Acapulco. Gro. Enero 27 del
2014. En las redes sociales, el reconocido
periodista Carlos Ortiz Moreno reporta que integrada por hombres y mujeres
jóvenes, de 18 a 22 años de edad, y armados con pistolas y navajas, una banda
de robacarros opera impunemente en las calles de Acapulco frente a las narices
de los integrantes del Operativo Guerrero Seguro (o lo que queda de esa
estrategia) y las herramientas que tanto se presumieron (cámaras de seguridad).
Tan
solo en el turno vespertino de ayer, la Agencia del MPFC especializada en robo
y recuperación de vehículos integró ¡QUINCE! averiguaciones previas en donde el
modo de operar de estos delincuentes es variado pues hubo casos en que el robo
se cometió con violencia golpeando a sus víctimas y en otras amenazándolas con
pistolas y navajas.
No
hubo el famoso robo de determinadas marcas de vehículos. Se robaron de todo
tipo de automóviles: desde un Volkswagen sedán (como fue el de mi propiedad)
hasta una Suburban. ¡TODOS EN CALLES PRINCIPALES! Afortunadamente el auto que
me robaron estaba estacionado y mi hijo solamente se llevó la sorpresa de que
no estaba pero hubo otros casos en que hombres y mujeres fueron lastimados por
estos rateros.
El
objetivo de este mensaje no es quejarme del robo de mi automóvil, al que tengo
plenamente derecho de hacerlo, sino de advertirles a todos mis amigos que
tengan cuidado. Me enteré que en el MP, en otro turno de guardia, llegaron a
integrarse hasta ¡20 denuncias! por robo de vehículos. Imagínense cuántas
serían en el día.
Resultaría
banal que me ponga a contarles lo difícil que ha sido para mi familia el robo
del vehículo en que nos transportamos para nuestro trabajo pero se tienen que
sacar lecciones de lo sucedido: estén al pendiente de quienes van a su
alrededor aunque los tachen de paranoicos; aseguren los volantes con candados
especiales para dificultarles el actuar y no lleven objetos de valor visibles
porque eso invita a los malandrines a que los asalten.
Cuidémonos.
Esta banda forma parte de la llamada delincuencia organizada que obviamente
debe estar protegida por alguien que sabe el pensar y actuar de la policía.
Ellos están al pendiente de nuestros movimientos y dispuestos a atacarnos en
cualquier momento.
No
invoco a un levantamiento armado contra esos bastardos pero sí convoco a que nos
mantengamos alertas y a utilizar bien las redes sociales que pueden ser un arma
estupenda para quitarles las máscaras a quienes, desde los gobiernos o desde
los cuarteles de policía, solamente simulan hacer las cosas que la ley les
obliga.