Alfredo López Rosas.
José María Morelos y Pavón, después de 4 meses logró la
toma de Acapulco y el Fuerte de San Diego resguardado por el Pedro Antonio
Vélez, con 300 hombre defendió su cometido, obligado a entregar la plaza el 20
de agoto de 1813.
Morelos, vio que era el
momento de poner orden entre los insurgentes, los miembros de La Junta de
Zitácuaro, se encontraba en pleitos internos: Ignacio López Rayón, José María Liceaga, el cura José Sixto Verduzco, abrían más
frente de batallas entre ellos que contra los españoles.
La característica de la
visión de estadista del cura Morelos, observo el momento de dar dirección
correcta a la insurgencia, de afinar la meta de la lucha que inicio Miguel
Hidalgo y Costilla con sentido ambiguo.
Aquel domingo a las 5 de la
mañana del 15 de septiembre de 1810, en Dolores bajo el sonido de esquilón,
(campana) el viva a Fernando VII, viva la religión y muera el mal gobierno,
vivas que se encontraban vacías de propósitos para seguir dando la vida y
llenando el suelo de sangre lo que vendría a ser la nación mexicana.
Esto es lo que representa el
Primer Congreso en Chilpancingo, contenido, propósitos, ideología a la lucha de
la que aun no era una nación, pero que el visionario Morelos concibió como una
realidad.
De esta manera concreto la
idea del licenciado Carlos María de Bustamante y Morelos ordeno que se eligiera
2 diputados en los territorios dominados por los insurgentes, 6 fueron
designados por el “dedazo” de Morelos y el mismo se auto eligió diputado, y fue
miembro del Congreso representando a Coahuila y Texas, que también quiso vender
Morelos.
El 14 de septiembre de 1813.
Se instalo El Primer Congreso Insurgente de Chilpancingo, El diputado (válgame
Dios) José María Morelos y Pavón, entrego al congreso el texto de nombre
“Sentimientos de La Nación”, señalando los propósitos de la guerra de la
insurgencia en forma clara: La independencia de de La América de España y de
otra nación, gobierno o monarquía”. Este es el grito de la independencia de
México, no el de Miguel Hidalgo y Costilla, es el 14 de Septiembre cuando se da
el verdadero grito de independencia y no en Dolores, es en Chilpancingo, hoy
capital del Estado de Guerrero. Nada tiene que ver con el viva Fernando VII,
hombre bribón, borracho, cobarde.
Los miembros de este Primer
Congreso Insurgente, además de José María Morelos y Pavón
Ignacio
López Rayón, diputado por la provincia de Nueva Galicia;
José Sixto
Verduzco, diputado por la provincia de Michoacán;
José María Liceaga, diputado por la provincia de Guanajuato;
Andrés Quintana Roo, diputado por la provincia de Puebla;
Carlos María Bustamante, diputado por la provincia de México;
José María Coos, diputado por la provincia de Zacatecas;
Cornelio Ortiz Zarate, diputado por la provincia de Tlaxcala
Carlos Enrique del Castillo, secretario.
José María Murguía, diputado por la provincia de Oaxaca;
José Manuel de Herrera, diputado por la provincia de Tecpan.
Este acontecimiento
del Excelentísimo Señor Capitán General de los Ejércitos Americanos don
José María Morelos y Pavón, señala el cenit de su obra, después de salir
del territorio que hoy es del estado de Guerrero, Morelos no volvió a disfrutar
la victoria, entrego en la ciudad de Chilpancingo en el Soberano Congreso
Nacional, todo lo que la historia le honra. Por primera vez recayó en una
persona el poder militar y ejecutivo.
En El Primer
Congreso de la historia de lo que es México, los insurgentes de la lucha de la
independencia se pusieron al nivel de las garantías humanas de los países
europeos en el pensamiento de la soberanía, de la igualdad al abolir la
esclavitud.
Morelos conocía
el territorio del sur, su sentimiento de encono a al puerto de Acapulco, su
admiración por Tecpan, su reconocimiento a Chilpancingo tuvo que manifestarse
en su documento histórico “Sentimientos de la Nación”, desde el mes de julio
lanzo la convocatoria para ese congreso.
En nuestra patria
chica se dio a luz unos de los conceptos más adelantados en la historia de la
humanidad de forma de gobierno, de derechos humanos, de respeto, de soberanía
de nación, aun sin ser esto último.
El Primer
congreso de Chilpancingo, no solo debe dejarnos la práctica del “dedazo”, que
fue la forma en que Morelos eligió a sus diputados, los guerrerenses no deben tener al
“nepotismo” como patentado en Chilpancingo que fue lo que hizo el Presidente
del Soberano Congreso Nacional, Andrés Quintana Roo al poner en la nomina del
Congreso a su esposa Doña Leona Vicario.
Hay mucho más de
fondo, de ideología, de lealtad, de amor a México que los vicios heredados y
que no los dejan ni en el gobierno de la republica, ni en nuestra tierra
sureña.
El Congreso de La
Unión, debe rescatar el comportamiento genuino de los primeros congresistas,
que vivieron años de lucha por dar soberanía a las Américas, por dar la
independencia a los habitantes de las Américas de cualquier país, gobierno,
monarquía.
Hoy La Cámara de
diputados, de Senadores, se empeña en atar a México a los extranjeros, aun
viendo como saqueas a nuestros jóvenes talentosos, nuestros recursos naturales,
nuestro patrimonio a nuestras futuras generación, se han apartado de los
principios del Primer Congreso de Chilpancingo.
Cuanto más es el
compromiso del Congreso Local del Estado de Guerrero, porque en el territorio
en que ellos representan a los guerrerenses, se abrieron las mentes más lucidas
de esa generación de los luchadores por la independencia, por la libertad.
Hoy el Congreso
Local, es ajeno a que el gobernador en turno Ángel Aguirre Rivero, someta al
estado como su hacienda personal, familiar, hoy el Congreso del estado en el
mismo lugar que anido el puñados de hombre con carácter por sus principios, han
dejado que endeuden a los guerrerenses sin obligar a la transparencia, a la
rendición de cuentas y están listo para aprobar la petición de Aguirre Rivero,
de otro préstamo por 865 millones de pesos para que lo administres sus
sobrinos, sus parientes sus leales, sin obligar a los mecanismo de rendición de
cuentas.
Nada les importa
más que repartiese el “diezmo” de ese préstamo en el estado más pobre de la república mexicana, ante la deuda más grande de la historia del estado.
Hoy El Congreso
de La Unión, El Congreso Local del Estado de Guerrero, esta formado por
elementos de ausencia calidad humana, histórica, social, la mayoría de sus
elementos, están sumisos sin conocer lo que es la independencia, la soberanía,
el respeto, la representación de los ciudadanos, son una vergüenza al
compararlos con los miembros del Primer Congreso de Chilpancingo.
Hay que celebrar
el grito de la independencia, pero el que debe de celebrarse el grito de
independencia que dio José maría Morelos y Pavón el 13 de septiembre de 1813.
Hay que celebrar
el grito de independencia que se dio en Chilpancingo, el 13 de septiembre de
1813.
Hay que celebrar
el grito de independencia que se dio en el interior de la iglesia parroquial de
Chilpancingo, no el grito en el portal de la Iglesia de Dolores.
Hay que dar el
grito que declara la Independencia de la América Septentrional: “queda rota
para siempre jamás y disuelta la dependencia del trono español”. Que da
Morelos. No el grito de Viva Fernando VII de Miguel Hidalgo.
El primer grito
de independencia se dio en Chilpancingo. No en dolores.
El primer grito de la independencia de la
América mexicana se dio en el estado de Guerrero. No en Guanajuato.
Los guerrerenses
tenemos cuna, sangre, principios de la independencia, de la libertad, de la
soberanía, esto somos y estamos orgullosos de nuestro suelo suriano, de nuestra
capital.
VIVA LA INDEPENDENCIA DEL 13 DE SEPTIEMBRE DE 1813.
VIVA
CHILPANCINGO.
VIVA GUERRERO.
VIVA JOSE MARIA
MORELOS Y PAVON.
VIVA MÉXICO INDEPENDIENTE.
El día de la independencia 13
septiembre 2013
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