Chilpancingo, Gro., 16 de junio del 2013 / ANG.-La
crisis económica ha pegado duro a las familias mexicanas y eso quedó de
manifiesto en esta celebración del Día del Padre en la cual se pudo apreciar
que gran parte de los restaurantes se observaron vacíos, ya que cualquier
sentada representa un gasto de entre 400 y hasta 800 pesos por familia, por lo
que la mayoría de los papás decidió festejar su día paseando por los parques,
jardines, la Alameda “Granados Maldonado”, o bien, cureoseando por la
zona de Tepito, el zócalo capitalino y a lo más, una visitadita al zoológico o
al cine.
Este día
los papás se pusieron sus mejores ropas y aprovechando que es domingo, salieron
a pasear con la familia, por lo que los parque y jardines se vieron repletos,
así como el zoológico y la zona de los cinemas, buscando gastar lo menos
posible, ya que aunque este día son la estrella que más brilla, quiérase que
no, de todos modos pagan todo lo que se les regala, así como la comida de
celebración o la clásica visita al cine, misma que hoy día representa un gasto
de poco más de 500 pesos por familia.
De esta
forma, los pocos restaurantes que abrieron sus puertas lucieron semi vacíos, ya
que por más ofertas que anunciaron, los precios son hoy día inalcanzables para
la mayoría de las familias de clase media para abajo, por lo que la mayoría de
los festejados jefes de familia, se vieron obligados a comer, eso sí con toda
la familia y hasta las suegras, en el mercado Baltasar R. Leyva Mancilla, o
bien, en los clásicos tacos callejeros de canasta, las gorditas de chicharrón
LOS DE
PROFECO BRILLARON POR SU AUSENCIA
En
cuanto a la Profeco, hace unos días visitó Chilpancingo una comisión encabezada
por el titular de dicha dependencia, Fermín Alvarado Arroyo, quienes en
conferencia de prensa anunciaron que el Día del Padre realizarían un operativo
especial en los restaurantes, tiendas de ropa y licorerías, así como centros
comerciales, pero no cumplieron lo anunciado, ya que luego de un recorrido por
la mañana y tarde a todos estos establecimientos, se pudo comprobar que nunca
se aparecieron las autoridades de la Profeco.
Roberto
Suárez, Escamilla, de oficio carpintero y padre de tres hijos, comentó, “para
mí el Día del Padre es un festejo que poco a poco se ha ido perdiendo, y no
porque no seamos recordados por la familia, sino que representa un gasto hoy
día muy considerable, nuestras esposas hacen milagros con los sueldos, y bueno,
imagínese meterse a un restaurante o comprarse ropa en Liverpool, pues suena
prácticamente imposible con los salarios, por lo que esta tradición tiende a
desaparecer, ya que lo único que podemos hacer es salir a pasear con la esposa
y los hijos, dar una vuelta y comer en la calle unos tacos y las tradicionales
picaditas, desgraciadamente sólo para eso nos alcanza”. ANG
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