*Fue el principal causante del
endeudamiento de Acapulco, señala el diputado.
Acapulco, Gro., agosto del 2016
(IRZA).- El
diputado local por el PRD, Sebastián de la Rosa Peláez, emplazó a Manuel Añorve
Baños y a miembros de los partidos Revolucionario Institucional y del Verde
Ecologista, “a no tomar como escenario de batalla a Acapulco, debido a que
falta mucho para el 2018, pero pareciera que varios funcionarios se han
adelantado al proceso”.
En
conferencia de prensa, De la Rosa, integrantes de la fracción del Partido de la
Revolución Democrática (PRD) en el Congreso local y miembros del Comité Estatal
del Sol Azteca, dieron puntual respuesta al desplegado publicado por el ex
alcalde de Acapulco, Manuel Añorve Baños, en el sentido que los que endeudaron
al Ayuntamiento porteño fueron los perredistas y no el PRI.
Sebastián
de la Rosa acusó de mentiroso al también ex legislador federal, Manuel Añorve
Baños. Sostuvo que sus declaraciones “están plagadas de mentiras, ya que los
medios de comunicación y la misma ciudadanía sabemos que no sólo endeudó a la
Comuna de Acapulco con préstamos solicitados a las instituciones bancarias,
sino que también defraudó a proveedores, los cuales mostraron su molestia en
las calles del puerto, por lo que creemos que debería quedarse callado o mejor
que rinda cuentas por el desfalco a este destino turístico”.
En férrea
defensa del alcalde Evodio Velázquez, el diputado local aseveró que el préstamo
de 158 millones de pesos aprobado por el Cabildo porteño, cumple con todas las
disposiciones de la Ley de Disciplina Financiera para Entidades y Municipios.
Por lo
mismo, calificó de “ignorantes” a quienes mencionan lo contrario y
permanentemente han cuestionado a Evodio Velázquez, con el claro objetivo de
golpearlos políticamente con miras al proceso electoral del 2018.
Lo
cuestionaron sobre el por qué hasta ahora salen en defensa del alcalde Evodio
Velázquez, y estableció que fueron prudentes en torno a la polémica sobre el
préstamo por 158 millones de pesos que aprobó el Cabildo porteño.
Pero,
añadió, “la prudencia tiene un límite y no podemos seguir en esta confrontación
que no sólo daña la imagen de los gobernantes, sino que en nada abona al
bienestar de la sociedad”.