Chilpancingo, Gro., enero de 2016
(NOTYMAS).- Mientras que políticos discuten la implementación del Mando Único
o la Policía Única, la violencia continúa en Guerrero, la semana pasada fue
azotada la Tierra Caliente con los secuestros masivos de maestros y civiles en
Arcelia y Ajuchitlán.
Los secuestrados fueron liberados
entre el jueves y viernes de la semana anterior, menos el profesor Joaquín Real
Toledo, director de la Secundaria Técnica 114, de Santana del Águila, cuyo
cuerpo fue encontrado sin vida la mañana del sábado.
En tanto en el Congreso local, la
discusión se centra para que los ayuntamientos firmen con el gobierno del
Estado el convenio para la incorporación del cuerpo de seguridad pública
municipal al Mando Único. alguno de ellos se niegan.
El análisis de la negativa de los
ayuntamientos se ajusta en que éstos no quieren perder el dinero para su
policía municipal, dinero que muchas veces no llega precisamente a la seguridad
de los ciudadanos.
Ante ello, y la creciente
problemática que genera la violencia en los Estados, el Mando Único es la nueva
propuesta a la estructura del sistema policial en el país, argumentan los
legisladores.
Y explican que la implementación de
este modelo, no contempla la desaparición de las policías municipales, sino al
contrario, se retomaría mayor coordinación entre las corporaciones policíacas e
instituciones de seguridad pública, para brindar un mejor servicio a los
habitantes de los municipios.
Por su parte, el diputado Héctor
Vicario Castrejón, propuso exhortar a la Cámara de Senadores para que se
constituya en Cámara de Origen y legisle expresamente elevando a rango
constitucional, para contar con una policía única estatal que haga frente a la
inseguridad y restaure completamente la paz y la tranquilidad pública.
Las dos propuestas evitarían la
dispersión de mandos y se combatiría la grave infiltración delincuencial que se
presenta en las corporaciones policíacas, en mayor medida en las policías municipales.
Ya el fiscal Xavier Olea Peláez
aceptó esta situación, los secuestros fueron facilitados por la infiltración de
la delincuencia en las policías municipales.