Reportaje
Bruce
Beresford Redman preso en la cárcel de Cancún por el presunto homicidio
cometido contra su esposa; el crimen se asemeja al guión que dirigió, hace más
de una década, su homónimo, el cineasta austrialano Bruce Beresford
Por Isela Serrano / Luces del Siglo (*)
Cancún, Qna. Roo., febrero de 2012. Como
si la ficción se le escapara de la pantalla grande, Bruce Ainsley Beresford
Redman protagoniza el papel de villano que jugó la atractiva actriz Ashley Judd
en la película “Doble Traición” (Double Jeopardy), donde la mujer es acusada
del homicidio de su marido a bordo de un yate. El film, que se estrenó en 1999 bajo
la dirección de su homónimo el cineasta australiano Bruce Beresford, ahora se
ha apoderado de la realidad de Bruce Ainsley, recientemente encarcelado por el
presunto asesinato de su esposa, la brasileña Mónica Burgos, cometido hace casi
dos años en un viaje de reconciliación marital a Cancún.
Los hechos por los cuales Bruce Ainsley fue extraditado de Estados Unidos y hoy
permanece recluido en el penal de Cancún, se suscitaron el 5 de abril de 2010
en la habitación 7816 del Edificio Pelícano del hotel Moon Palace, donde de
acuerdo a peritajes oficiales se perpetró el crimen. De origen, la
investigación fue sesgada al grado de que Beresford Redman evadió la cárcel y
tuvo las facilidades para huir libremente del país a pesar de que había una
investigación en su contra.
Misteriosamente comenzaron a desaparecer parte de las “pruebas sensibles” del
caso y los peritos asignados recibieron la orden de “bajarle” a las
investigaciones. Eran tiempos en que en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Quintana Roo mandaba el polémico
Francisco Alor Quesada.
La leyenda urbana apunta a que Alor Quesada había recibido cinco millones de
dólares para dejar libre al productor de televisión. A cambio le facilitaron
una avioneta para abandonar, a hurtadillas, el país. Pero la “verdad histórica”
de los hechos, la que valora el Juzgado Segundo Penal, por el momento considera
que hay elementos suficientes para acreditar que Bruce Ainsley asesinó a su
esposa asfixiándola con algún objeto blando como “pudiera ser su propia ropa”.
Un total de 19 pruebas indiciarias fueron las que tomó en cuenta la juez Geny
Alicia Cajún Alonzo para llegar a la anterior conclusión y ordenar el auto de
formal prisión contra Beresford Redman. Para reconstruir el caso, ante la
desaparición de algunas pruebas, el actual procurador Gaspar Armando García
Torres movilizó un equipo que rastreó los peritajes que en su momento
realizaron tanto la Procuraduría General de la República (PGR) como peritos
militares.
Así fue como la juez Cajún Alonzo tuvo en sus manos, entre otras pruebas,
testimonios de trabajadores del hotel y familiares de la víctima que narran
episodios violentos entre la pareja antes de que el propio Bruce Ainsley
alertara sobre la desaparición de su esposa. También existen diversas
fotografías y peritajes de los rastros de sangre que indican que la mujer fue
asfixiada en la tina de jacuzzi de la habitación para después abandonar su
cuerpo en la cisterna de aguas residuales del hotel.
Además, como otra evidencia, se supo que el ahora preso entró y salió de la
habitación 11 veces entre la madrugada del 5 y 6 de abril de 2010, según se
desprende de los reportes del número de veces que abrió y cerró la puerta, lo
cual se pudo determinar a partir de los registros de la banda magnética de las
cuatro tarjetas que tenía Bruce Ainsley para entrar a la habitación.
Todo apunta a que el crimen se cometió al interior de la habitación la noche
del 5 de abril, previamente en un restaurante del hotel, Bruce Beresford
intentó golpear a su mujer.
La escena del crimen
El expediente 216/2010 señala que el levantamiento de cadáver se llevó a cabo
el 8 de abril de 2010. En la habitación 7816 del edificio 78, conocido como
Pelícanos, elementos de policía judicial hallaron sobre la cómoda los
pasaportes de la pareja, sus documentos migratorios y una cinta industrial
color gris.
El dictamen pericial de la necropsia, a cargo del doctor Roberto Ríos Ponce,
perito médico forense de la Dirección de Servicios Periciales de la
subprocuraduría Zona Norte concluyó que “Mónica Burgos falleció por asfixia por
sofocación (…) probablemente el día 5 de abril, alrededor de las 23 horas”.
El dictamen de Mecánica de Lesiones realizado por la doctora Ariadna Méndez
García, perito médico oficial de la delegación estatal de Quintana Roo y el
dictamen de la necropsia realizado por el doctor Roberto Ríos Ponce, de la
Procuraduría General de Justicia estatal, determinaron que las lesiones a la
víctima, “fueron producidas por puño en la cara, mientras que las de glúteo se
debieron a proyección; es decir, al tener contacto con una superficie dura como
una bañera-jacuzzi”.
La herida en la cabeza fue provocada por un golpe “compatible con un objeto de
bordes irregulares, duro y de consistencia sólida, por ejemplo, un tubo metálico,
un bat o un palo”.
En la habitación se encontró una playera de color naranja, “recién lavada,
siendo notoria una mancha de color oscuro en la parte frontal izquierda; al
interior del jacuzzi había una playera color gris con manchas de líquido rojo
en la parte frontal”.
José Jesús Cepeda Valderas, Mayor de Justicia Militar Criminalista en retiro,
determinó que “la mujer perdió la vida por sofocación provocada por un
instrumento blando como pudiera ser su propia vestimenta”.
Los testigos presenciales
El 8 de abril Enrique Arena López, supervisor de mantenimiento del hotel,
rindió su declaración. Fue él quien halló el cadáver flotando en la cisterna.
Jean Ferreira Burgos, hermana de la occisa, refirió que Mónica Burgos y Bruce
Beresford “habían tenido algunos problemas en su matrimonio, toda vez que su
hermana había descubierto que su esposo mantenía una relación con Joy Pierce”.
Dijo que el 30 de marzo, su hermana le contó los planes para vacacionar en
México. Mencionó que su esposo había conseguido la habitación “con jacuzzi”. Ya
tenían los boletos y saldría al día siguiente; es decir, el 31 de marzo. El 6
de abril recibió una llamada telefónica de su cuñado, quien le informó que su
hermana se encontraba desaparecida. Jeane Burgos inquirió a Beresford si había
llamado ya a su celular y él contestó que su hermana lo había olvidado en la
habitación.
Ella viajó a Cancún el 7 de abril. Al llegar al hotel, algunos policías le
comentaron “que tenían información de que su cuñado había salido del cuarto
durante la madrugada 11 veces y que había comentado que una de las cuatro
tarjetas que les habían dado en el hotel la traía su hermana consigo; pero al
verificar, notaron que él había utilizado las cuatro tarjetas, incluso después
de la desaparición de su hermana.
El expediente también contiene la declaración de la concierge, Bertha Angélica
Arroyo Ramírez, quien declaró que a las 08:30 horas del 5 de abril, una pareja
de extranjeros ingleses de apellido Cook le reportaron que sus hijos detectaron
que los huéspedes de la habitación 7816, ubicada arriba de la habitación de sus
hijos hacían mucho ruido y “los terribles ruidos” los habían despertado.
El incidente fue reportado al supervisor de seguridad, Luis de los Santos en
una hoja de papel escrita en inglés; vía telefónica un empleado de apellido
Arroyo Ramírez se comunicó a la habitación en la que contestó Bruce Beresford.
Al conocer la queja de los huéspedes y al ser interrogado si todo estaba bien,
respondió textualmente “Sí, es verdad, lo que sucede es que estaba discutiendo
con mi esposa, por el comportamiento de nuestros hijos, pero no volverá a
ocurrir”.
El documento de 55 fojas deja ver que el inculpado Beresford Redman cayó en
contradicciones; ya que, basado en sus primeras declaraciones de que su mujer
había salido del hotel, lo lógico sería que descartaran la posibilidad de
encontrarla dentro del hotel. Sin embargo, lo elementos de seguridad se
dedicaron a buscarla adentro porque sabían que ella no había salido.
También rindió su declaración el camaristo Carlos Mario Vázquez Olan quien
refirió que alrededor de las 15:00 horas reportó a la oficina de ama de llaves
que la habitación 7816 tenía la tarjeta en la puerta de madera de “no
molestar”. Al día siguiente, el empleado realizó la limpieza. Le pareció que
las camas estaban separadas, los juguetes y libros estaban ordenados, cuando
días antes “siempre encontraba desorden en la habitación”.
Erick Uriel González Reyes, responsable de operación y mantenimiento de áreas y
servicios de la fase Moon Grand del hotel, declaró que el 4 de abril se percató
que el hombre que acompañaba a una huésped intentó agredirla físicamente en un
restaurante pero se detuvo.
Al ser interrogado por el agente de la policía judicial, Juan Gabriel Chuc May,
el presunto homicida refirió primero que había tenido una fuerte discusión con
su esposa por el comportamiento de sus hijos y posteriormente declinó contestar
si no se encontraba presente su abogado y el cónsul de su país.
De acuerdo con el Dictamen de Criminalística fueron hallados 19 indicios; entre
ellos, secuencias de maculaciones rojizas en las columnas de la habitación,
barandal, afuera del acceso peatonal de la habitación.
Las pruebas concluyeron que “al momento de realizar la diligencia, se observó
que el lugar no fue protegido ni preservado como lo indica la Criminalística;
sin embargo, luego de la posible pérdida o alteración de material sensible
significativo, los indicios recabados fueron debidamente fijados, levantados y
embalados; concatenándose el dictamen de Química Forense realizado por el
Q.F.B. Jorge Barragán Vargas, perito químico adscrito a la coordinación estatal
de Servicios Periciales de la Procuraduría General de la República”.
Rodolfo Mogo Almeida, asistente de seguridad declaró que el hotel tiene un
estricto control de vigilancia y seguridad y es prácticamente imposible que no
exista registro de una salida o un ingreso.
El regreso de Bruce Beresford
La trama de este thriller incluye que el 8 de febrero de 2012, proveniente de
una prisión federal en Los Ángeles California, Estados Unidos, el presunto
homicida arribó al aeropuerto de Cancún. Esa madrugada, la temperatura había
descendido y llovía. Por la noche, el ex productor de “Survivor” durmió en la
cárcel de Cancún.
El día 13 de febrero de 2012, asistido por un traductor, Bruce Beresford Redman
declaró ante la autoridad judicial que no estaba de acuerdo con lo que declaró
el 6 y 7 de abril de 2010, la primera fecha, corresponde al día que compareció
ante el Ministerio Público para informar la desaparición de su esposa Mónica
Burgos; la segunda, al rendir declaración en calidad de presentado.
Si bien reconoció sus firmas, rechazó ser la persona que mató a Mónica Burgos,
a quien dijo amar.
Declaró haber sido presionado para confesar que él la había matado; sin
embargo, no pudo precisar qué tipo de autoridades lo presionaron.
El dictamen
El miércoles 15 de febrero de 2012, la juez Geny Alicia Cajún Alonzo resolvió
dictar el auto de formal prisión contra Bruce Ainsley Beresford Redman, como
probable responsable del delito de homicidio calificado a su esposa, Mónica
Burgos Beresford Redman.
Con el cúmulo de indicios que lo señalan como el homicida, ahora Bruce
Beresford deberá comprobar su presunta inocencia y convencer al juzgado de que
las pistas que apuntan a su supuesta culpabilidad son pura ficción.
EL DATO
La película del homónimo
“Doble Traición” es un filme de suspenso protagonizado por Ashley Judd y Tommy
Lee Jones en donde una mujer es acusada del asesinato de su marido y descubre
que el supuesto homicidio fue un montaje realizado por su pareja, quien
manipuló la situación para que las evidencias la incriminaran.
La actriz multifacética Ashley Judd, quien ha participado en más de 20
películas de diferentes géneros, es la protagonista de la película (Libby
Parsons), originalmente titulada Double Jeopardy.
Después de ser encarcelada injustamente, Libby Parsons, sale en libertad
condicional y comienza la búsqueda de su esposo. Al ser perseguida por su
oficial de libertad condicional interpretado por Tommy Lee Jonnes, juntos
comienzan a resolver el complicado caso.
La película fue dirigida por Bruce Beresford, cineasta autraliano y quien fue
nominado al Oscar por sus trabajos. Su última película fue “El último bailarín
de Mao”.
EL DATO
De acuerdo con el descriptivo legal 86 del Código Penal de Quintana Roo quien
“prive de la vida a otro se le impondrá una pena de seis a 18 años de prisión
(…) y de 12 a 30 años de prisión al responsable de homicidio calificado”.