Raúl
Suarez Martínez
El deporte favorito
de los mexicanos es descubrir día a día como violar la Ley sin aparentemente
hacerlo, tanto así que las autoridades encargadas de vigilar el cumplimiento
generalmente se declaran incapaces de sancionar los claros actos “violatorios”
de las normas.
Tratemos de hacer un
ejercicio para enumerar los ejemplos que
los presuspirantes a diversos puestos de elección popular han incurrido
refiriéndonos ante todo al ámbito local:
En diciembre fue
común escuchar en los diversos medios de comunicación electrónica los mensajes
de los interfectos, así todos de repente tuvimos “amigos” que no conocíamos y
que por arte de magia nos deseaban feliz navidad y un prospero año nuevo. Nuestros
nuevos amigos de repente se dieron cuenta que este año se podía contratar
espacio en los medios para desearnos lo mejor, no paso eso por cierto en los
años anteriores, ¿será que por casualidad no eran años que precedieran a la
elecciones? O, de repente la magia de la navidad (diría una empresa
refresquera) ¿toco sus corazones? Lo importante es que ya tenemos nuevos
amigos, aja, que seguramente cuando estén en los puestos donde nuestro voto los
llevara siempre nos atenderán, donde quiera que nos encuentren, nos resolverán
con prontitud o cuando menos nos meterán a la fuerza aérea que siempre los
acompaña.
De repente también
nos enteramos que tenemos grandes intelectuales en Chilpancingo, todos los
presuntos “amigos” tenían algo que decir y con tono hasta clerical nos dictaban
lo que aparentemente era la verdad absoluta, ah, y cuidado con tratar de hacer
una replica porque nos acababan con su gran capacidad intelectual. La
generosidad de los medios, “donaban” los espacios para que nuestros genios de la
“nueva era de la ilustración” pudieran darnos luz y guiarnos para el buen
camino.
Es claro que no solo
los espacios electrónicos fueron avasallados por los “amigos” con sus mensajes,
los espacios en los periódicos electrónicos e impresos tuvieron muchos buenos
ingresos, o fueron espacios “donados” de los mensajes navideños y de año nuevo.
No podemos quejarnos, nunca como ahora seguramente nos ira muy bien.
Es claro que si la
ley se aplicara a rajatabla y se castigaran los actos de promoción de los que
aspiran a ser representantes populares, no tendríamos ahorita ya ningún
aspirante, sin embargo lo mas seguro que el IEEG el Tribunal electoral y demás
especies en funciones no castigaran estos u otros actos violatorios de la
equidad; si se tomara en cuenta toda la promoción que hay en lonas, carteles,
gallardetes, y todo medio impreso donde hay varios y varias que incluso que ya
se manejan como candidatos o incluso aun como precandidatos sin estar todavía
en tiempo para serlo. Nadie ni aspirantes ni autoridades han logrado ni querido
cumplir con la ley y todo apunta a que nada lograra que la ley se aplique.
Otra manera de pasar
por encima de la ley o darle la vuelta o simplemente ignorarla (no violarla)
según las autoridades, son los informes de labores de sus actividades,
sobretodo en los diputados locales o federales y los senadores. Muchos según el
caso dieron su tercer informe o cuarto o quinto (senadores) cuando nadie
recordaba los informes anteriores pero como se acercaban ya los tiempos
electorales hacían circo maroma y teatro, inundaban las ciudades con carteles,
con su foto, pero generalmente con poca información sobre sus actividades, no
importaba realmente informar sobre lo que se hizo o propuso, importaba e
importa promover la figura y el nombre del suspirante, esa es la finalidad de
los “informes”.
Hay muchas maneras de
cómo han encontrado los suspirantes de darle vuelta a la ley porque saben que
la autoridad al final no actuará en contra de sus intereses, porque la
interpretación que se hace del ejercicio de la norma es que no hay formas
punitivas de evitar que los suspirantes hagan proselitismo adelantado, sin
disimular, sin buscar formas elegantes de violentar la ley. Todo por el legítimo
derecho de ser candidato, cueste lo que cueste, pésele a quien le pese.
Este ha sido el nuevo
deporte, el favorito de los aspirantes a puestos de elección popular de todos
los partidos, por que han descubierto la manera efectiva de “como violar la Ley
electoral y sobrevivir en el intento”.