Entre los cultivos de este tipo que tienen posibilidades de prosperar en
México están los de maíz, algodón y frijol
México. Abril del 2012. (Fuente: Notimex).
─ El uso de la biotecnología elevaría la producción de alimentos con
cultivos genéticamente modificados para satisfacer la demanda de unos 150
millones de habitantes con que contará México en el año 2050, estimó Clive
James.
El fundador y director del Servicio Internacional para la Adquisición de
las Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA, por sus siglas en inglés), expuso
que entre los cultivos de este tipo que tienen posibilidades de prosperar en
México están los de maíz, algodón y frijol.
Estimó en entrevista con Notimex que el cultivo del algodón, con el uso
de la biotecnología, pasaría de 150 mil a 300 mil hectáreas de producción para
exportar.
En el caso del maíz, cultivo del que se importan unas diez millones de
toneladas que aumentarán a medida que la población mexicana crezca, refirió que
el año pasado debieron subir las importaciones en un millón de toneladas para
compensar los efectos de la sequía y las heladas.
Con el uso de la biotecnología se generaría un cultivo de maíz más
tolerante a las heladas, de modo que los beneficios son significativos, sugirió
el directivo de la organización que cuenta con una red internacional de centros
diseñados para compartir conocimiento de agrobiotecnología.
“En México se cultivan más o menos siete millones de hectáreas en áreas
del norte, donde no tienen las razas criollas, por lo que un plan científico
incrementaría la producción nacional de maíz y disminuiría la dependencia de
las importaciones”, abundó.
México importa diez millones de toneladas de maíz por año a un costo
promedio de hasta 2.5 millones de dólares, y con la adopción de biotecnología
agrícola, este monto podría aprovecharse para apoyar el desarrollo del campo
mexicano y que estos recursos se queden en territorio nacional.
Para James, la clase de tecnología empleada para el algodón y el maíz es
aplicable también al frijol, “de hecho, en Brasil un instituto del sector
público acaba de desarrollar un frijol resistente a un virus”.
En México, el organismo que desarrolla investigación en la materia es el
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto
Politécnico Nacional.
La alternativa es invertir también en instituciones que desarrollen este
tipo de tecnología, así como contar con un sistema regulador basado en ciencia.
“Si México tiene plazos muy largos antes de que se desregulen o liberen los
productos, el país no puede aprovechar la tecnología”, advirtió.
Entre otros beneficios, esta tecnología “incrementa la calidad
nutricional del producto”.
En este sentido, estimó que en 2014 se obtendrá aceite libre de omegas
en frijol de soya, “lo que es muy bueno para la salud porque disminuye el
colesterol; todos son beneficios para la salud que serán posibles con el acceso
a esta tecnología y apenas hemos visto una fracción muy pequeña de lo que se
puede hacer”.
Sobre el rechazo al uso de la biotecnología por parte de grupos
ambientalistas que argumentan que son contraproducentes para las especies
nativas, sugirió promover esta producción en áreas que cultivan el maíz a nivel
comercial en el norte del país, mientras se protege la biodiversidad en estados
del sur.
“México puede ganar con una mayor producción en los estados del norte y
proteger sus razas criollas y la biodiversidad existente en el sur; no se tiene
que renunciar a una en aras de la otra”, señaló.
En la actualidad, México ocupa el lugar 16 en el conteo mundial de
adopción de la biotecnología agrícola en el mundo, con 200 mil hectáreas,
mientras que Estados Unidos encabeza la lista con 69 millones de hectáreas.
En conferencia de prensa, Clive James refirió que la adopción de
cultivos biotecnológicos en México para insumos como el algodón y la soya se
tradujo en ingresos agrícolas por 121 millones de dólares acumulados de 1996 a
2010.
Entre los beneficios de este tipo de cultivos, mencionó que en 2011 se
alcanzó un promedio de 175 mil 500 hectáreas de cultivos biotecnológicos, lo
que representó un incremento de 146 por ciento respecto a 2010.
James destacó que la adopción mundial de biotecnología agrícola continúa
al alza, al reportar en 2011 un total de 160 millones de hectáreas, es decir,
12 millones de hectáreas adicionales, lo que representa un incremento de 8.0
por ciento respecto al año inmediato previo.