Juan López
Principal atribución del Congreso es
recibir iniciativas de ley que le sean turnadas por el Poder Ejecutivo. No es
obligación en ningún caso que éstas sean acatadas y promulgadas sin preámbulo
alguno. Si la figura del legislador migrante no fue considerada urgente por el
pleno, es jurisdicción de la Cámara, retraerla para ulterior discusión. Acción
pública y transparente que no esconde otro subterfugio.
La subcultura política a la que estábamos
habituados, era a que los legisladores no discutan, no piensen y acaten con
docilidad lo que les hiciera llegar el señor gobernador. Cierta vez un
presidente de la república autorizó que su esposa tuviera a su disposición y
criterio un Ramo x, de la administración pública federal (así como el Ramo 33),
para que le fuesen reembolsados todos los gastos que ella y sus hijos hicieran
cuando compraran ropa, viandas, perfumes, vinos, regalos y toda clase de
caprichos y antojos en los que se sumergen los nuevos ricos. Marta Sahagún pudo
desde entonces ser considerada uno de los despilfarros más onerosos de la
política mexicana. A la fecha no existe, ni por excepción, legislador que
defendiera los intereses de la Nación.
La otra aberración -así sentida por las
feministas-, que no se haya aprobado la igualdad de género en la integración de
Cámaras y Ayuntamientos. Ellas desean que por ley se designe igual número de
mujeres y hombres en las boletas electorales
para que el votante legitime la inclusión, tanto de unos como de otras,
en los cabildos y legislaturas. Machistas, misóginos, son unos de los epítetos
que se ganaron nuestros diputados.
Defenderíamos con ferocidad la paridad de
género si, las damas que han incursionado en el servicio público, hubieran
dejado a su paso por la administración, una huella de respeto e hidalguía.
Gozaran ellas del mérito y crédito de haber mejorado los establos del quehacer
político. Que por su prestancia en la labor pública el pantano de la corrupción
fuera menor en México. Pero…
Cuáles son los frutos, hacia la sociedad,
de toda una vida untada a la ubre presupuestal de Guadalupe Gómez Maganda. Qué
le debe el pueblo de Guerrero a Verónica Muñoz Parra. Al mismo ritmo que los
masculinos las femeninas atrapan para su peculio los privilegios de la nómina,
ocultan con la misma eficacia sus ingresos, que los ciudadanos erogamos con
nuestros impuestos. Guardan igual silencio para ocultar a detalle los pagos que
reciben: son tan opacas como los hombres
y no diferencian su gula por
enriquecerse como motivación primordial. Vivir fuera del presupuesto… Jamás.
De qué le servirá a la ciudadanía que se
equiparen géneros en el gobierno. Si las mujeres nos garantizaran que ellas van
a erradicar la corrupción, administrarán la hacienda pública como el gasto de
su casa. Que reducirán la desigualdad social y económica. Pero…
Mientras los ejemplos de mujeres que
llegaron a la cúspide del poder y pervirtieron sus emociones, sean Marta
Sahagún, Elba Esther Gordillo, Olga Sánchez Cordero y Purificación Carpinteyro,
las ganas de anatemizar a quienes ayer en Guerrero rechazaron la paridad de
género, se nos disuelven en la duda de que así, estamos bien… ¡Qué caso tiene!.
PD: “P´a los toros del jaral, los caballos
de allá mesmo”: Dicho Popular.
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