José Juan
Alvarado/NOTYMAS
Chilpancingo Gro.
junio 4 del 2013. Las familias a las que llamaremos Leyva y Gonzales tienen algo en común,
ambas tuvieron un internado en el hospital del Seguro Social, el cual
calificaron de un infierno.
En el caso de la familia Leyva, su familiar
llego hace un mes por un dolor en la parte baja del abdomen, siendo
diagnosticada con principios de peritonitis (perforación del apéndice) por lo
que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente por el médico, Arturo Méndez
Herrera, quien aparentemente dejo sin problema alguno a su paciente, sin
embargo, a los 12 días aproximadamente se resintió de la operación y volvió al
hospital.
Ahí se negó a volver a atender a su
paciente por lo que fue obligado a darle la atención que reclamaba dado los
síntomas que presentaba (dolor abdominal), que resulto una infección
residual producto de la falta de un dren, el cual permite la expulsión de pus.
El médico en mención solo se limito a darle
un tratamiento que no fue el adecuado para el cuadro de infección que
presentaba, por lo que tuvo que ser trasladada al puerto de Acapulco, en donde
de nueva cuenta la mala atención y los malos tratos por parte del personal
médico del Hospital Vicente Guerrero del IMSS fue la constante, “es peor que
una cárcel el seguro”, expreso uno de los familiares.
Una vez en Chilpancingo, los
directivos del nosocomio lo obligaron de nueva cuenta a atender a su paciente
en contra de su voluntad para corregir su error en cuanto a su trabajo
médico, sin embargo, el tratamiento fue erróneo y la salud de la paciente iba
de mal en peor, hasta que sus familiares decidieron este fin de semana sacarla
de ese lugar para trasladarla a un hospital privado, aun con la negativa de los
médicos que la atendían, ya que para ese entonces, Méndez Herrera se deslindo
de su error y de su paciente.
El diagnostico de los médicos particulares
fue claro, un mal tratamiento médico, y una cirugía mal hecha que casi puso al
borde de la muerte a María de Lourdes Leyva quien afortunadamente ya se
recupera.
En el caso de la familia Gonzales, la
paciente ya lleva varios días hospitalizada y sin mejoras en sus salud, al
grado que el pasado domingo, mando a traer a sus hijos para darles “su
bendición”, pues su estado de salud conforme pasa el tiempo se va deteriorando
dramáticamente, ante la desesperación de sus familiares que pese a los
argumentos, son ignorados por los médicos que reconocen que poco a nada pueden
hacer ya que en Chilpancingo, no cuentan con los aparatos para hacer desde una
endoscopia, tomografías, terapia intermedia para pacientes delicados.
Todo esto relataron algunos médicos que se
tienen en Acapulco, sin embargo, “allá son chocantones”, aseguran para atender
pacientes, “solo que se hable con el director, el subdirector”, o tener una
buena palanca para que el paciente reciba una buena atención.
La familia Gonzales ya analizaba “sacar” a
su familiar del hospital regional del IMSS en Chilpancingo, debido a la pésima
atención que hay, debido a la falta de insumos y aparatos para realizar
estudios los cientos de pacientes que llegan pidiendo el servicio.
Cabe mencionar que no fue el único caso, ya que
en mismo fin de semana, una persona que había sido intervenida del apéndice que
no quiso proporcionar su nombre, regreso al hospital por un dolor en la parte
baja de la espalda, una “ráquia” que le había dañado un nervio, haciendo que
una de sus piernas no le respondiera como es debido para caminar, y todo dijo
por la negligencia del personal médico que reconocen que no son todos, pero si
la gran mayoría, siendo cómplice la directora del nosocomio, Flor Leyva
Jiménez, a quien calificaron de déspota y poco sensible con la gente que dicen
no pueden exigir un buen servicio porque les molesta.