Por José Martínez M.
Puebla,
Pue., junio de 2011. La Universidad de las
Américas Puebla se encuentra muy lejos de los estándares académicos que la
proyectaron para ubicarse como una de las instituciones de mayor prestigio en
el pasado. Al arribo de Luís Ernesto Derbez Bautista como rector de la UDLAP, el nivel que ésta
universidad había alcanzado comenzó a relajarse a tal grado que uno de cada
cuatro de los profesores de tiempo completo carecen de titulación profesional.
Y lo que aún es peor, la planta de los principales funcionarios, de quienes
dependen las principales coordinaciones y direcciones del más alto nivel
académico, está bajo la responsabilidad de improvisados. ¿Qué ha pasado con la UDLAP? Esa es la pregunta que se plantea la comunidad estudiantil de acuerdo a un sondeo realizado por este reportero.
Sin embargo, el rector Derbez se ha empeñado en insistir que la UDLAP tiene una “excelente” planta de profesores, tal y como lo señaló al presentar su tercer informe de actividades al destacar que la planta laboral de profesores se incrementó en 8 % con respecto al año anterior y que en relación a los grados académicos de la facultad, refirió que el 34 % cuenta con doctorado, el 51 % con maestría y solo el 15 % con licenciatura.
Lo cierto es que la demanda estudiantil para ingresar a la UDLAP ha disminuido sensiblemente a tal grado que el mismo rector Derbez ha responsabilizado de ello a “la incertidumbre que sigue respecto al desarrollo económico de México”. Pese a ello ha insistido en que para el presente año “se superarán los logros obtenidos en el periodo que termina”.
No obstante el bajo nivel académico que atraviesa la UDLAP –como fue denunciado en su momento por el doctor Ernesto Villanueva, quien se vio obligado a renunciar por tales causas, el rector Derbez sigue envuelto en su espacio de confort al insistir que la UDLAP sigue siendo un referente a la calidad académica.
A pesar de que la gestión de Luís Ernesto Derbez se ha centrado en publicitar la actualización y la mejora tecnológica para el desarrollo de actividades académicas, de investigación y administrativas, así como la supuesta modernización de laboratorios, material bibliográfico y equipo requerido para los programas académicos y de investigación, en la UDLAP lo que falta son profesores certificados, pues el nivel de preparación y formación de los docentes constituyen la materia prima para las instituciones de educación superior.
Incluso las inversiones en el rubro de modernización son mínimas, pues durante el año 2010 alcanzaron apenas 55 millones de pesos, una cifra ínfima frente a las que realizan las universidades públicas de mediano nivel.
Ante las constantes quejas por la evidente baja en el nivel académico, el rector Derbez se ha visto obligado a llevar a cabo una silenciosa revisión en los programas académicos de la institución, por lo que es inminente una reestructuración en los cuerpos colegiados de la planta docente con la intención de elevar la calidad en la enseñanza.
Para suplir esas insuficiencias ante el Consejo Empresarial y la Fundación UDLAP –que son los máximos órganos de gobierno en esa universidad–, el rector Luis Ernesto Derbez ha tenido que boflear con las acreditaciones que recibió ésta institución por parte de la Federación de Instituciones Mexicana Particulares de Educación Superior (FIMPES) y de la Asociación de Escuelas y Universidades del Sur de Estados Unidos (SACS, por sus siglas en inglés) hasta el año 2015.
Otro dato importante es la deserción estudiantil en la UDLAP. Un número importante de alumnos abandonan sus estudios de licenciatura y otros más nunca se gradúan. El argumento de Derbez para subsanar este problema es que la UDLAP está obligada a reclutar estudiantes de excelencia.
Uno de los ganchos para atraer estudiantes es incrementar sólo en un 5% el costo de las colegiaturas. Desde luego, esto no resuelve el problema de fondo, que es el nivel académico, cuando uno de cada cuatro de los profesores de tiempo completo carecen de título y de la experiencia académica que exige una universidad, como lo reclama el prestigio que tuvo la UDLAP hasta hace unos años.
La crisis académica de la UDLAP también estriba en su masificación, pues su matrícula se encuentra en alrededor de 10 mil estudiantes, haciendo a un lado la calidad educativa.
OPACIDAD: “ACADEMICOS” SIN TITULOS
En la UDLAP todas las coordinadoras de posgrado e
investigación carecen de título y cédula profesional de licenciatura.Congruente con sí mismo, Luís Ernesto Derbez, como rector de la UDLAP, ha privilegiado al personal “académico” a imagen y semejanza de sí mismo.
La Vicerrectora Académica, Cecilia Anaya Berrios afirma en la semblanza publicada en el portal web de la UDLAP que egresó como Química de la Universidad Iberoamericana en 1979. No obstante, de acuerdo, a una constancia oficial de la Dirección General de Profesiones de la SEP federal, señala que apenas en 1994 se graduó como Química en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, según el oficio DCP/SCP/415-AP/11 Folio1143.
Así como esta inconsistencia hay muchas a partir de la gestión de Derbez. Es de llamar la atención que quienes coordinan los programas de investigación científica y posgrado no cuentan una sola con título y cédula profesional de licenciatura, de acuerdo a constancias de la propia SEP federal.
La Jefe de área de la Vicerrectoría Académica, Dulce Angélica Meyo Erosa carece de preparación profesional de acuerdo al oficio de la Dirección General de Profesiones de la SEP Federal antes señalado.
En la misma circunstancia se encuentran las tres coordinadoras de investigación y posgrado de la UDLAP Alejandra García Castillo, Norma Juárez Flores e Ivette Aída Palacios Muñoz. En todos los casos se presentan los oficios que acreditan lo que aquí se afirma.
Lo lógico es que quienes coordinen planes de posgrado y de investigación tengan el grado de doctor, particularmente si se trata de una de las tres universidades privadas más caras del país. Esto pone de relieve la ausencia de conocimientos de economía del rector Derbez. A mayor precio debería haber un mejor producto y aquí sucede exactamente al contrario de la lógica del mercado por la opacidad con la que maneja esta universidad privada.