miércoles, 12 de junio de 2013

PARA LA REFLEXIÓN

En el periodismo como en otras facetas de la vida humana, no queda más que expresarse con claridad y honestidad,  sin darles tantas vueltas al asunto. 

Decimos lo anterior por la reciente aparición de un periódico catorcenal pomposamente intitulado La Verdad de Guerrero  en alusión al medio ya desaparecido que por muchos años circuló en Acapulco y en otras partes del estado de Guerrero.

Pues bien, lo que se supone será la réplica de aquel medio combativo que fundara don Ignacio de la Hoya hace poco más de 50 años, no tiene nada de lo que piensan hacer esos cesudos periodistas, porque hasta en el contenido se refleja lo que en realidad persiguen, porque ni siquiera lo saben disimular.

Por ejemplo, es catorcenal y no diario como al que hacen alusión. Aquel medio se mantenía de su circulación y no de la dádiva oficial como aquí se demuestra que se pretende.

Las plumas de aquel medio, reflejaban el sentir de la sociedad y sus articulistas no andaban de carroñeros inventando cosas para abrir paso a los jugosos convenios publicitarios.

Se agarran de personas muy respetables en el medio pero solo para explotar el prestigio de cada uno, porque hasta  sin el consentimiento  de cada uno, los metieron en el enlistado del directorio.

La mayor parte de quienes lo integran, son personas acostumbradas a vivir de lo que se pueda con tal de no trabajar. La sociedad los conoce y los conoce muy bien, por si ellos pudieran  tener alguna duda.

El quehacer periodístico  lo puede ejercer quien tenga vocación de servir y no de servirse, de ahí que la aparición de cualquier medio a estas alturas  es bien recibida, lo que no se vale es que se pretendan agarrarse de todo un buen prestigio de renombrados periodistas para saciar apetitos personales. Se vale que cada quien exponga sus ideas como mejor, le venga en gana, pero no colgarse del prestigio de muchos compañeros  amantes de la honestidad, para buscar provechos personales.

El diario que hacen alusión en el cabezal del nuevo periódico, desapareció hace muchos años, después que por su dirección pasaron varios personajes  a quienes por respeto no se les menciona porque casi todos murieron. En el actual, la crítica se práctica en forma agresiva para sacar tajada, lo que parece ser que por ahí no va el asunto.


Aquí nomás vertimos una modesta opinión y queda entre esos señores periodistas si recapacitan o siguen con la espada  desenvainada buscando  el dinero fácil a costa de todo un prestigio como lo fue LA VERDAD DE GUERRERO que por sus criticas sustentadas hacia el gobierno, su primer director don Nacho de la Hoya, le costó una soberana golpiza que hasta con  trastornado mental quedó para todos los días de su vida.

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