La Costa Grande de Guerrero
con sus muy marcadas excepciones, desde hace meses a la fecha, vive un buen
clima de tranquilidad, reflejado claro en el sentir bullanguero de sus habitantes, en
particular con quienes habitan la tierra de Tata Gildo.
Aquí lo hemos señalado hasta
el cansancio, los vecinos de Tecpan no son como los pintan en el aspecto
negativo. Son si, ciudadanos como todos
que se defienden cuando se ven heridos en su honor de seres humanos y de
ciudadanos mexicanos, pero nunca lo hacen por causar mal a nadie, siempre
actúan de acuerdo a las circunstancias.
Ojalá el estado armónico
siga prevaleciendo como hasta ahora, sobre todo en las comunidades de San Luís
San Pedro y en San Luis de la Loma, donde la producción del mango y de otros
productos del campo, le ha dado al estado identidad nacional, por muy negativa
que quieran exponer las cosas los enemigos políticos de la región.
Pero si vemos el panorama
desde otro enfoque más amplio, diríamos y con justa razón, que la actitud de
diálogo del gobernador ángel Aguirre Rivero, ha jugado un papel muy importante
para apaciguar el temperamento de algunos sectores, tomando en cuenta quizás
que actuar a la ligera en conflictos serios no lleva a nada, como puede ser el
caso Aguas Blancas que por actuar de manera visceral del gobernante estatal en
turno, se tuvieron que lamentar la muerte de 17 personas y la salida inesperada
de quien en aquel entonces ejercía la
administración estatal, que con razón o sin ella, tuvo que cargar con la culpa
por ser en ese entonces, el responsable político de todos los guerrerenses.
Es obvio agregar que la
ciudadanía debe poner su parte si quiere seguir viviendo el aparente clima de
tranquilidad que hoy respiramos en Tecpan y en
casi toda la Costa Grande, no todo dejarlo al gobierno, porque la
autoridad que haga su parte y la población que haga lo que por obligación
ciudadana le corresponde.
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