Por
Patricia Sánchez Carrillo/
Hoy día, un tema recurrente y
de actualidad lo constituye la equidad de género y aparejado con éste viene el
tema de las mujeres y los hombres, lo cual debería ser un mismo asunto
(desgraciadamente no lo es) así esto de la equidad sonaría como el equilibrio
entre dos poderes, hombres y mujeres.
En este caso y sin restar
importancia al sexo masculino, hablaré de una gran mujer ya que desde hace
muchos años la historia nos remonta al trabajo y responsabilidad que hemos
asumido las mujeres, al parecer de manera natural al frente de la familia, esto
con el celoso y cruel escrutinio que la misma sociedad nos ha asignado.
Me refiero en particular a una
de mis maestras de quien no solamente tuve el privilegio de ser su alumna, sino
que además disfruté la gran oportunidad de su amistad, consejo y asesoría, ella
es la abogada y jurista mexicana Antonia Jiménez Trava, cariñosamente conocida
como Totó Jiménez, nació en la Cd. de Mérida Yucatán y su nombre completo muy
pocos de sus alumnos lo conocimos, se llamó Antonia Georgina Alemania Jiménez
Trava, una gran mujer, maestra ejemplar, un ser humano de gran calidez y temple
a prueba de balas.
Tóto entre otras cosas fue la
primera mujer que se tituló como abogada en la Facultad de Jurisprudencia de la
Universidad Autónoma de Yucatán, fue también la primera mujer en presidir en
México un Tribunal Superior de Justicia. Se inició en la impartición de
justicia laboral en la Junta de Conciliación y Arbitraje, fue maestra
universitaria de la Facultad de Derecho por más de treinta años e igualmente
impartió cátedras en la escuela Normal Rodolfo Menéndez de la Peña, así mismo
fue Directora del Registro Civil, en donde eliminó la lectura de la epístola de
Melchor Ocampo en las ceremonias matrimoniales ya que ésta señalaba a la
mujer como “un ser desigual, débil, que debía su éxito y vida al respaldo de
los hombres” (imagínese usted cuantos paradigmas tuvo que romper en la sociedad
de aquel entonces) dando paso con esto a la equidad de género.
Su crecimiento profesional lo
realizó en un mundo y en un tiempo hostil para las féminas en donde los hombres
tenían el poder y la sociedad era cómplice y partícipe de esa laceración a
mujeres pensadoras, inteligentes y libres que hoy dan brillo y marcan la diferencia
en la historia.
Ella formó a muchos de los
abogados, notarios, funcionarios, maestros, comerciantes, hoteleros y
empresarios quienes han sido y son pilares del desarrollo y la conformación de
uno de los más jóvenes estados de la República, ¡Quintana Roo!
Al tocar este tema vienen a mi
memoria el nombre de algunos compañeros egresados de la Facultad de
Jurisprudencia como son las abogadas Celia Pérez Gordillo, Lizbeth Loy Song
Encalada, Tere Duch Gary, Sandra Luz Morales Gutiérrez, Katia Carrillo Martínez;
abogados como Iván Hoyos Medrano, Francisco Xavier López Mena, Bello Melchor
Rodríguez y Carrillo, Miguel Angel Ortiz Cardín, Carlos Humberto Pereyra
Vázquez, Jorge Abraham Magaña, Gerardo Amaro Betancur y podría señalar
muchísimos nombres más de destacados litigantes y funcionarios públicos
establecidos en toda la geografía quintanarroense, así como de Yucatán y en
otros estados vecinos que compartimos las enseñanzas de la maestra Jiménez
Trava.
Estoy segura que cada uno de
los alumnos de la maestra Totó Jiménez guardamos en nuestros recuerdos
historias y anécdotas muy particulares de ella, resaltando siempre la
congruencia entre lo que pensaba, sentía y actuaba.
Vienen a mi memoria aquellos
viernes en que los estudiantes acudíamos a presentar exámenes, cuando se
trataba de alguna de las materias que impartía o fungía Totó como sinodal en la
Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Yucatán (hoy escuela de
Derecho), significaba comerse las uñas a ras, sentir ese revoloteo de mariposas
en el estómago (por la angustia) y debía uno haber estudiado o por lo
menos haber cargado el libro durante un lapso mínimo de un mes.
Sin duda alguna Totó fue una
mujer revolucionada para su época, la cual tuvo grandes logros y
reconocimientos tanto locales como nacionales mismos que han permitido a la
mujer de hoy transitar con mayor facilidad y confianza en busca de diferentes
espacios.
Totó al hablar de equidad y
género lo hizo desde un punto de vista feminista, donde consideró que la
igualdad entre los seres humanos es la capacidad de tratarse con respeto, y
comprendiendo la igualdad entre hombres y mujeres otorgándoles a ambos las
mismas capacidades.
“No tengo hijos porque no
quiero que estén en una guardería o dárselos a alguien para que los críe” decía
Totó, porque en aquel entonces no era bien visto que la mujer se
preparara en una carrera diferente que no fuera cuidar del hogar, sacrificando
con esto su intelecto, disposición y capacidad de estudio; hoy las cosas
han cambiado y las mujeres pueden consolidar su maternidad junto con su
profesión o trabajo sin que esto cause mella en la sociedad.
Doña Antonia que sin duda
alguna en los cargos de tanta importancia que ocupó y en sus cátedras de
derecho para quienes la conocimos y tratamos, fue una mujer emprendedora
llena de ideales que cobraron forma con el tiempo. Totó es de las mujeres que
al escuchar hablar de ella invita a pasar por el mismo sendero de éxito,
congruencia y lealtad, un claro ejemplo a seguir para las generaciones de
hoy y la primera en señalar que la equidad de género no es ventaja para nadie,
es simplemente apoyo mutuo.
Mujeres como ella merecen ser
recordadas por su valor y empeño, muchas gracias Totó por ser parte de la
historia de la península de Yucatán y ejemplo a seguir de muchas mujeres que
hoy queremos un mundo diferente.
Hasta la próxima
Soy su amiga de siempre
Patricia Sánchez Carrillo