Prevalece un total hermetismo en la sucesión del nuevo
líder del PRI en Cancún, pues está en juego la joya más preciada en todo
Quintana Roo: el municipio de Benito Juárez. Nadie dice quién quedará, sólo hay
especulaciones: que si el ungido será Paul Carrillo por su buena imagen; que si
van a poner a Berenice Polanco por hacer una buena alianza; que tal el profesor
Eduardo Patrón por su experiencia; hay quienes se atreven decir el nombre de
Susana Hurtado en voz muy baja, y también suena el nombre de Roger Cáceres,
pero éste de plano anda perdido en el estudiantado.
Hasta el momento, nada concreto. El que vaya a ser el
líder municipal del PRI tendrá que ser una persona que no tenga compromisos con
nadie de los aspirantes pues solo así podrá sacar un candidato o candidata de
unidad, y tendrá que sumar a todas las fuerzas políticas de la entidad sin
importar grupos antagónicos a los que hoy tienen el poder.
Tendrá que hacer un trabajo real con la base priista,
tomar en cuenta a todas las líderes que en determinado momento fueron
desechadas de sus cargos de una manera arbitraria. Solo así podrán recuperar lo
que hoy ostenta el presidente más corrupto de la historia: Julián Ricalde.
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