*Recurren a plantas aromáticas o residuo
Madrid. Diciembre del 2012 (Fuente: EFEAGRO).Los
agricultores pueden encontrar un nuevo nicho de mercado en la cosmética
ecológica como proveedores de materia prima, como las plantas aromáticas y
medicinales, o de determinados residuos agroalimentarios bio que pueden tener
un gran uso en este sector que despierta interés en la población.
Así lo
indicó a Efeagro la coordinadora de la Red ecoestética de la Asociación Vida
Sana, Montse Escutia, que, aunque se trata de un sector incipiente en España,
tiene necesidades de materia prima “de origen ecológico certificado” y de
proximidad.
En este
sentido, recordó que ante la escasa producción de plantas aromáticas, se
importan, por ejemplo, de Egipto y sería más conveniente tener producción
local.
En el
caso de los residuos agroalimentarios biológicos, Escutia consideró que sería
interesante “tejer una red de contactos” entre estos productores y los
elaboradores de productos de cosmética ecológica.
Enumeró
residuos que como el hollejo de la uva, del maíz, del sector frutícola o
cerealista pueden tener una gran utilidad en esta nueva línea de negocio
orgánica.
La uva
tiene un componente, el resveratrol, que se extrae de uno de los subproductos
del sector vitivinícola como el hollejo y que es un componente interesante para
la cosmética, explicó Escutia.
Añadió
que los surfactantes, que “es un componente para los champús o geles de baño”,
es un residuo procedente del maíz o que “el hueso del albaricoque o las
cascarillas de arroz” se utilizan para la elaboración de peeling corporales.
Sin
olvidar productos como la oliva, la almendra o la pepita de uva, de las que “se
extraen aceites esenciales” imprescindibles en la ecocosmética, además de la
demanda interna de plantas aromáticas y medicinales que “puede convertirse en
una alternativa de cultiva para los agricultores ante el creciente empuje de la
producción bio”.
Aumenta
la demanda de productos ecocosméticos
Aunque
aún incipiente, la demanda de cosmética ecológica está aumentando por una
“mayor conciencia ambiental” y por crecientes problemas de alergias cutáneas.
No hay
que olvidar que algunas empresas de cosmética convencional usan “componentes
más agresivos”, tal y como puso de manifiesto la alarma generada este verano
por un conocido grupo de supermercados, comentó Escutia, y que ha hecho que
algunos compradores de cosméticos se preocupen más por el origen de los
productos.
Dado
que se trata de un negocio en vías de desarrollo en España es importante
organizar y estructurar este sector para tejer una red de contactos entre
productores de la materia prima ecológica que pueden proveer de productos
biológicos certificados a los elaboradores de cosmética ecológica, uno de los
objetivos de la Red ecoestética.
Este
proyecto es una iniciativa de la Asociación Vida Sana que se engloba dentro del
marco de acciones del Programa empleaverde 2007-2013 de la Fundación
Biodiversidad cofinanciadas por el Fondo Social Europeo.
En la
actualidad no existe en ningún país del mundo una definición oficial de lo que
se considera cosmética ecológica y natural, si bien varias empresas privadas,
siguiendo el modelo del sector de la producción de los alimentos ecológicos,
empezaron a definir normas sobre lo que debería ser.
Así,
entre otros compromisos, la mayor parte de los ingredientes son naturales o de
origen natural (un mínimo de 90 por ciento); no incluyen materias primas,
especialmente compuestos químicos sobre los que existen dudas sobre su
inocuidad para la salud de las personas; utilizan procesos de elaboración
respetuosos con el medio ambiente y no están testados en animales.
Si el
cosmético contiene un porcentaje mínimo de 95 por ciento de ingredientes de
origen vegetal y/o animal ecológicos certificados se considera “cosmético
ecológico”.
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