Carlos Navarrete, Chilpancingo. Junio 30 del 2013 /
ANG.- Permisionarios de la ciudad de Chilpancingo son presionados por el
crimen organizado que semanalmente les exigen una cuota para permitirles circular
por esta capital, obligándolos a aumentar su cuenta a los taxistas, quienes a
su vez se ven en la necesidad de incrementar el costo de sus “dejadas” a los
usuarios del transporte público.
En una entrevista, al menos cinco choferes de taxi,
que por razones obvias omitieron sus nombres, denunciaron que están a la merced
de la delincuencia organizada, pues no pueden hacer nada para detener las
extorsiones, que a pesar de que no se las realizan directamente, sí sufren las
consecuencias.
Uno de los afectados explicó que desde hace varios
meses los propietarios de los taxis incrementaron de 300 a 350 pesos la cuenta
por turno, esto porque semanalmente deben pagar a la delincuencia 160 pesos por
vehículo para que puedan circular por toda la ciudad.
Señaló que este incremento de 50 pesos, aunque
parece ser poco, los ha obligado a cobrar más a sus pasajeros, principalmente
por las noches, y aunque esto ha ocasionado la molestia de muchos ciudadanos
que recurren a utilizar el servicio de taxi, aseguró que de no cobrar más sus
ganancias se vendrían abajo.
Otro de los taxistas dijo que además de la cuenta,
diariamente deben conseguir 260 pesos para llenar el tanque de gasolina,
situación que también ha afectado sus bolsillos por los constantes incrementos
del precio del combustible, y que no les deja otra alternativa más que
incrementar sus pasajes.
“En días malos, como en vacaciones, no hay chamba,
a veces me he quedado solamente con 80 pesos en un día, pero si ahora tomamos
en cuenta los 50 que nos subieron estamos hablando de que me quedaría nada más
con 30 pesos, eso no me alcanza para alimentar a mi familia, esos 50 pesos que
pagamos de más nos serviría para frijoles y tortillas”.
Uno de ellos aseguró que es necesario un movimiento
similar en la capital guerrerense, tal y como ha sucedido en Tixtla, donde en
dos colonias se ha conformado la Policía de Barrio, corporación agrupada a la
Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
“Pero nos hace falta valor, allá la gente si tiene pantalones,
pero aquí no, aquí le tenemos miedo a todo, a los policías, a los que manejan
camionetas lujosas, a los que andan en moto, ya no sabemos en quien confiar,
vivimos sometidos al miedo y lejos de manifestarnos doblamos las manos ante la
delincuencia”.
Por esto hicieron un llamado a las autoridades
municipales, estatales y federales, para que en lo inmediato implementen
estrategias que realmente funcionen y que inhiban la presencia de grupos
delictivos, pues cada día ganan más espacio en los diferentes sectores de la
sociedad. ANG.