De 2007 a 2010, durante el apogeo
de la crisis económica, la Reserva Federal (Fed) otorgó en secreto créditos
indebidos a bancos privados y empresas por un valor verdaderamente de 16,1
billones de dólares, una cantidad que excede el monto del PIB anual de la
primera economía mundial.
Los datos clasificados se
obtuvieron como resultado de la auditoría estatal de la Reserva Federal de
EE.UU. Este es el primer examen de esta índole durante la historia de la
centenaria organización y solo se puede adivinar cuántas operaciones similares
se implementaron sin control y sin castigo.
La investigación fue posible en
el marco de la reforma de los mecanismos de funcionamiento de Wall Street. A
través de la llamada ley de Dodd-Frank y de Protección del
Consumidor, se auditaron los libros de la Fed. El estudio estuvo a cargo del
senador republicano Jim DeMint y del senador independiente Bernie Sanders.
La venda en los ojos
siempre cae inesperadamente
Los resultados causaron una
reacción violenta por parte de la sociedad estadounidense que confiaba
sinceramente en que la Fed estaba totalmente bajo control del Estado y que su
misión era proteger a los contribuyentes.
Además, en un impulso de
generosidad sin precedentes, la Fed dio a bancos privados y empresas otros 660 millones de dólares a
través de un fondo creado para casos de emergencia. Muchos estadounidenses ven
en esta política la causa de la grave crisis financiera.
Y los préstamos se otorgaron con
tasas de interés extremadamente bajas -muy por debajo del nivel del
mercado-, por lo que los bancos fueron capaces no solo de mantenerse a flote,
sino también obtener grandes beneficios de estos créditos. Por lo tanto,
los ingresos totales de los seis mayores bancos de EE.UU. que recibieron estos
préstamos hiperlucrativos, se incrementaron un 39% en los últimos años. Esto se
produjo en un contexto de crisis.
¿La crisis artificial como
un intento de socavar a Europa?
En general, de los 16,1 billones
de dólares, 3,1 de billones fueron destinados principalmente en bancos del
Reino Unido, Suiza, Alemania y Francia.
Sin embargo, los europeos tampoco
están contentos con las actividades de la Fed que está bajo sospecha de haber
instigado deliberadamente la crisis financiera para privar a muchos países de
Europa de una completa independencia, principalmente a los estados cuyos
nombres en inglés están contenidos en el acrónimo PIIGS -Portugal, Italia,
Irlanda, Grecia y España– los mayores deudores en Europa.
La Fed omnipresente
En el contexto de esta situación,
la Fed desempeña un papel fundamental en la estructura no solo estatal sino
supranacional y en la emisión de la moneda. Pero el organismo está en manos de
un círculo de gente que puede hacer un uso arbitrario de sus
atribuciones.
Además, la Reserva Federal generó
16,1 billones de dólares de la nada para transferirlos a los bancos. Desde 1971,
el dólar es una moneda no respaldada en oro, por lo que la Fed puede emitir
cualquier suma virtual que, sin embargo, puede rendir dividendos reales a
muchas personas.
El sistema imprime dinero de la
nada, después EE. UU. y todo el mundo toma este dinero pagando tasas de
interés. Además, la Fed tiene sus representantes en numerosas entidades
financieras mundiales que ejercen cierta influencia allí.
Estas organizaciones practican
"chantaje político y económico" de regiones enteras y están
financiando guerras y otras actividades como la creación artificial de la
crisis financiera mundial con total impunidad. En estas circunstancias, para
provocar un desastre financiero y económico es suficiente poner en marcha o
apagar la máquina virtual de imprimir moneda.
Alcanzan unas pocas pulsaciones de teclas y
regiones enteras de repente se encuentran en peligro de perder el patrimonio y
la soberanía nacional. Millones de personas se acercan a la pobreza pero
alguien recibe beneficios valuados en billones de dólares.