Lic.
Jorge Torres Palacios.
Desde la captura de Joaquín
Guzmán Loera “el Chapo”, nada se ha movido en Acapulco, de hecho la orden es
que todo esté en orden. En varios puntos de la ciudad brigadas de hombres afines
al grupo delictivo del otrora capo visitan zonas controladas y dicen que todo
está normal y que no hagan caso a ciertas llamadas telefónicas.
De acuerdo a fuentes
policiacas, Guzmán Loera visitaba hasta en dos ocasiones por año el puerto para
disfrutar de sus bellezas. Quienes lo conocían y servían como ayudantes, éste
llegaba a una casa normal dentro del exclusivo centro habitacional las Brisas.
Era vigilado por casi 20
hombres armados discretamente y utilizaban a los mismos trabajadores para que
en sus noches de fiestas les compraran desde el hielo hasta vinos para poder
disfrazar todo sin que nadie se diera cuenta.
Cuentan que el Chapo solía
manejar un Mercedes Ben color blanco, blindado con placas de la ciudad de
México y era seguido por dos camionetas de manera discreta, siempre con lentes,
gorra y buena ropa, siempre acompañado de una dama.
Fuentes policiacas cuentan
que en una ocasión, Guzmán Loera, seria capturado en el trayecto del aeropuerto
a las Brisas, se instalaron hasta cuatro retenes a lo largo del boulevard hasta
la escénica, el capo nunca fue detenido porque pasó vestido de policía fiscal y
en una patrulla de Hacienda.
Quienes vieron al Chapo en
las Brisas, cuentan que era un hombre de piel blanca, bajito de estatura, pero
con mirada firme, parco al hablar y solía siempre dar la orden a su más
cercano. Nunca mostraba prepotencia y era siempre solidario con quienes le
hacían un favor.
Por dos bolsas de hielo,
refrescos, aguas y cinco botellas de vino, le dieron en tan solo 40 minutos que
bajó y compró, cinco mil pesos por sus servicios, y la frase fue, toma para tu
navidad, cuenta un trabajador alberquero del hotel las Brisas, y es que el
Chapo y su gente visitaron Acapulco un diciembre de hace dos años.
Actualmente ningún cartel o
grupo delincuencial ha movido sus piezas, de hecho nadie dice nada. Se habla de
una reunión entre los principales jefes de plaza de esos grupos en Acapulco, y
el acuerdo es que todo siga igual, nada de persecuciones, enfrentamientos o
agresiones.
Lo cierto es que llama mucho
la atención el silencio y poca actividad desde la captura del más grande capo
buscado por las autoridades, y la
pregunta sería, que se guardan los carteles después de todo esto, quien tomará
las riendas, acaso serán las nuevas generaciones, o solo se trato de un mito de
la realidad, y que la verdad es que, el Chapo estaba acabado, debilitado y sin
poder. Tiempo al tiempo. Serpico_torre@hotmail.com
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