jueves, 15 de octubre de 2015

Pide Astudillo Flores a los alcaldes ser honestos





Julio Ayala Carlos/NOTYMAS

Chilapa, Gro., octubre 15 del 2015. “Ojalá y le hagan caso, pero… creo que está predicando en el desierto el futuro gobernador”, me dijo el compañero de al lado, mientras este segundo devoraba un suculento fiambre. Algunos alcaldes tienen hambre de dinero, y de poder, y dudo que sean honestos, y humildes con la gente, y dudo que no se roben el dinero, agregó.

Muchos como él, comían, y muchos otros, la “clase política” de Chilapa, en referencia a ex alcaldes, ex diputados, y otros ex ediles, así como ex funcionarios, de otros municipios que también estuvieron presentes, ya habían terminado, y escuchaban atentos al gobernador electo del Estado, Héctor Astudillo Flores, recomendar a los actuales presidentes municipales, actuar con responsabilidad en el cargo, con sencillez, pero también, con honradez.

Héctor Astudillo, también había terminado de comer. Esperó que prácticamente todos los asistentes lo hicieran para hablar. Antes, ya lo había hecho el alcalde de este lugar, Chilapa, Jesús Parra, quien le dio la bienvenida, lo mismo que el edil de Tlapa, Jesús Noé Abundis, quien se aventó un chorizote en nombre de los ediles de la Montaña. Eso sí, sudaba como si estuviera trabajando.

Sí. En su visita a este municipio, luego de que por la mañana estuviera en una reunión con el Grupo Aca, quien al igual que el Grupo Cuicalli, de Chilpancingo, se apropian de la representatividad de la sociedad, Héctor Astudillo se reunió con los alcaldes priístas de la Montaña Baja y Alta, y a la que además asistieron, como ya dijimos, la “clase política” de los municipios que gobiernan.

Y lo hizo, luego de que minutos antes se reuniera con los familiares de los desaparecidos de este municipio de Chilapa, en donde quedó de manifiesto que no son solo 50, sino más de 100, entre el 2014 y lo que va del 2015, mientras que el gobernador electo se comprometió a que a su llegada a la gubernatura del Estado, que será en 12 días, a partir de esta fecha, se habrá de conformar un grupo especial dentro de la Fiscalía General de la entidad, para que se haga cargo de investigar estas desapariciones.

Héctor Astudillo pidió a los alcaldes de esta parte del Estado, así como a los de la región de la Montaña, cumplirle a la gente, pero no solo a los priístas que votaron por ellos, sino a todos los de su respectivo municipio. El proceso electoral ya terminó, dijo, y ahora, hay que cumplir.

Dijo también que el problema número uno en el Estado es el de la seguridad, la cual, agregó, si no se da, no hay paz y tranquilidad, y en consecuencia, las inversiones y el turismo difícilmente llegan a la entidad.

Y les dijo, cómo deben de ser: honestos, responsables, humildes y honorables, “porque el poder es pasajero”. Y agregó: si quieren repetir, porque ya es posible la reelección, “tienen que hacer las cosas no solo bien, sino muy bien”, y aquí fue donde les pidió no utilizar el dinero destinado a sus municipios, para hacerse ricos.

“... creo que está predicando en el desierto”, me martilló en el oído mi compañero de al lado, mientras daba cuenta de una pierna de pollo que, junto con manitas de puerco “a la vinagreta” y carne deshebrada de res, además de ensalada de verduras hervidas, adornadas con hojas de lechuga, integraba el suculento platillo, originario de esta ciudad, el fiambre.

Y es que, me dijo, tras salpicar mi camisa con comida, los que hoy son alcaldes como los que ya han sido y los que sueñan con serlo, saben que por más que se roben los recursos, de manera descarada, hasta ahora no hay ninguno en la cárcel, ora porque las leyes de fiscalización son muy blandas, o por la complicidad que existe entre los ladrones.

“¿A poco el que fue alcalde de Acapulco, el que fue diputado está en la cárcel? Pues no. Y eso que dejó al municipio en la bancarrota. Hasta parece que es el requisito que deben tener los políticos para estar vigentes”, me dijo.

“Bueno, no es el único, aunque a lo mejor no fue cierto”, le dijo, más en tono de broma que de cierto. Hay que probarlo, le dijo, ya entre risas, mientras aquel ahora le hace los honores a un plato de frijoles, luego de que exigiera un “bonche” de tortillas.

“Pero ojalá y fuera cierto”, me dice ya serio. “Ya es hora que alguien ponga orden ante tanto desmadre. Ojalá y Astudillo meta a la cárcel, cuando menos a un alcalde, de los tantos ladrones que hay. A lo mejor así les da un poco de miedo, porque hay algunos que ya ni la chingan. Se llevan todo. Son peores que ratas”, añade.

“O hay que matarlos, como hacen en otros países”, le sugiero con la misma broma. “O hay que traer a la anaconda esa que se tragó a un diputado en otro pais. Jajaja”.

“La corrupción somos todos”, dice otro compañero que se mete a la plática, mientras Héctor Astudillo, en esos momentos, invitaba a los alcaldes para que lo acompañaran, el próximo 27 de octubre, dentro de 12 días, a su toma de protesta en el Congreso local. “Los alcaldes entran muertos de hambre, y salen como los nuevos ricos del pueblo”, añade.

En fin. Hay que esperar, le dije, mientras en la mesa de honor, además del gobernador electo, estaban el alcalde de Chilapa, como anfitrión; el de Tlapa, el de Zitlala, el de Olinalá, entre otros, así como algunos diputados locales. (NOTYMAS)

No hay comentarios: