Por
Patricia Sánchez Carrillo/
Hola que tal, amigos y
amigas, con el gusto de siempre les saludo, esperando que todos sus planes y
proyectos con el correr de los meses, (que por cierto pasan volando), vayan
tomando forma y que el tiempo nos permita organizar nuestras actividades de tal
suerte que podamos con tranquilidad disfrutar de las cosas buenas que nos
brinda la vida, ya sea en lo personal, familiar con nuestros amigos, compañeros
de trabajo en fin que a lo cotidiano le podamos brindar un aire de extraordinario
y sentir que cada día hacemos algo diferente.
Quiero comentarles que el
otro día por la tarde sentada en el balcón de mi casa que también es la de
ustedes, me detuve un momento para reflexionar, a punto de entrar a la edad del
júbilo doy gracias a Dios por todas las bondades que me ha permitido vivir y
disfrutar, como el amor de mis padres (+), el cariño incondicional de mi
familia, (en las buenas y en las malas), la comprensión y apoyo de de mis
amigas y amigos quienes a pesar de mi forma de ser tan dispareja en ocasiones,
continúan firmes en su amistad y/a tantos y tantas conocidos y conocidas que de
una manera u otra me han brindado atenciones y su saludo afectuoso, por todo
esto gracias.
Durante este tiempo he
tenido la oportunidad de estar en un sinfín de pláticas desde las más sencillas
hasta las más selectas y de alto nivel y saben qué, he constatado que los seres
humanos somos cíclicos y como consecuencia de ello estamos obligados de manera
natural a cerrar ciclos, en todo y para todo, el agotar algo es correcto, el
dejarlo abierto con el tiempo puede lastimarnos. Pasar de una etapa a otra es
lógico y normal, lo absurdo sería y en algunos casos hasta reprobable el
quedarnos estancados, eso equivaldría a querernos aferrar al ayer y así impedir
nuestro crecimiento como personas, tanto en lo espiritual como en lo mental, no
aceptar los avances de la ciencia es como pretender vivir en el siglo pasado,
no avanzar sería ver y tratar a nuestros hijos
como niños cuando en realidad ya son unos verdaderos hombres y mujeres,
en fin podría ejemplificar mil casos que atañen al tema, pero considero que nos
queda claro aquella frase muy mentada que dice ”El ser humano nace, crece, se
reproduce (esto sí es optativo) y muere” finalmente ese es el destino ineludible
de todas y todos”.
Bajo ese esquema siempre
vale la pena hacer una balance del pasado ¿qué hice? del presente ¿qué hago? y
del futuro ¿qué haré?, considero que las mejores respuestas a estas preguntas
sería contestarlas con la plena seguridad de que fuimos felices, somos felices
y seguiremos siéndolo; parecería ser que esto es una utopía, partiendo de que
la felicidad son instantes y nosotros decidimos hacerlos o no cautivos en nuestro corazón.
Es bueno movernos, romper
ciclos empezar otros, dejar paso a los jóvenes muchos de ellos (gracias a Dios)
llenos de entusiasmo de ideas, sueños que se pueden ir cristalizando;
seguramente lo harán mejor si tienen la capacidad de escuchar a las personas
que hemos acumulado experiencia, la cual nos permite entender que uno está aquí
de paso, llegas al mundo sin nada e igualmente te vas sin nada, la diferencia
sería que cuando te vayas te llevas recuerdos, rostros, momentos, afectos y eso
es lo que debemos atesorar, los momentos en los que hacemos el bien, los momentos
en que somos parte de algo, parte del cambio,
parte de la historia, porque también los recuerdos que dejamos son el
legado y nuestra aportación.
Cuando eres parte de la
historia tu actuar se volverá determinante a la hora de recordarte, así que más
nos vale hacer las cosas como se debe con trasparencia con honradez y ese es el
camino único de hacer lo que se debe hacer y deber ser.
Me queda claro que estas
reflexiones no son solo porque entro a otra década, siempre lo he pensado, me
doy cuenta como política de la influencia que podemos ejercer en los demás o se
hagan, la influencia que podemos tener para que las cosas cambien. En muchas
ocasiones parecería ser que las actividades de un político no son las correctas
y pueden no serlo, pero también hay acciones que hemos realizado, mediante las
cuales hemos logrado tener una sociedad
con libertad de actuar, de ser, de hablar, de comunicarnos, una sociedad donde
todavía se pueden tener oportunidades de crecimiento, claro que mucho de esto
dependerá de la participación ciudadana, es necesario que empecemos a entender
que no se trata de colores sino de voluntades, de volvernos sustentables pero
buscando siempre el bien común.
Muchos jóvenes ya tienen las
riendas del poder, pero asesórense bien, por favor no pierdan el piso, eso a la
corta arroja malos resultados, recuerden siempre: “mas sabe el diablo por viejo
que por diablo”. A otro jóvenes pronto les tocara tomar las decisiones de este
país, lo sano es que los espacios se vayan dejando para abrir nuevos caminos,
solo espero que su transitar en éstos este lleno de bondad, del liderazgo
suficiente y seguridad para pensar en que la sociedad necesita gobernantes
justos, honestos que enaltezcan ante los ojos del mundo a nuestro país. El
sendero se está abriendo quien quiera transitar por él es bienvenido.
Obvio resultaría pensar que
si queremos lo mejor para nosotros, para nuestra familia, para nuestra ciudad,
nuestro estado y nuestro país tenemos que actuar de mejor manera, proceder con
mesura, honradez y porque no decirlo con tolerancia y paciencia, considerando
siempre que como trato, espero ser tratada y mi comportamiento tendría como
respuesta el trato que me den. Pero lo bailado nadie me lo quita!...
Hasta la próxima, con el
cariño de siempre, soy su amiga
Patricia Sánchez Carrillo