Reportaje
En su último tramo de
labores, legisladores federales consideran las candidaturas independientes como
una victoria para la sociedad participativa, pero tanto en el papel como en los
hechos falta mucho tramo para que este modelo avance
Cancún, Qna. Roo., agosto de 2012
Por Juan Manuel Coronel / Luces del Siglo
Cualquier ciudadano que quisiera competir por un puesto público, se encontraría con
una muralla. No existe una ley secundaria o algún cambio en el Código Federal
de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) que estipule los
requisitos que debe contar un candidato independiente, tampoco si se le
asignarán o no recursos, cómo se llevará la campaña, la fiscalización; el limbo
absoluto.
Según los especialistas consultados, las candidaturas independientes fueron abandonadas en un vacío legal, desprovistas de legislaciones que regulen su acceso a medios de comunicación, a obtener recursos para una campaña y sin poder aplicarse en los estados de la república. Este modelo hace evidente que el terreno sea árido y hostil para la participación ciudadana al márgen de los partidos políticos.
Por lo mismo, el Consejo General del Instituto Federal Electoral, IFE, declaró improcedentes las 56 solicitudes de registro como candidatos a la presidencia, igual que las tres candidaturas a senadores y las veinticuatro que buscaban una diputación federal en el pasado proceso electoral federal 2011-2012.
Ivonne Acuña Murillo, académica de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, asegura que la propuesta es débil.
“Todo está en el aire. Un candidato ciudadano no tiene las mismas posibilidades de aquellos que están inscritos a un partido. Un ciudadano no puede competir contra la estructura del partido. La intención es buena, pero está muy débil. Hay muy pocas posibilidades de que un candidato en esas condiciones llegara al poder”, explica.
Las candidaturas ciudadanas son una contrariedad jurídica. La constitución mexicana estipula en su artículo 35 que todos los ciudadanos podrán votar y ser votados para cargos de elección.
Pero el artículo 218 del Cofipe señala: "Corresponde exclusivamente a los partidos políticos nacionales el derecho de solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular". Es decir, el derecho es coartado por la misma ley.
Políticos y especialistas señalan que con esto apenas se cuenta con las bases para la reglamentación en la ley secundaria de las candidaturas independientes.
Fruto de una reforma política aprobada por la Cámara de Diputados y promulgada la semana pasada por el presidente Felipe Calderón, las candidaturas ciudadanas minan el poder de los partidos políticos y exigen una reestructuración del esquema político nacional. Un giro completo a más de medio siglo de historia electoral.
Sin embargo, el Congreso dejó una reforma que para muchos actores políticos es inconclusa. En la discusión quedó fuera el eliminar o disminuir los candidatos plurinominales y la reelección de gobernantes y legisladores. Del otro lado, la consulta popular y la iniciativa ciudadana están fuera de los alcances reales de la sociedad.
El gran abismo está en cómo lograr una candidatura independiente. Durante el Foro La Reforma Política, Cambio Estructural de la Vida Social en México, realizado por la Cámara de Diputados en 2011, el consejero del Instituto Federal Electoral, Marco Antonio Baños Martínez analizó que el dictamen no concretaba los cambios en Cofipe ni en el IFE.
“Los tiempos en radio y televisión están claramente establecidos para ser distribuidos entre partidos o coaliciones, según corresponda. El IFE y el Tribunal Electoral asignan los tiempos en radio y televisión a partidos, no a personas”, cuestiona.
Jorge Alcocer Villanueva, ex diputado federal, y actual coordinador del Centro de Estudios para un Proyecto Nacional Alternativo, SC., asegura que la cuestión de los requisitos se ha querido discutir.
“Estos aspectos no se han querido analizar, porque nos hemos ido con la algarabía de decir: vengan los independientes, van a ser fabulosos; yo la verdad creo que no nos van a resolver nada. Hay que hacerlo para que los partidos se fortalezcan, mejor dicho, se transformen, pero esos temas hay que discutirlos.
Aunque se pronuncia a favor de los candidatos independientes, reprueba que se requerirían casi 4 mil millones de pesos adicionales para financiar las campañas de cada candidato ciudadano.
Considerando que tenemos una de las democracias más caras del mundo, las candidaturas ciudadanas serían un peso más que cubrir con el presupuesto.
La académica de la Ibero, Ivonne Acuña Murillo, no ve recuperación del gasto que se destinaría a las candidaturas ciudadanas, porque los aspirantes no van a llegar a ningún lado, lo mismo que ocurre con los partidos pequeños.
“Habría que remodelar el sistema electoral para darle viabilidad para que las candidaturas tengan un sustento y signifiquen una posibilidad de acceso al poder, de lo contrario, se va a seguir desperdiciando el presupuesto”, apuntala.
Juan Caballero Coral, especialista en temas jurídicos y ex Consejero de la Judicatura del Poder Judicial de Quintana Roo en 2004, asegura que el ritmo de las reformas es lento.
Pone de ejemplo que en 1917 el logro de la Revolución Mexicana fue el artículo 123 que norma la cuestión laboral, pero la ley reglamentaria de este artículo, la Ley Federal del Trabajo, se concretó en 1931, es decir pasaron 14 años. “En este caso de las candidaturas independientes seguro ocurrirá así, espero no tarde tantos años”.
Cártel de partidos
Nuestra democracia está marcada por el desinterés y la desconfianza con los partidos políticos. En cifras, el 81.73 por ciento de los mexicanos manifiesta un interés nulo o moderado por la política según datos del Conacyt.
Esto refleja el deterioro en la valoración social de los partidos políticos. Los órganos políticos son la base de nuestra democracia, sin embargo, se han hecho grupos cerrados sujetos al control de sus dirigentes que deciden sus asuntos sin consultar a la ciudadanía.
Se han realizado cambios legales para propiciar la democracia interna y la apertura de los partidos a la participación de la ciudadanía en sus procesos de selección de candidatos, lo cierto es que en la percepción social existe un círculo de desconfianza.
En el foro de discusión de la Reforma Política, Manuel Bartlett Díaz puso énfasis en el tema.
“En México los partidos son controlados por unas cuantas personas. Entonces si unas cuantas personas son los que controlan los partidos políticos, ¿quiénes van a ser los candidatos independientes, cuáles van a ser las iniciativas? Los partidos van a estar en esta relación, que termina siendo un partido cártel”, refiere.
El catedrático Diego Valadés, en su estudio Problemas Jurídicos de las Precampañas y las Candidaturas Independientes señala que es un hecho que este modelo incrementará el deterioro de la imagen de los partidos.
Además, al debilitar a los partidos se termina con el sistema representativo. Esto, según el profesor del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, provocaría un retroceso a las viejas fórmulas personalistas y autoritarias que caracterizaron la política mexicana del siglo XIX. Entiéndase por caudillismos y dictaduras.
Diego Valadés escribe que los partidos le dan la mínima certidumbre al ciudadano de saber que si el candidato les falla podrán dar su voto de castigo contra el partido, y entonces, no podrán volver a tomar el cargo.
Sin embargo, con las candidaturas independientes no podrá ocurrir eso. Los ciudadanos no tienen ningún postulado al cuál adherirse y aquellos que votan por él no tienen forma de exigirle rendición de cuentas.
Por su parte, Acuña Murillo considera que falta mucho camino para que los candidatos independientes pongan en peligro a los partidos.
“Para poner en riesgo un sistema partidista, que aunque está en crisis, se necesita una ciudadanía consolidada, tener personas informadas participando para que un candidato independiente logre poner en riesgo a los candidatos de los partidos”, explica.
La nueva legislatura deberá comenzar por temas más urgentes que este modelo de elección, ahora que Enrique Peña Nieto es presidente. La especialista de la Ibero considera que se necesitará un pacto de gobernabilidad y después las reformas estructurales.
“Para darle el poder a la ciudadanía no basta con darle la posibilidad de lanzar a un candidato. Más bien se necesita la revocación de mandato, el referéndum el plebiscito, figuras que nos hablarían que los políticos están interesados dar más participación a los ciudadanos”, concluye.
Caballos de Troya
En 2010 la dirigente del PRI, Beatriz Paredes, manifestó que su bancada no aprobaría las candidaturas independientes debido a la influencia acrecentada de los poderes fácticos y al inusitado hiperactivismo de los grupos de ultraderecha.
Finalmente, fueron aprobadas, pero la discordia orilló a que se hiciese sólo en las candidaturas a la presidencia, dejando fuera a los estados.
Es una realidad que el crimen organizado y los grupos de poder económico ven a las candidaturas independientes como un buen modelo para buscar ingresar al gobierno y así asegurar sus intereses.
José Rolda Xopa, investigador nacional nivel uno del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, asegura que en el dictamen aprobado en el Congreso no se aclara qué ocurriría con las candidaturas si son financiadas con recursos privados.
Eso implicaría que los candidatos serían representantes de intereses de los grupos económicos, del crimen organizado o de quien pueda pagar una candidatura ciudadana.
La candidatura ciudadana debe permitirse, pero prohibiendo el financiamiento privado y estableciéndose además una profunda reforma a la Ley de Radio y Televisión, a las reglas que actualmente están previstas en el Cofipe en materia de radio y televisión, para que el candidato ciudadano no vaya a ser también una correa de transmisión de la televisión y la radio.
Casos de candidaturas independientes rechazadas
2001. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la resolución de las autoridades electorales de Michoacán que le negaron el registro a Manuel Guillén Monzón como candidato independiente a Gobernador.
2003. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la resolución de las autoridades electorales del Estado de México que negaron el registro como candidatos independientes a presidentes municipales a Gilberto Rocha (Ixtapaluca), Eugenia Alaniz (Atizapán) y Arturo Noguez (Villa Nicolás Romero).
2003. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechó por extemporáneo el recurso de Óscar Flores Rabadán y Eduardo Fernando López Castillo, que pretendían ser candidatos independientes a diputados locales en Morelos.
2003. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declaró improcedente y desechó el recurso de Valentín Pobedano Arce, quien ostentó como candidato independiente, en contra del resultado de la elección de presidente municipal en Temixco, Morelos.
2004. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación rechazó el presunto triunfo del candidato independiente José Hernández Mendoza en el municipio Las Vigas de Ramírez, Veracruz.
2005. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la negativa de las autoridades del Estado de México a recibir el registro de Mauricio Miguel Ángel Valdés Rodríguez como candidato a gobernador independiente.
2005. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación rechazó, igual que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a Jorge Castañedaque pretendía su registro como candidato a la Presidencia de la República. El caso Castañeda llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
2012. La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó la decisión del IFE de negar la candidatura presidencial ciudadana a Manuel Clouthier Carrillo. Cuando el PAN coartó sus aspiraciones, se amparó en la reciente reforma constitucional en materia de derechos humanos, que entró en vigor en 2011. Aún así, no pudo hacer prosperar su caso.
Candidatos internacionales
Las candidaturas ciudadanas son aceptadas en varios países, aunque si bien no han llegado a niveles altos como ser presidentes de su nación, sí han logrado ocupar espacios en sus respectivos parlamentos, además de una influencia considerable.
En España, sobre todo en el ámbito municipal, suelen aparecer candidaturas con la denominación de independientes o independiente, es decir, al margen de los dos grandes partidos: PSOE o PP, y llegan a usar diferentes siglas de las agrupaciones que se conforman para arropar al candidato; en Australia, aunque rara vez son elegidos para el Parlamento Federal, aunque son más comúnmente elegidos para los parlamentos estatales. Entre los más conocidos se encuentran Brian Harradine y Nick Jenofonte; en Canadá, está el caso de Chuck Cadman. Sólo en estados Unidos se ha logrado colar a las elecciones presidenciales un solo candidato independiente, fue en los comicios presidenciales de 2004, en la figura de Ralph Nader.
Según los especialistas consultados, las candidaturas independientes fueron abandonadas en un vacío legal, desprovistas de legislaciones que regulen su acceso a medios de comunicación, a obtener recursos para una campaña y sin poder aplicarse en los estados de la república. Este modelo hace evidente que el terreno sea árido y hostil para la participación ciudadana al márgen de los partidos políticos.
Por lo mismo, el Consejo General del Instituto Federal Electoral, IFE, declaró improcedentes las 56 solicitudes de registro como candidatos a la presidencia, igual que las tres candidaturas a senadores y las veinticuatro que buscaban una diputación federal en el pasado proceso electoral federal 2011-2012.
Ivonne Acuña Murillo, académica de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, asegura que la propuesta es débil.
“Todo está en el aire. Un candidato ciudadano no tiene las mismas posibilidades de aquellos que están inscritos a un partido. Un ciudadano no puede competir contra la estructura del partido. La intención es buena, pero está muy débil. Hay muy pocas posibilidades de que un candidato en esas condiciones llegara al poder”, explica.
Las candidaturas ciudadanas son una contrariedad jurídica. La constitución mexicana estipula en su artículo 35 que todos los ciudadanos podrán votar y ser votados para cargos de elección.
Pero el artículo 218 del Cofipe señala: "Corresponde exclusivamente a los partidos políticos nacionales el derecho de solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular". Es decir, el derecho es coartado por la misma ley.
Políticos y especialistas señalan que con esto apenas se cuenta con las bases para la reglamentación en la ley secundaria de las candidaturas independientes.
Fruto de una reforma política aprobada por la Cámara de Diputados y promulgada la semana pasada por el presidente Felipe Calderón, las candidaturas ciudadanas minan el poder de los partidos políticos y exigen una reestructuración del esquema político nacional. Un giro completo a más de medio siglo de historia electoral.
Sin embargo, el Congreso dejó una reforma que para muchos actores políticos es inconclusa. En la discusión quedó fuera el eliminar o disminuir los candidatos plurinominales y la reelección de gobernantes y legisladores. Del otro lado, la consulta popular y la iniciativa ciudadana están fuera de los alcances reales de la sociedad.
El gran abismo está en cómo lograr una candidatura independiente. Durante el Foro La Reforma Política, Cambio Estructural de la Vida Social en México, realizado por la Cámara de Diputados en 2011, el consejero del Instituto Federal Electoral, Marco Antonio Baños Martínez analizó que el dictamen no concretaba los cambios en Cofipe ni en el IFE.
“Los tiempos en radio y televisión están claramente establecidos para ser distribuidos entre partidos o coaliciones, según corresponda. El IFE y el Tribunal Electoral asignan los tiempos en radio y televisión a partidos, no a personas”, cuestiona.
Jorge Alcocer Villanueva, ex diputado federal, y actual coordinador del Centro de Estudios para un Proyecto Nacional Alternativo, SC., asegura que la cuestión de los requisitos se ha querido discutir.
“Estos aspectos no se han querido analizar, porque nos hemos ido con la algarabía de decir: vengan los independientes, van a ser fabulosos; yo la verdad creo que no nos van a resolver nada. Hay que hacerlo para que los partidos se fortalezcan, mejor dicho, se transformen, pero esos temas hay que discutirlos.
Aunque se pronuncia a favor de los candidatos independientes, reprueba que se requerirían casi 4 mil millones de pesos adicionales para financiar las campañas de cada candidato ciudadano.
Considerando que tenemos una de las democracias más caras del mundo, las candidaturas ciudadanas serían un peso más que cubrir con el presupuesto.
La académica de la Ibero, Ivonne Acuña Murillo, no ve recuperación del gasto que se destinaría a las candidaturas ciudadanas, porque los aspirantes no van a llegar a ningún lado, lo mismo que ocurre con los partidos pequeños.
“Habría que remodelar el sistema electoral para darle viabilidad para que las candidaturas tengan un sustento y signifiquen una posibilidad de acceso al poder, de lo contrario, se va a seguir desperdiciando el presupuesto”, apuntala.
Juan Caballero Coral, especialista en temas jurídicos y ex Consejero de la Judicatura del Poder Judicial de Quintana Roo en 2004, asegura que el ritmo de las reformas es lento.
Pone de ejemplo que en 1917 el logro de la Revolución Mexicana fue el artículo 123 que norma la cuestión laboral, pero la ley reglamentaria de este artículo, la Ley Federal del Trabajo, se concretó en 1931, es decir pasaron 14 años. “En este caso de las candidaturas independientes seguro ocurrirá así, espero no tarde tantos años”.
Cártel de partidos
Nuestra democracia está marcada por el desinterés y la desconfianza con los partidos políticos. En cifras, el 81.73 por ciento de los mexicanos manifiesta un interés nulo o moderado por la política según datos del Conacyt.
Esto refleja el deterioro en la valoración social de los partidos políticos. Los órganos políticos son la base de nuestra democracia, sin embargo, se han hecho grupos cerrados sujetos al control de sus dirigentes que deciden sus asuntos sin consultar a la ciudadanía.
Se han realizado cambios legales para propiciar la democracia interna y la apertura de los partidos a la participación de la ciudadanía en sus procesos de selección de candidatos, lo cierto es que en la percepción social existe un círculo de desconfianza.
En el foro de discusión de la Reforma Política, Manuel Bartlett Díaz puso énfasis en el tema.
“En México los partidos son controlados por unas cuantas personas. Entonces si unas cuantas personas son los que controlan los partidos políticos, ¿quiénes van a ser los candidatos independientes, cuáles van a ser las iniciativas? Los partidos van a estar en esta relación, que termina siendo un partido cártel”, refiere.
El catedrático Diego Valadés, en su estudio Problemas Jurídicos de las Precampañas y las Candidaturas Independientes señala que es un hecho que este modelo incrementará el deterioro de la imagen de los partidos.
Además, al debilitar a los partidos se termina con el sistema representativo. Esto, según el profesor del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, provocaría un retroceso a las viejas fórmulas personalistas y autoritarias que caracterizaron la política mexicana del siglo XIX. Entiéndase por caudillismos y dictaduras.
Diego Valadés escribe que los partidos le dan la mínima certidumbre al ciudadano de saber que si el candidato les falla podrán dar su voto de castigo contra el partido, y entonces, no podrán volver a tomar el cargo.
Sin embargo, con las candidaturas independientes no podrá ocurrir eso. Los ciudadanos no tienen ningún postulado al cuál adherirse y aquellos que votan por él no tienen forma de exigirle rendición de cuentas.
Por su parte, Acuña Murillo considera que falta mucho camino para que los candidatos independientes pongan en peligro a los partidos.
“Para poner en riesgo un sistema partidista, que aunque está en crisis, se necesita una ciudadanía consolidada, tener personas informadas participando para que un candidato independiente logre poner en riesgo a los candidatos de los partidos”, explica.
La nueva legislatura deberá comenzar por temas más urgentes que este modelo de elección, ahora que Enrique Peña Nieto es presidente. La especialista de la Ibero considera que se necesitará un pacto de gobernabilidad y después las reformas estructurales.
“Para darle el poder a la ciudadanía no basta con darle la posibilidad de lanzar a un candidato. Más bien se necesita la revocación de mandato, el referéndum el plebiscito, figuras que nos hablarían que los políticos están interesados dar más participación a los ciudadanos”, concluye.
Caballos de Troya
En 2010 la dirigente del PRI, Beatriz Paredes, manifestó que su bancada no aprobaría las candidaturas independientes debido a la influencia acrecentada de los poderes fácticos y al inusitado hiperactivismo de los grupos de ultraderecha.
Finalmente, fueron aprobadas, pero la discordia orilló a que se hiciese sólo en las candidaturas a la presidencia, dejando fuera a los estados.
Es una realidad que el crimen organizado y los grupos de poder económico ven a las candidaturas independientes como un buen modelo para buscar ingresar al gobierno y así asegurar sus intereses.
José Rolda Xopa, investigador nacional nivel uno del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, asegura que en el dictamen aprobado en el Congreso no se aclara qué ocurriría con las candidaturas si son financiadas con recursos privados.
Eso implicaría que los candidatos serían representantes de intereses de los grupos económicos, del crimen organizado o de quien pueda pagar una candidatura ciudadana.
La candidatura ciudadana debe permitirse, pero prohibiendo el financiamiento privado y estableciéndose además una profunda reforma a la Ley de Radio y Televisión, a las reglas que actualmente están previstas en el Cofipe en materia de radio y televisión, para que el candidato ciudadano no vaya a ser también una correa de transmisión de la televisión y la radio.
Casos de candidaturas independientes rechazadas
2001. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la resolución de las autoridades electorales de Michoacán que le negaron el registro a Manuel Guillén Monzón como candidato independiente a Gobernador.
2003. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la resolución de las autoridades electorales del Estado de México que negaron el registro como candidatos independientes a presidentes municipales a Gilberto Rocha (Ixtapaluca), Eugenia Alaniz (Atizapán) y Arturo Noguez (Villa Nicolás Romero).
2003. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechó por extemporáneo el recurso de Óscar Flores Rabadán y Eduardo Fernando López Castillo, que pretendían ser candidatos independientes a diputados locales en Morelos.
2003. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declaró improcedente y desechó el recurso de Valentín Pobedano Arce, quien ostentó como candidato independiente, en contra del resultado de la elección de presidente municipal en Temixco, Morelos.
2004. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación rechazó el presunto triunfo del candidato independiente José Hernández Mendoza en el municipio Las Vigas de Ramírez, Veracruz.
2005. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó la negativa de las autoridades del Estado de México a recibir el registro de Mauricio Miguel Ángel Valdés Rodríguez como candidato a gobernador independiente.
2005. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación rechazó, igual que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a Jorge Castañedaque pretendía su registro como candidato a la Presidencia de la República. El caso Castañeda llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
2012. La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó la decisión del IFE de negar la candidatura presidencial ciudadana a Manuel Clouthier Carrillo. Cuando el PAN coartó sus aspiraciones, se amparó en la reciente reforma constitucional en materia de derechos humanos, que entró en vigor en 2011. Aún así, no pudo hacer prosperar su caso.
Candidatos internacionales
Las candidaturas ciudadanas son aceptadas en varios países, aunque si bien no han llegado a niveles altos como ser presidentes de su nación, sí han logrado ocupar espacios en sus respectivos parlamentos, además de una influencia considerable.
En España, sobre todo en el ámbito municipal, suelen aparecer candidaturas con la denominación de independientes o independiente, es decir, al margen de los dos grandes partidos: PSOE o PP, y llegan a usar diferentes siglas de las agrupaciones que se conforman para arropar al candidato; en Australia, aunque rara vez son elegidos para el Parlamento Federal, aunque son más comúnmente elegidos para los parlamentos estatales. Entre los más conocidos se encuentran Brian Harradine y Nick Jenofonte; en Canadá, está el caso de Chuck Cadman. Sólo en estados Unidos se ha logrado colar a las elecciones presidenciales un solo candidato independiente, fue en los comicios presidenciales de 2004, en la figura de Ralph Nader.