Juan López
Acudieron
las feministas a la Secretaría General de Gobierno a presentar querella contra
la diputada Julieta Fernández de Añorve, quien incurrió en delito por llevar al
Congreso estatal a un grupo de feligreses evangélicos que aprovecharon, la
protesta contra la despenalización del aborto, para entonar cánticos religiosos
disfrazándolos de oración mística. Primer signo de ignorancia.
El
encargado de la subsecretaría de Asuntos Religiosos no se atrevió a excusarse
de su incompetencia jurídica para querellar a una funcionaria en actividad
legislativa. No les informó que el fuero federal señala que: “Un legislador no
puede ser reconvenido por lo que haga en sus funciones”. Segundo signo de
ignorancia.
La diputada
beata afirmó: los feligreses fueron al Congreso a protestar contra la
despenalización del aborto y, de paso, entonaron unos cánticos y oraciones,
pero eso no es delito. A confesión de parte, relevo de pruebas. Máxima jurídica
universal. Enésima prueba de ignorancia.
Las
feministas acusadoras, el funcionario civil y la legisladora fanática, todos
ignoran la Constitución General de la República. Qué pena reconocer a quienes
integran la clase política como palurdos y novatos en asuntos de tanta importancia
jurídica.
Aclarado el
punto: ninguna autoridad ministerial, administrativa ni jurisdiccional puede integrar
averiguación causal a la legisladora que por ignorancia conculca el fuero
constitucional. Ni el senador frívolo Armando Ríos Piter es encausable por
dilapidar dinero público en campaña política encubierta de Informe de labores.
Lo que sí
puede hacerse, cuando estos legisladores transgresores deslegitimen el espíritu
de la ley, con estos antecedentes de no respetar la Constitución, es esperar a
que concluyan su período y cuando acudan ante cualquier instancia oficial,
negarles el registro que pretendan, cuando deseen obtener otra candidatura para reincidir en su
cinismo de violar las leyes bajo la inmunidad del fuero que adquieren con su designación como
legisladores.
Julieta
Fernández de Añorve y todos sus homólogos que violan la ley, en estos momentos,
no pueden ser sometidos a juicio del fuero común, pero sí podrán ser objeto de
exclusión cuando vayan al Instituto Nacional Electoral a procurar otro acceso
que les dote de impunidad. El INE podrá negarles el registro e impedirles su
inscripción en la boleta electoral y, sus partidos políticos tienen también el
derecho de no volver a postularlos ni a regalarles curules plurinominales. A
largo plazo pero, castigo al fin.
Ésta es
una manera de someter a los legisladores que confunden el laico recinto del
Congreso, donde se promulgan las leyes civiles, con un templo de milagrería en
el que se funden y confunden las almas con palpitaciones de culpa.
Sabemos de
los intereses lacrimógenos de quienes padecen escrúpulos y los expían con el
llamado de Jesucristo: “Quiero a los pecadores para salvarlos de sus
remordimientos”. Pero hay que decirles a estos ladinos, mercaderes de la fe,
que no permitan que sus ignorancias los conduzcan a confundir lo ancho, lo largo, con lo alto.
Las tres dimensiones físicas de la ciencia. Legislativos: la luna no es de
queso.
PD: “Un
ciego no puede guiar a otro ciego”: La Biblia.
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