Juan
López
No era necesario que Armando Ríos Píter
desmintiera que Zeferino no fue su mentor ni tienen, cofradía alguna con la que
se preparen para el asalto al poder en el venidero 2015. La opinión pública de
Guerrero sabe perfectamente que el ex gobernante, hoy indiciado por el
asesinato de Armando Chavarría Barrera fue siempre un chacal estepario que
no hizo migas nunca con otros
funcionarios, tampoco entramó puentes generacionales ni se asoció con promesas
políticas que le ofrecieran dividendos a futuro.
Si de algo podemos estar seguros con Z es
que fue corto de miras, mezquino en sus proyectos, Carlos Álvarez uno de sus
más desencantados colaboradores, lo definió un día con una sola palabra:
egoísta.
A diferencia de José Francisco Ruiz Massieu
- a quien Z idolatraba-, que unió a jóvenes interesados en el servicio público
y los catapultó a mejores condiciones políticas, éste Z fue pisoteando dignidades, humillando
al que buscaba su tutela: no creo zeferinistas porque sus obras eran áridas y
sus mensajes estériles. Procreó una cáfila de lacayos que sudorosos lo
obedecían y se sentó solitario en su trono como El Principito, a esperar a que
el sol le obedeciera, cuando él le ordenara que eran las seis de la tarde y
debería eclipsar para darle paso a la noche y que resplandeciera la luna.
También la de queso, Selene acataba sus
instrucciones y él orate feliz gozaba de la grandeza de su poder.
“No es mi padrino” como aclara Ríos Piter.
Ni fue padrino de nadie. El egoísta -dijo Cristo-, es el peor de los humanos.
Está encapsulado para sólo obtener beneficios personales y no ser generoso con
nadie. La tacañería es un disturbio espiritual, enfermedad hereditaria. Padres
ruines enseñan a sus hijos a no ser solidarios ni compartidos. Creen que dos más
dos son cinco y hasta las matemáticas atrofian con tal de salirse con la suya.
Parafrasean a Pitágoras y se roban el remanente.
Hoy queda nomás el tiradero, del naufragio
sólo la basura se acumula. Miserias por todos lados. El fracaso es la peor derrota
de un político venido a menos. Y lo grave: acusaciones en el Ministerio Público
de ser coautor del asesinato del Diputado ex Jefe de la Mesa Directiva del
Congreso local.
No
estamos echándole leña al fuego pero, existen los elementos judiciales para
que el ex gobernador asista a la Procuraduría. Comparezca en calidad de
indiciado y de una vez por todas se aclaren las consejas que lo involucran.
Culpable o inocente, lo más urgente para la sociedad guerrerense es aclarar
quién asesinó a Armando Chavarría y quien meció la cuna de los criminales.
Es todo lo que reclamamos para no
interrumpir otro proceso de impunidad del que ya parece gozar el buen Z.
PD: “Al que preña se le olvida…”: Refrán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario