Por Luis García Arteaga
Tlapa. Gro. 29 de julio del 2014. --- “No… es que me estén siguiendo. Yo voy pa’lla. Voy pa’lla. No hay pedo. No hay pedo. Me están tratando mal. Me
están tratando mal. Pero no hay pedo”, reclama un tambaleante alto funcionario
estatal a policías preventivos de Tlapa de Comonfort quienes, a su evidente
borrachera y trasnochada, le responden:
--- “Nadie le está tratando mal.
Nosotros nada más cumplimos con nuestro trabajo. Súbase, por favor y…
¡Váááámonos!”, una vez que convencen a Víctor Aguirre Alcaide, lo sientan en la
caja de la patrulla. Junto a él sus compañeros de parranda miran
incrédulos cómo su jefe es sometido por los municipales. De ahí
directo a barandilla. El delito: conducir ebrio por las calles de Tlapa a toda
velocidad, durante la mañana, cuando la actividad de los civiles está a todo lo que
da. No detenerse a los llamados de las patrullas. Casi arrollar a una familia y
querer fugarse.
Fue su cumpleaños hace días. Es
el aspirante a gobernar Guerrero, Víctor Aguirre Alcaide, líder de la tribu
perredista Unidad de Izquierda de Guerrero. Terminó su noche de copas, su noche
loca, como muchos ebrios, encarcelados, con multas por pagar, una familia a
punto de morir arrollada, una urvan destruida por un choque, la
cruda moral a punto de llegar y el ridículo ofrecimiento de uno de sus
guaruras: “les compro todas las fotos en quinientos varos”.
La del domingo fue una larga noche de
copas para el titular de COPLADEG, Víctor Aguire Alcaide. Concluyó
su fiesta de cumpleaños a las siete y media de la mañana del lunes. Salió de
conocido restaurant deTlapa. Mejor ahí se hubiese quedado.
Subió a su camioneta Cherokee negra con
placas de circulación HBA-68-50, de Guerrero. Enfiló a toda
velocidad por la avenida Heroico Colegio Militar. Fue reportado por elementos
de seguridad del municipio. Ellos no sabían que se trataba del alto funcionario
estatal y aspirante a gobernar Guerrero. Comenzó la persecución.
Le siguieron en su loca huida. No hizo
caso a los llamados por el altoparlante. Ni las sirenas ni torretas le
impresionaron. Le metió la pata mas fuerte a su camionetota.
La persecución dejó a una familia
asustada en el puente del Río Jale. Casi los mata a todos. Metros adelante estuvo
a punto de provocar un accidente. Quedó a centímetros de chocar con un
automóvil. Al entrar a la avenida Aeropuerto, de la colonia Aviación, donde
tiene su domicilio, poco falto para atropellar a una señora. Ahí le dieron
alcance.
Primero subieron a la caja de la
patrulla a sus compañeros de parranda. Todos, bien sentaditos y la mayoría
vestidos de rojo, cerraron la boca. Ni una palabra. Vieron y escucharon a su
compañero repetir una y otra vez: “voy pa’lla, voy pa’lla, voy pa’lla”.
Señalaba con los ojos y las manos metidos en las bolsas del pantalón, con
dirección a su hogar. Lo llevaron en otro sentido: a barandilla.
Mas tarde otro incidente. Sobre la
avenida Heróico Colegio Militar se suscitó un choque. Una camioneta Ford, doble
cabina color blanca, con placas de circulación HC-58-354, de
Guerrero, conducida por Federico García López, asistente de Aguirre Alcaide, se
impactó contra una camioneta del servicio publica. De las llamadas Urvans.
El chofer del alto funcionario es
vecino de la colonia Jardín de Niños. Conducía en estado de ebriedad y a exceso
de velocidad. Se impactó en la parte trasera de una urvan, del
servicio público de la ruta Tlapa – San Luis Acatlán, con número
económico 043 y placas de circulación 40-79-FMH, de Guerrero.
El chófer del alto funcionario quiso
sobornar a los agentes de tránsito con cien pesos. Ofreció mil pesos para
arreglar los daños a la Urvan. No hubo negociación con el afectado. Fue
trasladado a barandilla municipal donde pasó una noche de encierro.
Aguirre Alcaide pagó la multa y fue
puesto en libertad a las cinco de la tarde. Su asistente durmió en los separos.
Lo dicho. Ni hubiese salido del restaurante donde trasnochado pasó su
cumpleaños. Dicen que cada que uno cumple nace de nueva cuenta. ¡Ah que nuevo
nacimiento! ¡Salud!
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