EL RIO DE TECPAN
REGINO OCAMPO BELLO
El
rio de Tecpan tiene una cuenca de captación de 1176 k2 enriquecido por
infinidad de afluentes entre los que destacan; Las Truchas, Las Humedades, El Alacranero,
El Rincón, El Tejón, La Cañada, La Manteca. Río Solo, El Camalote, El Carrizal,
Rio Frio, Los Letrados, El Trapiche, Rio Chiquito, Arroyo Grande y Arroyo de Ajuquiac.
En
pláticas pasadas con los viejos que tarde a tarde se daban cita en las bancas
que se encontraban enfrente del legendario almendro del inolvidable zócalo
viejo, se hablaba sobre leyendas del río, de los Chaneques, de la Llorona y de
que era un río tan caudaloso que en tiempos de apertura de la barra entraban
grandes peces, como robalos y pez espada, también se hablaba sobre “los
chaparritos”, sobre “la cucha con sus cuchitos” que atacaba a los
trasnochadores.
Sobre
las crecientes se decía que cada determinado número de años, hay una creciente
y que éstas hacen que el cauce cambie de lugar, del que se encuentra en la
actualidad y en el que se encontraba antes del ciclón Tara en 1961, desgraciadamente
no hay datos sobre crecientes anteriores a 1900, pero si se menciona de una en
el año de 19l6, se dice que en esta ocasión las aguas llegaron hasta la iglesia
y que como dato curioso, los pangos que eran utilizados para cruzar, se
amarraban del campanario.
En
esta creciente también se habla de una fábrica que había en la Lagunilla, misma
que arrastraron las corrientes, que fue precisamente esta fábrica la que
ocasionó que excavara o dragara la Lagunilla para alimentar sus turbinas.
En
esta creciente de 1916, el río tomó el cauce que muchos conocimos, como “el Cantil”
de don Macario Escamilla, “La Peñona” y los hermosos remansos que invitaba a
quienes los vimos y disfrutamos a soñar y a querer más a la naturaleza.
Así
mismo, los viejos también al referirse al río decían, que había tantos “langostinos”
en esa época que no dejaban a las mujeres que acudían a lavar ropa hacer su
trabajo y que había tantos “roncadores”, “guebinas” de corriente y “truchas”, que
las familias podían mantenerse fácilmente de la pesca.
El
río se conservó así hasta el 11 de noviembre de 1961, cuando la Costa Grande
fue azotada por el ciclón Tara, desde esa fecha todo cambió, sus hermosos
paisajes naturales se convirtieron en paisajes de pesadilla, desaparecieron las
corrientes, remansos, tumberías, todo desapareció, solo quedaron rocas, muchas
rocas y pequeños arroyuelos.
Se
dice que una roca que había frente a la escuela primaria Hermenegildo Galeana
llamada “La Tambora” fue la que derribó el puente.
El
río de Tecpan, sirvió fielmente con sus aguas a los habitantes hasta el mes de
septiembre de 1961, en que fue inaugurado el servicio de agua potable, desde
ese mes, los ciudadanos se olvidaron del río y por si fuera poco, en pago por
sus servicios de tantos años lo empezaron a descuidar y convertirlo en un gran
basurero.
En
la actualidad, en este año del 2013, el destino de este hermoso río, regalo de
la naturaleza para los Tecpanecos, está en manos de los propios habitantes.
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