jueves, 27 de febrero de 2014

CRONICAS DE TECPAN


LAS REUNIONES DEL ZOCALO

Regino Ocampo Bello

Los años se han ido, pero a pesar de que algunas costumbres han desaparecido y algunas se han modificado, la de las reuniones, primero en la banca de aquel zócalo viejo al lado de aquel también centenario almendro que servía como sombra y como mudo testigo de pláticas que ahí se desarrollaban.

Algunos hablaban del ganado, de los arrozales, de las palmas, de la siembra del maíz, frijol, tabaco, sandía, camotes, calabazas, calabacitas y mongos; otros hablaban de las carretas, de las buenas y malas cosechas, los pescadores, de los grandes robalos, que pescaban, de los jureles, los virlices, barbones y curbinas del mar, mientras los del río, hablaban de los pusumiches, guebinas de corriente, de los roncadores y de los pez espada que sacaban con el chinchorro los Escamilla.

Otros más comentaban sobre los rescates que se hacían de la gente que se ahogaba en el río, con la vela de la Candelaria, esas inolvidables personas que formaban parte de esas reuniones, personas de diferentes clases sociales como: Ramón y Eduardo Romero, don Juvencio Jacinto, Benjamín Cañedo, Macario Reyes, Macario Escamilla con sus divertidas anécdotas que hacían reír a todos los que se encontraban ahí, en ese hermoso zocalito, convertido en un hospital, aunque con buen servicio, ya no funciona en ese lugar, por haber a los lados muchas casas habitación y por ser un lugar que maneja productos químicos y enfermedades contagiosas, perjudiciales para los vecinos, por lo que a mi opinión, debía demolerse y proyectarse en el centro, en lugar del kiosco, un edificio circular de tres pisos donde los primeros dos, albergara, la Casa de la Cultura, el tercero una digna y bien surtida Biblioteca y el tercero, un Museo que cubriera las necesidades de un requerimiento añejo de los Tecpanecos, los lados, volverían a ser, un hermoso y necesario zócalo con sus bancas y plantas para esparcimiento de las familias de allá abajo.

Ahora, a cincuenta años de distancia, la costumbre sigue, naturalmente que no son las mismas personas ni el mismo lugar, en la actualidad se trata del lugar que era conocido por los viejos de ahora como, “El zócalo nuevo” y que no se trata más que del mismo, pero modificado,

La alameda central, ahí en una esquina, se puede ver todos los días a un maestro, Vicky Romero, Tavo Acosta, un señor conocido con mucho respeto como La Herramienta, un joven de apellido Abarca y varios señores de edad avanzada y que yo siempre he dicho, que se trata de libros humanos de historia, esa esquina dicen algunos que fue escogida porque admiran en toda su belleza las hermosas muchachas que acuden todos los días al parque.

Los temas de conversación en ese lugar, son variados, pero los principales, son la política y los chismes del día, algunos saben más, algunos menos, pero todos le entran, a veces los ánimos se calientan, porque los que se reúnen son de diferentes partidos, mientras la alegata aumenta, se escucha a Ruma y a las que venden los elotes ahí enfrente, anunciar a gritos sus productos, tortas, chocomiles, papas, plátanos, elotes, esquites, de pronto también se escucha a chico anunciar sus tamales de elote, sus nacatamales y atole, mientras sigue la plática, que las niñas se están embarazando muy jóvenes, los viejos reprueban que los muchachos de las escuelas parezcan anacondas, porque casi se tragan a las muchachas en pleno zócalo, se oye decir a otro de edad avanzada que las fiestas ya no son iguales, que los jóvenes las han echado a perder.


Así es el vivir diario de la plaza o zócalo de Tecpan, unos dando vueltas para hacer ejercicio, otros haciéndole la lucha al comercio con sus carnadas, tratando de pescar clientes, que cada día son más escasos y la esquina, como siempre, concurrida por personas de diferentes edades, tratando diferentes temas, política, el campo, religión o simplemente, comentando los chismes más sobresalientes y sabrosos del día, porque no hay que negar, que hay personas que piensan, que un buen chisme “Es más sabroso que un roncador frito con manteca, arroz, unos frijoles refritos y un chile jalapeño”.

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