España. Marzo del 2012. (Agencia Internacional de
Noticias RT).
La huelga general contra la reforma laboral en España fue considerada por los
sindicatos convocantes como un "éxito indiscutible", en virtud del
nivel de adhesión logrado. El Gobierno deMariano Rajoy, en cambio, afirmó que
el país vivió una jornada de trabajo "casi normal".
Según los datos de
los sindicatos, un total de 10,4 millones de personas se plegaron a la huelga.
Así Madrid contó con casi un millón de participantes.
De acuerdo con los
secretarios generales de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de
Trabajadores (UGT), la participación alcanzó casi 80%, superando a las huelgas
generales de 2002 y 2010.
El Gobierno a su vez
publicó sus propios índices, según los cuales unas 800.000 personas asistieron
a las manifestaciones.
Aunque el Ejecutivo
español informó que la jornada transcurrió con "tranquilidad y
normalidad", se registraron incidentes aislados: 176 detenidos en todo el
país y 104 heridos, 58 de ellos policías.
"La paranoia del
Gobierno ha derivado en una ocupación de las calles de ciudades como
Madrid", explicó el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.
"[El Ejecutivo] ha intentado, no sé si consciente o inconsciente,
convertir la huelga en un conflicto de orden público. Pero no lo ha
logrado", agregó.
Este jueves no
trabajó el 90% de los empleados del ferrocarril y el metro, mientras que los
autobuses urbanos funcionan a un 35% de su capacidad. Sanidad y educación
prestaron servicios mínimos y se suspendieron las emisiones de varios canales
de televisión.
Los sectores de la
industria y el transporte son los más afectados por la octava huelga general
que se realiza en la España democrática. En general, cientos de miles de
empleados no acudieron a sus lugares de trabajo sino a manifestarse en las
calles.
Sin embargo, pese a
la insistencia de los trabajadores, el Gobierno renunció a dar marcha atrás con
la modificación del régimen laboral. "La senda reformista es
imparable", dijo la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
La protesta se
celebra un día antes de que el Gobierno ratifique los presupuestos generales
para 2012, severamente austeros y controlados por los ministros de Finanzas del
Eurogrupo.