Cancún
aspira a conquistar el gran mercado del turismo médico, especialmente en
cirugía plástica, aprovechando su ubicación geográfica y sus riquezas
naturales, que proporcionan mejores condiciones para la recuperación después de
una intervención quirúrgica
Por Tyara Schleske / Luces del Siglo (*)
México, D. F., febrero de 2012. Todo
sigue en marcha para que Cancún entre de lleno a la carrera por captar siquiera
una pequeña fracción de los 46 millones de estadounidenses clasificados como
turismo médico que año con año sale en busca de nuevas y mejores opciones en
salud, particularmente las relacionadas con cirugías estéticas.
Hoteles y hospitales privados trabajan a marchas forzadas en una alianza que
les permita satisfacer las necesidades de todos estos turistas que quieren
reducir el abdomen, ampliar el volumen del pecho, levantar párpados,
desaparecer arrugas, implantar cabello o realizarse un blanqueamiento dental,
con el beneficio de que la recuperación será como unas vacaciones bajo el sol,
la arena y las playas azul turquesa del Caribe mexicano.
Actualmente, los cirujanos de Cancún atienden a unos 2 mil 500 pacientes al año
y pretenden duplicar la cifra a 5 mil en los próximos dos años. Pero su gran
sueño es llegar un día a los estándares de servicio de Tailandia, líder mundial
en turismo médico, que anualmente recibe a 2 millones de pacientes.
Tailandia se ha convertido en ciudad epicentro para el cuidado de la salud, por
la asistencia médica, los avances y el desarrollo en la investigación médica.
Posee más de 470 hospitales del sector privado acreditados con el Master de
Salud Pública (MPH, por sus siglas en inglés) que se ha ganado el
reconocimiento internacional, especialmente en el tratamiento de enfermedades
tropicales e infecciosas, cirugía cardiaca, cuidado postoperatorio, cirugía
cosmética y reconstructiva, odontología, tratamiento de dolencias óseas,
cataratas y farmacología.
Sol, mar, arena … y bisturí
En opinión de especialistas, la cirugía plástica –también conocida como
cosmética o estética– pretende mejorar armónicamente las partes del cuerpo que
no son normales o que presen- tan alguna alteración, ya sea por la edad,
cambios fisiológicos como el embarazo, o cambios en el peso corporal, así como
por enfermedades y accidentes. Pero hoy en día, los estándares de belleza
varían según la cultura y la región geográfica.
México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en la práctica de cirugías
estéticas. Una de cada 10 son realizadas en el país, y son las mujeres quienes
más recurren a ellas. La lipoescultura, la corrección de nariz y el aumento de
busto es lo que más piden las mexicanas, quienes acuden a un médico para
mejorar su aspecto físico, según datos de la Asociación Mexicana de Cirugía
Plástica, Estética y Reconstructiva (AMCPER). Estados Unidos ocupa el primer
lugar y Brasil el tercero.
En el mundo, el tratamiento más requerido es la liposucción (18.8 por ciento),
seguido de los implantes de senos (17 por ciento), la cirugía de párpados
(13.5), la rinoplastia (9.4), y el retiro de exceso de piel del abdomen (7.3
por ciento). Estos datos se dieron a conocer gracias a la Encuesta Global
Bianual de la ISAPS (Sociedad Internacional de Cirugías Plásticas Estéticas,
por sus siglas en inglés), aplicada a más de 30 mil cirujanos plásticos en el
mundo.
Además, México está en el tercer lugar de tratamientos no quirúrgicos, detrás
de Estados Unidos y China. De este tipo de procedimientos, el primer lugar se
lo lleva la inyección de toxinas (bótox) con un 32 por ciento, en tanto, el
segundo lugar es para la aplicación de ácido hialurónico (20 por ciento). El
tercer sitio es para la depilación láser (13.1 por ciento), y la cuarta va para
la inyección de grasa autóloga (pasar grasa del estómago u otra zona a los
glúteos o piernas), con un 5.9 por ciento.
“En Cancún la gente recurre más a este tipo de cirugías y retoques estéticos
que en otras partes de México, ya que es una zona donde la gente se cuida mucho
para estar bien”, opina la doctora Lizbeth Guadalupe Martínez, especialista en
medicina estética, quien asegura que Cancún es líder a nivel nacional en
cirugías y retoques estéticos, pasando por encima de Campeche y Mérida.
“A lo largo de mi trabajo y mi vida, he visto que es algo muy importan te para
las personas que viven aquí, como que no pueden salir si no se han hecho algo
para estar mejor”.
La especialista dice que en México los precios no son tan bajos como los de
Sudamérica, pero que los estándares de calidad aquí son mucho más altos, por la
ubicación geográfica que facilita el acceso desde todo el mundo,
principalmente, desde Estados Unidos y Canadá, que son los principales
consumidores del turismo médico.
Es por eso que, buscando la certificación internacional, llega a la ciudad de
México a estudiar gente proveniente de países como Colombia, Argentina, Costa
Rica, El Salvador, Honduras, dado que es desde México donde pueden viajar a
muchos países en busca de mejores tecnologías.
“Entonces, ¿por qué México?, es simple: por la cercanía, por el nivel académico
y certificación; y en cuanto a precios, México está más bajo que Estados Unidos
y más alto que Sudamérica”, concluye la doctora Martínez.
También en entrevista con este semanario, el doctor Alfonso González Cepeda,
cirujano plástico estético, quien realiza alrededor de 600 cirugías al año (55
por ciento a extranjeros y el resto a mexicanos, de los cuales, el 20 por
ciento son hombres y el 80 por ciento mujeres), afirma que Cancún tiene una
gran cultura con respecto al físico y la gente emplea tiempo y dinero en ello.
“La gente se cuida mucho y aquí te encuentras muchos más gimnasios que en
cualquier otro lado de la República, ya que se tienen playas y la gente
necesita lucir el cuerpo”.
Cancún es líder en cirugías plásticas y lo es también en los costos. Según el
doctor González Cepeda, los precios aquí son mucho más altos que en otros
estados, debido a que las rentas son mucho más altas, los salarios de los
empleados, los costos de la luz; existen insumos que deben traerse de otros
estados. Para hacer una analogía –detalla–, los salarios de las enfermeras en
Mérida son de 4 mil pesos, mientras aquí son de 12 mil; un médico asistente
gana en Mérida 30 mil, y aquí 60 mil; en general, el costo de vida es mucho más
elevado en Cancún.
González Cepeda, quien lleva 17 años realizando operaciones estéticas en
Cancún, afirma que México tiene los más altos niveles de preparación y
regulación para los cirujanos plásticos. En su caso, está certificado por la
Sociedad Americana para la Cirugía Plástica Estética (ASAPS), y asegura que
sólo hay 10 mexicanos en esa calificación y dos mil en Estados Unidos.
En cuanto a los procedimientos, la tendencia es realizarlos cada vez menos
invasivos. “Antes, cuando yo salí de la residencia, hace 28 años, los
estiramientos faciales eran catastróficos, eran siete horas de cirugía bajo
anestesia general, cortábamos la cabeza como los apaches, levantábamos la piel
cabelluda, estirábamos para arriba, despegábamos toda la cara, lastimábamos
nervios y teníamos muchísimas complicaciones”, recuerda.
Actualmente, explica, existen procedimientos europeos que son mucho menos
horas, con anestesia local, sin complicaciones y con mejores resultados;
también existe el bótox para relajar los músculos, y muchos procedimientos como
la cirugía endoscópica, con incisiones mínimas.
Sin embargo, admite que los riesgos que existen son muchos, todo esto
dependiendo del procedimiento. La cirugía más riesgosa es la postbariátrica
(disminución de la absorción de carbohidratos, grasa y proteínas con la consiguiente
pérdida masiva de tejido graso). Esta cirugía se realiza para retirar
excedentes y reposicionar los tejidos, aun así, todas tienen riesgos y
complicaciones, pero hay unas con más incidencia de riesgo que otras. Cuando se
coloca un implante de mama, existen tres riesgos importantes: el hematoma es el
más frecuente, una de cada 100; la infección, una de cada 400; y la contractura
capsular, 5 por ciento, que es cuando queda duro. “Riesgo de muerte sería por
un accidente anestésico, quirúrgico es muy difícil que pase”, explica el
profesional.
Las cirugías más solicitadas en México son la liposucción, el max lift, aumento
de mamas, abdominoplastia, blefaropatía (cirugía de párpados), posthabríatrica
e implantes de cabello.
El turismo médico genera en nueve días, entre 8 mil y 25 mil dólares;
actualmente, llegan 2 mil 500 turistas motivados por este concepto; se espera
que en tres años sean 5 mil vacacionistas, y en 10 años, se capte del 10 por
ciento del mercado que consta de un millón de turistas, según la Asociación
Nacional de Turismo Médico.
Las ventajas de los paquetes turísticos son muchas; además de descuentos
incluidos hasta de un 30 por ciento, el paquete cuenta con un homecare (casa de
cuidado) que es una villa con todos los servicios, cocina, refrigerador,
comedor, dos camas, baños, jacuzzi, alberca; donde el paciente recibe la
atención de una enfermera; lo asiste un chofer para los traslados y hasta puede
llegar con un acompañante. Como ir de vacaciones al Caribe mexicano.
Los riesgos de verse bien
La Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (AMCPER),
informó que en México hay al menos 15 mil personas sufriendo por los efectos
adversos tras someterse a supuestos procedimientos estéticos que derivaron en
deformidades, amputaciones o pérdida de tejidos. En ese sentido, el candidato a
una operación debe estar sano, teniendo en cuenta que se trata de una cirugía,
y de no ser así, existen métodos que se realizan para controlar el problema.
Carolina tiene 22 años y hace cinco se hizo una cirugía plástica. “Me puse
implantes de mama en la ciudad de Mérida, sin embargo, no estoy satisfecha con
el resultado. Estoy segura que no me pusieron el tamaño ni el modelo que pedí,
a pesar de los 60 mil pesos que me costó la operación”, dice.
Carolina ha ido con otros doctores para tomar una segunda opinión y la
respuesta fue que, lo más probable, es que sus implantes sean falsos, o de un
material que no fue el que ella compró. Pero para poder comprobarlo deberá
volver a someterse al bisturí.
“La cirugía plástica en México es buena y costosa, como en todas partes tenemos
buenos doctores, sólo hay que escoger bien, muchas veces el mexicano por
ahorrarse unos pesos escoge mal, en mi caso sólo fue un mal doctor”, concluye.