La hija del Che Guevara presenta en México dos
libros sobre el revolucionario
Ciudad de México. Agosto del 2012. (Revista
Protocolo). — La hija del guerrillero argentino Ernesto Che Guevara
(1928-1967), Aleida Guevara March, dijo en esta ciudad que es una “tarea
titánica” llenar de contenido la imagen de su padre, convertida en objeto
comercial.
“Este sistema (capitalista) vende todo lo que pueda ser vendido”, dijo la
médica de 51 años, que vive en Cuba y viajó a México a presentar dos libros
sobre el revolucionario.
“Hemos logrado un poco controlar esto, pero es muy difícil, porque en
muchas partes del mundo siempre hay alguien que se le ocurre la idea de hacer
una taza, un vino con la imagen del Che.”
Para la hija del Che, no hay diferencias entre el mito y el hombre real
cuando se logra llenarlo de contenido. “Si la dejas vacía, es solamente eso:
una imagen de un hombre bonito, buenmozo.”
Y señaló que el Centro de Estudios Che Guevara de La Habana trabaja para
que la gente, en especial los jóvenes, lo tenga presente “por él, no como una
imagen o un icono masivo”. Es “una tarea titánica. Estamos en eso y vamos a
seguir en eso”.
Guevara March es la mayor de los cuatro hijos que el Che tuvo con su
segunda esposa, la cubana Aleida March. Vivió con su padre sólo unos pocos años
hasta que el guerrillero dejó Cuba para irse al Congo cuando ella tenía cuatro
años y medio.
Su visita a México tiene como objetivo presentar los libros Evocación. Mi
vida al lado del Che, escrito por su madre, y Otra vez. Diario del segundo
viaje por Latinoamérica, del propio Guevara, que ya fueron presentados en los
últimos años en otros países.
“El Che es su mejor biógrafo”, señaló su hija. “Si queremos saber quién es
el Che, yo pienso que mejor leerlo a él”, ya que fue escribiendo desde los 17
años las cosas más importantes de su vida.
Sobre la relación entre sus padres, Guevara March señaló que Aleida March
era una mujer revolucionaria de origen campesino que amó al Che y tuvo que
hacer el sacrificio de vivir alejada de él poniendo por delante sus ideales.
“Ella sufrió mucho, mucho. Yo nunca vi a mi mamá llorar tan
desesperadamente como al momento en que me da la noticia de la muerte de mi
papá”, contó Guevara March. “No tengo recuerdo de una caricia entre ellos, eran
muy reservados en ese sentido.” Y sin embargo, señaló, tuvieron un “amor
intenso” que perduró en el tiempo. (Fuente:
Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba)
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