jueves, 25 de octubre de 2012

China cultiva semilla espacial



En 2006, el “Shijian-8” fue lanzado al espacio con más de 2 mil tipos de semillas, convirtiéndose en la primera misión con fines agrícolas

China. Octubre del 2012. (Fuente: Terra.com).Tomates fucsia, plátanos que crecen en la estepa siberiana y berenjenas de que pesan diez kilogramos son algunas de las variedades hortofrutícolas aparecidas en China gracias a los experimentos realizados en el espacio exterior en los últimos 20 años.

Todo empezó en 1987, cuando un profesor de la Academia de Ciencias china, Jiang Xingcun, propuso enviar semillas de diferentes plantas al espacio, dentro de un satélite recuperable, para observar qué ocurría con su estructura genética.
Al regresar a la Tierra, más de 10 por ciento de estas semillas habían sufrido mutaciones, algo que el profesor Jiang achacó a la falta de gravedad, a la radiación cósmica y al campo magnético.
“Al principio sólo queríamos ver qué ocurría con el material genético, pero luego entendimos que se podían generar nuevas variedades: cultivos más resistentes, productivos o nutritivos”, explicó al periódico Reforma Liu Luxiang, director del Centro de Investigación de Semillas Espaciales de la Academia China de Ciencias Agrícolas.
Desde entonces, el país asiático ha apostado fuerte por desarrollar frutas y verduras “espaciales”. En 2006, el “Shijian-8” fue lanzado al espacio con más de dos mil tipos de semillas, convirtiéndose en la primera misión con fines agrícolas.
“En el pasado, Rusia y Estados Unidos también hicieron experimentos, pero su finalidad era cultivar plantas terrestres en otros planetas.
“Nosotros, desde el principio, buscábamos cambios genéticos en las semillas para plantarlas en la Tierra y alimentar más y mejor a nuestro pueblo”, agregó el profesor Liu.
Una vez que las semillas regresan a la Tierra, los científicos chinos estudian las mutaciones que se han producido, explorando posteriormente si tienen aplicaciones prácticas.
“Hacemos un proceso de selección inicial y decidimos cuáles cultivamos. Muchas no germinan, otras ni siquiera son comestibles y algunas presentan cambios estrambóticos, pero sin ninguna aplicación. Nos interesa la minoría que crecen con cambios realmente útiles para la agricultura”, dijo el científico.
Uno de los ejemplos de semilla espacial sin aplicaciones prácticas son los pepinos gigantes, algunos de los cuales alcanzan los diez kilogramos de peso. Estas verduras son más costosas y difíciles de cultivar, transportar y comercializar que las tradicionales.
Sin embargo, otras consiguen pasar las pruebas sanitarias y llegan a los mercados chinos. Aunque, al no estar etiquetadas como tal, los consumidores no son conscientes de ello.
En la provincia de Gansu, por ejemplo, se ha hecho común el cultivo de “pimientos espaciales”, que ya capitalizan 50 por ciento de la producción total.
Su aspecto no es muy diferente al de los pimientos normales, pero su textura es más sabrosa y tienen menos pepitas, características que mejoran el producto, dijo a Reforma Chen Quanyong, director e investigador de Anhui Gold Land Agriculture Company, una de las empresas que distribuye semillas.
“Las variedades de semilla que vendemos nosotros tienen tres ventajas. Primero, una mayor resistencia a las enfermedades. Segundo, frutos más grandes. Tercero, los frutos cambian de formas y colores, incluso en una misma planta”, añadió el investigador Chen.

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