El digestato, residuo de la producción de biogás,
puede transformarse en un fertilizante orgánico de gran calidad y hasta diez
veces más productivo que los convencionales
Derio, País Vasco,
29 de marzo del 2013. (2000 Agro).─ El Instituto
Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker Tecnalia y la empresa
guipuzcoana Ekonek construirán una planta piloto de tratamiento de residuos
orgánicos —generados de la producción de biogás— para convertirlos en fertilizantes
de alto valor añadido.
En la construcción de la planta —que estará ubicada en
terrenos agrícolas de Neiker Tecnalia en Arkaute, Álava— se invertirán 1.5
millones de euros, que serán aportados por la Unión Europea en el marco de un
proyecto CIP-Ecoinnovation y las cuatro entidades participantes en la
iniciativa: Neiker-Tecnalia, Ekonek Innovación en Valorización de Productos,
Blue Agro y la empresa holandesa Colsen.
El objetivo del proyecto —apuntó Neiker— es aprovechar
la materia orgánica resultante de las plantas de biogás tras el proceso de
digestión anaeróbica, que consiste en someter a la materia a un proceso de
descomposición en condiciones de falta de oxígeno. De esta descomposición se
obtiene biogás y la materia resultante del proceso se conoce como digestato.
Se estima que la planta podrá tratar anualmente unas
28 mil toneladas de digestato, para obtener unas nueve mil 200 toneladas de
abono.
De acuerdo con el centro de investigación, el
digestato puede transformarse en un fertilizante orgánico de gran calidad y
hasta diez veces más productivo que los convencionales, con potencial de ser
utilizado en cultivos de alto valor añadido, como césped deportivo, cultivos
ornamentales y cultivos agrícolas especialmente delicados.
Además, este fertilizante es un producto ecológico, en
forma de microgránulos, que requiere dosis más bajas que los fertilizantes
tradicionales y libera sus nutrientes de una manera lenta, lo que implica un
menor impacto en el medio ambiente.
El procedimiento para obtener el biofertilizante
consiste, básicamente, en someter al digestato a un proceso denominado
hidrólisis química seguida de un proceso de granulación de alta eficiencia.
Al digestato, que presenta una forma líquida o
semilíquida, se añaden una serie de reactivos que provocan que se disuelvan sus
fibras para posteriormente convertirlo en microgránulos. Obtener un producto en
forma de pequeños granos supone importantes ventajas para su transporte,
almacenamiento y utilización práctica, destacó el centro de investigación.
Agregó que una de las tareas principales de los
investigadores consistirá en lograr que los microgránulos resultantes presenten
óptimas características químicas y agronómicas, para obtener un abono con un
nivel equilibrado de nitrógeno, fósforo y potasio.