Por Adrian Salbuchi para RT
Israel.
Noviembre del 2012. (Agencia
Internacional de Noticias RT). Adrian Salbuchi, analista y autor
TODO SOBRE ESTE BLOG El actual brutal asalto israelí contra Gaza genera dudas
acerca de si su dirigencia política tiene interés alguno en lograr la paz
duradera con los palestinos que dice anhelar.
¿Tiene esta campaña algún objetivo distinto
que forme parte de una estrategia tendente a 'ingenierizar' un ataque ulterior
contra Irán? Probablemente el caso de Palestina sea la historia sin fin más
trágica del mundo moderno.
Desde hace ya casi 65 años,
Israel viene bombardeando, lastimando y humillando al pueblo palestino,
destruyendo sus viviendas con topadoras y colocando a Gaza en un encierro que
lo transforma en el campo de concentración más grande del mundo.
En la más reciente violencia
que tuvo lugar hace varios días, ambos bandos acusan al otro gritando:
“¡Ustedes la empezaron!”. A esta altura de los acontecimientos,
¿realmente importa quién empezó esta nueva ronda de violencia?
El pasado miércoles 14, un
helicóptero israelí lanzó un ataque sobre Gaza asesinando al líder del ala
militar de Hamas, Ahmed Jabari, generando una reacción violenta de Hamás que
hizo llover pequeños cohetes sobre el sur de Israel lo que, a su vez, hizo que
Israel lanzara más ataques aéreos matando a 19 personas, hiriendo a 100 y
dejando a 6 niños muertos Dejá-vù: parece que estamos otra vez en enero de
2009, cuando Israel lanzó su Operación Plomo Fundido, en la que lanzó bombas de
fósforo ardiente sobre la población civil.
Esta vez llaman a su ataque
Operación Pilar de Defensa. Claramente, los líderes de derecha israelíes no
quieren un acuerdo pacífico con los palestinos. Esa es la razón por la que
sistemáticamente vienen saboteando toda posibilidad de arribar a una solución
que incluya la creación de un Estado soberano palestino.
El último israelí honesto
que trató de lograr la paz fue el primer ministro Isaac Rabin, hasta que fuera
asesinado en las calles de Tel-Aviv en Noviembre1995; no por un fanático
islamista; no por algún loco neonazi sino por un tal Ygal Amir: joven sionista
fanático de la ultraderecha, relacionado tanto con el Movimiento de los Colonos
y con el servicio de seguridad interna israelí, Shin-Beth.
Desde entonces, los
partidarios del Apartheid de la extrema derecha controlan a Israel, y lo
seguirán haciendo aún más ahora que el partido Likud del primer ministro
Benjamín Netanyahu se acaba de fusionar con el partido Yisrael Beitenu del
viceprimer ministro Avigdor Lieberman. Quizás esta última ronda de
palizas a los palestinos sea la manera que tienen estos dirigentes israelíes de
celebrar la creación de su Nuevo Gross Partei…
"No se preocupen
por EE.UU." Al ex primer ministro israelí Ariel Sharon se lo sindica de
haber dicho una frase infame a sus colegas durante una sesión caldeada del
Knesset (Parlamento) Israelí en octubre de 2001, en el sentido de que no tenían
por qué preocuparse por las reacciones de EE.UU. a su política de darle
sistemáticas palizas a los palestinos dado que, “¡nosotros los judíos
controlamos a EE.UU., y ellos bien lo saben!".
Viendo la manera como los
políticos norteamericanos sistemáticamente rinden cuentas y tributo ante
poderosos lobbies pro Israel y sus bancos de cerebros, como el AIPAC Comité
Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos-, la ADL y otras entidades, en los
que todos parecen competir para ver quién da el discurso más apasionado y
dramático en apoyo a Israel, uno se ve tentado de creer las palabras cándidas
del Sr. Sharon. Durante la reciente campaña presidencial, tanto Barack Obama
como Mitt Romney trataron de dar sus discursos más convincentes al estilo
“yo-soy-sionista” como dijera el vicepresidente Joe Biden en 2007, no sólo para
ganar el voto y el vital dinero judío en EE.UU., sino también el voto 'sionista
no judío' representado por ciertas sectas protestantes.
De manera que cuando la
embajadora norteamericana ante la ONU, Susan Rice miembro de organizaciones de
la elite de poder como la Comisión Trilateral y el Council on Foreign Relations
abiertamente saliera en apoyo de Israel condenando el contraataque de
Hamás, al que describió como “la violencia que Hamás y otras organizaciones
terroristas están empleado contra el pueblo de Israel”, nadie pudo verse
sorprendido.
En rigor de verdad, poco importa quién ocupe
el Despacho Oval de la Casa Blanca. Sea demócrata o republicano, EE.UU.
siempre apoya sin pensar y sin reservas a Israel cada vez que este país decide
darle una nueva paliza a los palestinos. Naturalmente, los multimedios globales
apoyan a Israel, habiendo logrado inusitado éxito en taladrar en el imaginario
colectivo global la conclusión de que el “terrorismo” siempre está ligado a
“fundamentalistas islámicos”.
De manera que a Hamás se lo
descalifica como ilegitimo, aún antes de empezar a hablar sobre una solución
que implique un Estado soberano palestino. No importa que Hamás haya ganado
unas elecciones democráticas realizadas en Palestina en 2006; no importa que
Israel misma haya sido fundada por grupos terroristas como Irgun Zvai Leumi,
Stern y Hagganah, que luego se fusionaron para crear las tan democráticas
Fuerzas de Defensa Israelíes (las Fuerzas Armadas de Israel) Aquellos grupos de
terroristas sionistas eran conducidos por los padres fundadores de Israel,
algunos de los cuales luego llegaron a ser primeros ministros (¡incluso
galardonados con el Premio Nobel de la Paz!), como Menahem Beguin e Isaac
Shamir.
Por esos días, estos
"luchadores por la libertad” se dedicaban a volar grandes hoteles con sus
ocupantes adentro, asesinar a enviados de la ONU, realizar cientos de
asesinatos contra líderes palestinos e imponer políticas de genocidio con las
que asesinaron e hirieron a cientos de miles de palestinos, luego expulsando a
millones de hombres, mujeres y niños de sus hogares y de sus tierras,
utilizando las peores técnicas de terrorismo.
La “lógica” israelí respecto
de Palestina funciona más o menos así: si Israel les roba y destruye sus
tierras, viviendas y riquezas a los palestinos, éstos no tienen derecho alguno
a quejarse; y si se atreven a defenderse, automáticamente se transforman en
“terroristas”. Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea parecen estar
de acuerdo con esto… Está bien si lo hago yo; está mal si lo haces tú…
Esta es la razón por la que Hamás y Hezbollah han quedado descalificadas como
“organizaciones terroristas”.
El fundamental sentido común político, sin
embargo, indica que las fuerzas armadas de una nación se trate de Estados
Unidos, Rusia, China, Brasil o Israel deben responder a los líderes civiles de
sus respectivos Estados Nacionales. ¿Pero qué ocurre cuando a un pueblo
como el palestino no se le permite tener un Estado Nacional soberano? ¿Cómo
habrán de defenderse los palestinos contra las agresiones terroristas
sistemáticas a las que los somete Israel, si no pueden tener un Estado Nacional
y, por ende, no pueden tener fuerzas armadas propias para defenderse? Ésta y no
otra es la razón por la que surgieron Hamás y Hezbollah: para que los
palestinos pudieran tener alguna posibilidad de autodefensa.
Por supuesto que es muy
fácil descalificarlas como “organizaciones terroristas” pero, utilizando ese
mismo criterio, ¿estarían hoy dispuestas las potencias occidentales a
recalificar a la Resistencia Francesa durante la Segunda Guerra Mundial como
una “organización terrorista”, simplemente porque se rehusó a aceptar
pasivamente la invasión militar alemana de Francia? ¿Debiera la Resistencia
Francesa haberse rendido para evitar que el Oberkommando en Berlín la
calificara como “organización terrorista”? ¿Y qué decir de los grupos de
terroristas que asesinaron al líder libio Muammar Gaddafi el año pasado en vivo
por la televisión? ¿O sobre los terroristas que hoy hunden a Siria en una
sangrienta guerra civil? ¿“Luchadores por la Libertad”, supongo? ¿Y
ello tan solo porque se oponen violentamente a regímenes que no simpatizan con
EE.UU. y sus aliados y logran así el apoyo de Occidente? Las potencias
occidentales deben comprender que no pueden tener lo mejor de los dos mundos: o
la Resistencia Francesa, Irgun y Stern, Hamás y Hezbollah y las guerrillas
sirias y libias deben todos calificarse como “luchadores por la libertad” o si
no, deben todos quedar descalificados y fuera de la ley como “organizaciones
terroristas”. No se puede tener el chancho y los veinte.
Todas las opciones
están sobre la mesa… Usando una de las frases favoritas de George W. Bush
cuando entraba en “modo busca pleitos”, recientemente un vocero del Ejército
Israelí amenazó no sólo a los palestinos, sino a todo el mundo, al decir que
para Israel “todas las opciones están sobre la mesa”.
Palabras muy fuertes viniendo de la única
nación en Oriente Medio que tiene un arsenal de armas nucleares y una
deplorable trayectoria de comportamiento que le presta total credibilidad a su
predisposición para utilizarlas.
De manera que los palestinos
deben prepararse para crecientes cuotas de violencia en los días y semanas por
venir. ¿Utilizará Israel esta creciente violencia como excusa para atacar
nuevamente al sur del Líbano, donde Hezbollah tiene sus cuarteles más poderosos
(y donde Israel fuera vencido cuando invadió el sur del Líbano por enésima vez
a mediados del 2006)? ¿Estamos viendo un 'crescendo' de violencia que habrá de
conducir en un ataque armado contra Siria conjuntamente con Turquía/OTAN y con
el Ejército Libre Sirio (también conocido como Al-Qaeda, CIA, Mossad, MI6)?
¿Será todo esto parte de la estrategia israelí de “asegurar su reino”, lo que
conlleva un ataque militar unilateral contra Irán como su verdadero y ulterior
objetivo? Mayores cuotas de violencia en todo Oriente Medio ayudarían a
convencer a Obama (y a los militares estadounidenses) de que deben dejar de demorarse
en atacar a Irán, y que deben volver con renovada fuerza a Oriente Medio.
Israel ha bautizado este último ataque de choque y terror Operación Pilar de
Defensa: un elocuente eufemismo 'orwelliano' para “¡démosle otra paliza a los
palestinos!”.
Si Israel ha decido desatar
un nuevo infierno sobre Oriente Medio para así preparar el escenario para un
ataque contra Irán, entonces pareciera que ese proceso de violencia debe
comenzar (¡otra vez!) por la martirizada Palestina.
Pero entendamos lo
siguiente: Israel pretende iniciar una nueva guerra en Oriente Medio empezando
por Palestina, pero… ¿adónde habrá de terminar?
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conferencista y comentador de
radio y televisión en Argentina. www.proyectosegundarepublica.com.
www.asabuchi.com.ar Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo
son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el
punto de vista de RT.
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