Investigaciones realizadas por científicos de varias
universidades del país, evidenciaron que las tortugas marinas cuentan con un
sistema neuronal que les permite percibir el campo magnético terrestre, es
decir, un sentido sensorial para conocer su ubicación geográfica en el océano y
en la tierra.
Con esta función, la especie
acuática pudiera establecer mapas geográficos para migrar entre sus playas
natales y sus áreas de forraje con rutas más precisas, incluso después de
varias décadas de haber nacido. Y aunque desde hace 50 años se pensó que las
tortugas poseían un sistema sensorial magnético, la idea no había sido
confirmada.
El doctor Gabriel Gutiérrez
Ospina, investigador y coordinador de la investigación en el Departamento de
Biología Celular y Fisiología del Instituto de Investigaciones Biomédica, en la
UNAM, explicó que el proyecto empleó a la tortuga negra o prieta (Chelonia
agassizi), especie que anida sólo en playas de Michoacán y en las Islas Galápagos, para llegar a esa
conclusión.
Con estos animales, el grupo de
expertos mostró que el ojo es el órgano receptor-primario de la información
magnética ambiental percibida. “Estos datos llegan a zonas del cerebro donde
también se procesa información visual, tal y como se observó en los primeros
estudios de mapeo cerebral, cuyo propósito fue colocar en un grupo de tortugas recién nacidas imanes sobre
la cabeza y en el caparazón para distorsionarles el campo magnético terrestre”,
expresó.
Al respecto, Gutiérrez Ospina puntualizó que la
reacción de los animales, pese a tener el apoyo visual intacto, las condujo a
una desorientación mientras pretendían dirigirse al mar.
El investigador sostuvo que los
primeros resultados indicaron que los animales se mueven del nido hacia el mar
mediante el uso de claves visuales, como se había formulado en un principio,
“pero lo relevante es que también emplean claves magnéticas para orientarse y dirigirse
hacia al océano desde sus nidos”.
Es decir, para alcanzar su
propósito, las tortugas establecen un proceso de integración sensorial que
sintetiza y agrupa información magnética, visual, olfativa, táctil y auditiva,
detalló el científico universitario.
Para corroborar la teoría, el
grupo de investigación acudió al Instituto de Física de la UNAM, a fin de hacer
pruebas mediante un blindaje magnético donde fueron situados los animales, y
así anular los campos magnéticos para después aplicar estímulos magnéticos
controlados en las tortugas.
Al examinar el cerebro de las
tortugas expuestas a este ensayo, y tras monitorear la disponibilidad de una
proteína llamada c-Fos, se identificó un grupo de neuronas que se activan en el
ojo y en otras áreas visuales y, con ello, se determinó que éste es el órgano
receptor o sensorial de la información que procesan los animales, detalló
Gutiérrez Ospina.
Por otra parte, se planteó que
la transformación de datos magnéticos en señales eléctricas neuronales, un
proceso conocido como transducción, es realizado por cristales de magnetita
(óxido de fierro), por lo que al
realizar otras investigaciones se confirmó la presencia de este elemento en el
órgano visual.
El entrevistado mencionó que
los cristales de magnetita están adheridos a las membranas de células, las
cuales son conocidas como fotorreceptores, y de las neuronas ganglionares en la
retina.
Pese a la existencia de
estudios similares en pichones, truchas y topos, el experto aseguró que la
investigación mexicana comprobó que las tortugas son capaces de interpretar la
información magnética ambiental, ya que sus experimentos hallaron cambios en los potenciales eléctricos
cerebrales y modificaciones de la conducta de nado debido a los estímulos
magnéticos aplicados directamente en el ojo.
“Estos resultados exponen que
las tortugas marinas toman decisiones a partir de la información magnética
percibida en su entorno”, concluyó el científico universitario.
El estudio liderado por la UNAM
y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo fue apoyado por el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y contó con la participación de
investigadores de las universidades Autónoma Metropolitana, Veracruzana y la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.(Agencia ID)