral, es una necesidad obligatoria para no ensuciar al partido de impunidad, despotismo, criminalidad y abuso. Y que los caciques delictivos –como él-, en vez de pagar sus excesos y arbitrariedades con una condena penal, andan muy orondos presentándose como la vieja guardia de un PRI que parece resistirse a innovarse, modernizarse y hacerle justicia al pueblo. El llanto de las viudas, prevalece.

    Si el arribo de René Juárez se deslució recientemente en Chilpancingo fue por la necedad de Figueroa Alcocer por acaparar los reflectores públicos y postrarse en la fotografía como un ente inevitable, al cual el PRI debe apapachar, reconocer y darle escenario para que pose como una criatura política que enriquece los sectores políticos de Guerrero. Ningún crimen olvidan los parientes. Cierto. Si en algo perjudica la presencia de Figueroa en el PRI es en mucho. Y lo que más extraña es que nadie, ningún hombre ni mujer, se atreva a solicitarle que abandone el lugar porque a la sociedad no se le olvidan los 17 campesinos emboscados y asesinados a mansalva en Aguas Blancas en el año de 1995, por las élites uniformadas del Gobierno del Estado que entonces encabezaba el señor Figueroa.

    Los acontecimientos de esa fecha no son causa de olvido colectivo. Fue una masacre que no recibió castigo. Fue un hecho negro en la historia de Guerrero y los priistas en memoria de los fallecidos no deben permitir que el principal villano de aquella infausta tragedia, venga a pasearse e involucrarse en las actividades políticas del PRI: de un PRI que quiere sacudirse su mala fama de autoritarista, de violento y acabar con los recuerdos trágicos de cuando fue opresor y antidemocrático.

    Todo estaba bien. El PRI se prepara para el año próximo 2015 en que las elecciones, competidas y reñidas, resolverán la sucesión gubernamental  de gobernador, alcaldes y diputados. Todo estaba bien, hasta que apareció en el presídium el nefasto heredero de un aurea nefanda de sangre y corrupción. Mal empieza el PRI con estas exhibiciones de su peor pasado. 

El PRI debe orientarse hacia las nuevas generaciones. Hombres y mujeres jóvenes que tengan interés en mejorar las condiciones sociales de Guerrero y echar por la borda con fuerza y valor a estos esperpentos que traen con su visita, toda la crónica de un pasado mortuorio y asesino. El PRI nuevo que reclamamos debe ser renovador, ideológico, emprendedor, identificable con las necesidades de los pobres,  benefactor y no pocilga del erario público, donde se han enriquecido familias como los Figueroa.   

    PD: “Guerrero es Entidad geográfica e histórica, no confundirla con un basurero”: Juan de la Cabada.


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