La
combinación de productos orgánicos y genéticamente modificados podría
representar una nueva opción de alimentos resistentes a plagas u hongos, mejor
contenido nutrimental y, al mismo tiempo, libres de agroquímicos y pesticidas
peligrosos para la salud
México. Febrero el 2012. (Fuente: Agencia ID). ─ En los últimos años los
productos orgánicos han tenido auge en la población, ya sea por su forma y
sabor o por su nulo contenido de sustancias sintéticas. En tanto, los alimentos
modificados genéticamente no son aceptados, pues se cree que pueden causar daño
a la salud.
Sin
embargo, para el doctor Agustín López Munguía Canales, la combinación de ambas
estrategias podría representar una nueva opción de alimentos resistentes a
plagas u hongos, mejor contenido nutrimental y, al mismo tiempo, libres de
agroquímicos y pesticidas peligrosos para la salud.
El
investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) propone aprovechar ambas estrategias agrícolas para la
obtención de mejores productos.
“Se
argumenta que la agricultura orgánica no utiliza agroquímicos, lo cual es una
ventaja, pero por lo mismo son cultivos más susceptibles de ataques por
insectos, hongos y maleza que pueden tener un riesgo para la producción y la
salud de los consumidores, aunado a las pérdidas que las plagas ocasionan”,
comentó López Munguía.
A
través de la biotecnología es posible diseñar plantas resistentes a plagas
específicas, plantas con un mejor perfil nutrimental, con resistencia a la
sequía o incluso plantas que puedan contender con los incrementos de
temperatura desencadenados por el cambio climático; hay ejemplos de todo esto
en diversos países del mundo, y en particular un ejemplo exitoso en México son
las siembras de algodón resistente al gusano rosado, que son plantas que han
proliferado y se han introducido en la actividad agrícola.
A pesar
de que la biotecnología ha traído beneficios para el sector agrícola e
indirectamente para el consumidor, la población tiene una percepción sesgada
con respecto a los transgénicos, ya que por lo general sólo se habla de riesgos
y muy poco de los beneficios: hace falta un debate científico serio a fin de
que la sociedad en general sea informada y pueda analizar sus ventajas y
desventajas, expuso López Munguía.
Mitos de los transgénicos
El universitario
mencionó que muchas afirmaciones sobre organismos genéticamente modificados son
falsas. Algunas de ellas son que éstos tienen problemas de toxicidad o que
están asociados a la pérdida de biodiversidad.
Asimismo,
el planteamiento de que la biotecnología puede o pretende lograr la
autosuficiencia alimentaria es absurdo, ya que se trata de un problema
complejo, que rebasa con mucho a ésta y a cualquier tecnología, y debe
atenderse desde distintas aristas.
El
investigador sostiene que es importante avanzar en una dirección definida a
partir de acuerdos entre los diferentes sectores de la sociedad, pues es
urgente que se establezca una política integral para el campo que considere
todas las opciones tecnológicas, y en cuya definición participen todos los
sectores de la sociedad, promoviendo la creación de empresas nacionales.
Es el
caso de Brasil por ejemplo, donde fue superada una postura inicial de rechazo y
ahora se cuenta con una empresa nacional del ramo (Embrapa), y en condiciones
similares están Cuba y China, lo que demuestra que los organismos genéticamente
modificados (OGM) no necesariamente están asociados con multinacionales.
Si la
tecnología fuera empleada razonable y razonadamente, México podría utilizarla
para dar respuesta a necesidades específicas que surjan de la problemática
agrícola, y aprovechar la diversidad genética que nos caracteriza. Así lo
plantea el documento Por un uso responsable de los OGM elaborado por el Comité
de Biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias y que en breve será
presentado a la sociedad.