El lamento del río
Regino Ocampo Bello
Desde
hace muchos años he puesto un especial esfuerzo para que mis paisanos de la
cabecera municipal principalmente, hagan una reflexión sobre la vida de nuestro
río, digo nuestro, porque no solo son quienes lo han tomado como un basurero
para rellenarlo de escombro y de toda clase de inmundicias contaminantes.
Porqué me tratas de tan cruel
manera
Contaminando mis áreas y
corrientes?
Acaso es malo que yo quiera
Seguir viviendo para tus descendientes?
Como
muestra de que el río podría secarse, está el puerto de Acapulco en la Costera,
el tramo del malecón al Fuerte, era parte del mar, pero comenzaron a echarle
escombro hasta lograr secar toda esa parte que ocupa la Costera, esto mismo ha
pasado con el río de la Sabana, este río ya está perdido y en poco tiempo, es
posible que pase lo mismo con la laguna de Tres Palos, a causa de la
contaminación y tierra con basura que es arrastrada por el mismo río.
Para tratarme así, no veo razones
Pues le doy a tu cuerpo la frescura
Para servirte no pongo condiciones
Y tu en cambio, me pagas con basura
El
28 de mayo del 2002, publiqué una nota acompañada con una fotografía en el
diario “El Sol de Acapulco” donde aparece la Laguna de Aguas Blancas
completamente seca, la publicación fue con el propósito de mostrar que lo mismo
le podría pasar a nuestro río, pero aún así, a once años de distancia y que en
este mes de junio casi se seca, mis paisanos siguen tirando todo tipo de
escombros y basura al río que pide piedad para no morir.
No creas que porque me ves tan
fuerte
Soy diferente para ser eterno
También existe para mí la muerte
Como existe el verano y el invierno
Es
necesario pensar en las actuales y futuras generaciones, dejar el egoísmo a un
lado y como si se tratara de una sola persona, unirnos en una lucha constante
para seguir conservando, al hermoso río que ha servido a tantas y tantas
generaciones y que sintiendo la gravedad de su estado, en su lamento dice:
Entonces cuando veas la diferencia
De agua cristalina a basurero
Tratarás de remediar tu
indiferencia
Pero no lo lograrás, ni con dinero