jueves, 25 de noviembre de 2010

CRONICAS DE TECPAN

UNA FAMILIA  ESPECIAL
Regino Ocampo Bello

De la  ciudad de Guadalajara Jalisco, llegó a Cópala Guerrero, el señor Pedro Hurtado Trujillo con el propósito de vender diferentes mercancías, se podría decir que el señor Pedro, era varillero, como les decían a quienes vendían en las calles diversas mercancías, don Pedro era un hombre muy trabajador y de muy buena presencia, pues era blanco de ojos azules.
En Cópala, conoció a la señorita Marciala Aparicio Ventura a quien se robó y en esa forma vinieron a parar a Tecpan de Galeana, en este lugar se instalaron en el centro de la ciudad para iniciar un negocio consistente en la elaboración y venta de vinos, de este matrimonio nacieron; Obdulio, Francisco, Petra, Ernestina y Fernando, pronto comenzaron a trabajar haciendo cuatro tipos de bebida; vino de Consagrar, Anís del Mono, Mezcal y Amor Volando.
La preparación de esos productos se hacían de la  siguiente manera: para el mezcal, se ponían  a hervir 10 litros de agua, se le agregaban 5 litros de mezcal traído de Chilapa, se le ponía medio kilo de azúcar, se hacia la prueba con un embudo y una copa, cuando el mezcal en la copa formaba una especie de conchas marinas, era la muestra de que estaba listo, eso se embotellaba en unos recipientes hechos de barro, delgados del cuello a los que se les llamaba “tibores” en esos tibores quedaba el producto por ocho días y después de ese tiempo, se ponía a la venta. El vino de Consagrar se ponían 10 litros de agua a hervir, a esa agua se le agregaba 4 litros de alcohol de caña y esencia de sabor y color de vino de Consagrar, se embotellaba, se le ponía etiqueta de vino de Consagrar, se le ponía tapón de corcho y un membrete.
El Anís del Mono, tenía el mismo procedimiento que el vino de Consagrar, también se vendía embotellado, con etiqueta y membrete. Por lo que se refiere a la bebida que los propietarios del negocio bautizaron como “Amor Volando” porque se tomaba y cuando salías a la calle, te transportabas al paraíso, esta bebida se preparaba con miel de abeja, agua y alcohol, naturalmente como se dijo antes, el alcohol era de caña y buena calidad, esta bebida era consumida por hombres y mujeres  que para trabajar más a gusto, pasaban al negocio de doña Marciala a echarse un cañazo.
Cabe mencionar que en este negocio también se hacían puros y para hacerlos, se preparaba engrudo con panocha, para untarlo en la mesa donde se hacían los puros, doña  Marciala además de todo ese negocio, también fue la primer persona que tuvo un volantín que se colocaba para las ferias de esos tiempos. Todo este trabajo realizado por esta trabajadora pareja, trajo como resultado, a una honorable familia de gran estimación para los habitantes Tecpanecos, la familia, “Adams Hurtado”.

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